Operación Kitchen

La investigación de 'Kitchen' apuntala los indicios contra el exjefe de la UDEF y le sitúa al borde de la imputación

El exjefe de la UDEF José Luis Olivera.
  • Este artículo está disponible sólo para los socios y socias de infoLibre, que hacen posible nuestro proyecto. Si eres uno de ellos, gracias. Sabes que puedes regalar una suscripción haciendo click aquí. Si no lo eres y quieres comprometerte, este es el enlace. La información que recibes depende de ti.

La investigación sobre la operación Kitchen está apuntalando los indicios contra el que fuera jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional entre 2006 y 2012, José Luis Olivera. Señalado ya desde hace casi un año en los informes de la Fiscalía Anticorrupción y en autos del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, las agendas incautadas al comisario jubilado José Manuel Villarejo en otoño pasado vienen a confirmar las sospechas sobre la relación entre ambos y el posible papel que habría jugado Olivera en la estrategia del PP para "salvar" al extesorero Luis Bárcenas en el caso Gürtelcaso Gürtel antes de que se decidiese poner en marcha la operación parapolicial de espionaje. Los indicios van creciendo y su imputación llegará "pronto", según fuentes jurídicas consultadas por infoLibre.

En el auto en el que se cita como investigados a la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 explica los inicios de la operación Kitchen y subraya que lo que ha puesto de manifiesto la investigación es que el ex director adjunto operativo (DAO) Eugenio Pino, "con abuso de sus funciones, habría encomendado" a los comisarios Marcelino Martín Blas, José Manuel Villarejo, Enrique García Castaño y José Luis Olivera, entre otros, "el desarrollo de labores operativas para obtener" del chófer de la familia Bárcenas, Sergio Ríos, "información que les permitiera sustraer de algún lugar cerrado documentación comprometedora para el PP y para altos cargos del mismo".

Así, el magistrado sitúa a Olivera en el grupo de expolicías a los que Pino habría encargado en 2013 las labores de seguimiento al extesorero y su familia para robarle documentacíon que se habría llevado del partido cuando fue despedido. Pero es más, de las agendas incautadas recientemente a Villarejo, el juez destaca también apuntes en los que, según el comisario jubilado, el exjefe de la UDEF –al que apoda "OLI"– le habría transmitido que "piden ayuda para salvar al tesorero". En ese momento, Olivera seguía a los mandos de la unidad policial que estaba investigando la trama Gürtel, la macrocausa de corrupción que afectaba directamente al PP y a dirigentes del partido como Bárcenas.

En la declaración que prestó en sede judicial el pasado diciembre el propio extesorero, que es el perjudicado en esta causa, éste explicó que en esas fechas, abril de 2012, estaba preocupado con que la UDEF hiciese un informe señalándole como el "Luis el cabrón" del que hablaban los imputados en Gürtel, pero que una persona a quien tenía como "interlocutor" le trasladó que Olivera había dicho: "Ellos tienen claro que tú no eres Luis el cabrón". Y meses después, en septiembre, figura otro apunte relevante de la agenda de Villarejo: junto a la entrada "OLI" se lee "PIN (Eugenio Pino) le pide (a Olivera) apoyar a tope a Bárcenas", y dos días más tarde, también con la entrada "OLI", la frase "PIN le encargó contactar con abogado Bárcenas", una reunión que fue "ok", según anotó Villarejo: "Buena predisposición. Escrito LB no es Luis el cabrón".

Manipular informes policiales

En ese año, aún no se habían publicado los papeles de Bárcenas que revelaron la financiación ilegal del PP y lo que se deduce de esas anotaciones es una posible estrategia para ayudar al extesorero en su estrategia de defensa en Gürtel, hasta el punto de manipular un informe policial, con la influencia de Olivera, las sospechas de que "Luis el cabrón" era Luis Bárcenas. Después, llegó 2013 y cambió todo: las informaciones sobre la caja b y los supuestos sobresueldos de dirigentes del PP, más la confesión del extesorero en la Audiencia Nacional coinciden con la puesta en marcha de la operación Kitchen.

No son sólo estas las anotaciones o referencias a Olivera que aparecen en el sumario de la pieza 7 del caso Villarejo sobre el espionaje a Bárcenas. Los investigadores cuentan con apuntes del comisario jubilado así como grabaciones en las que se da muestra de la amistad entre ambos. Una relación que se mantuvo con los años, porque, tal y como consta en el auto de imputación de Cospedal, a principios de 2017 Villarejo explicó a Olivera y al empresario Adrián de la Joya –imputado en otra pieza de esta macrocausa– en una conversación grabada "la implicación" de la ex secretaria general del PP y de su marido en la operación Kitchen.

Los indicios sobre Olivera ya estaban ahí. De hecho, el juez García Castellón ordenó el pasado mes de septiembre investigar cuentas bancarias y el patrimonio de este comisario ya retiradoordenó por los negocios en los que, según los investigadores, colaboró con Villarejo, presuntamente facilitándole información privilegiada para sus intereses privados a cambio de una comisión que podría haber sido del 5%. Olivera fue jefe de la UDEF entre 2006 y 2012, etapa durante la cual se destapó el caso Gürtel. Después, se puso al frente del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO) hasta 2018, cuando el nuevo ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reordenó la estructura de mando. Hasta el año pasado había sido vocal del Consejo Asesor de la Policía, y en el otoño de 2019 fue fichado por la Federación Española de Fútbol de Luis Rubiales como gestor de riesgos.

Según destacaba la Fiscalía Anticorrupción, había indicios de un “concierto económico permanente” entre Villarejo y Olivera, “a modo de iguala o comisión”. El primero llegó a alardear ante un posible cliente de sus empresas de detectives “su amistad” con el exjefe de la UDEF, al que definía como “tronquete”, insinuando que éste podría facilitarle información por su condición policial. Pero no era la primera vez que Villarejo hacía esto. En 2009, advirtió en dos conversaciones telefónicas con Ignacio López del Hierro de dos investigaciones de corrupción que en aquel momento estaban secretas y que afectaban directamente al partido conservador: el caso Brugal en Alicante y la rama valenciana del caso Gürtel.

Conocimiento de las actividades ilegales de Villarejo

El exjefe de la UDEF niega presiones de Fernández Díaz para torpedear las causas que afectaban al PP

El exjefe de la UDEF niega presiones de Fernández Díaz para torpedear las causas que afectaban al PP

Pero no sólo son las reflexiones de Villarejo, ya que Anticorrupción destacaba otro archivo de audio en el que se demostraría que Olivera tenía “pleno conocimiento del modo en que el comisario obtiene información para sus clientes, especialmente los tráficos de llamadas de las personas que investiga” su empresa Cenyt y que le eran facilitados por otro de los investigados en la macrocausa, el también comisario jubilado Enrique García Castaño. En otra conversación, se planteaba que Olivera se llevaría un porcentaje del 5% por colaborar. Y todo esto, cuando Olivera era aún un alto mando policial en ejercicio.

Lo que concluían los fiscales es que en virtud de los acuerdos económicos entre Villarejo y Olivera, éste último “habría amparado las actuaciones ilícitas" del primero, en unos casos facilitándole información de operaciones policiales secretas y en otros, como en el caso de la operación Kitchen, “permitiendo su planificación y ejecución a pesar de conocer su carácter ilícito”.

Según el sumario, hay un buen número de audios intervenidos a Villarejo en el que se escucha, aparte de a este comisario, a Olivera, al empresario Adrián de la Joya y el abogado Javier Iglesias, vinculado con dirigentes del PP. Conversaciones en las que Villarejo explica cómo captaron al chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, gracias a la intermediación de Cospedal, su comisario de confianza Andrés Gómez Gordo y su marido. También detalla los pagos mensuales de 2.000 euros que le daban a cambio de su trabajo como confidente y cómo con la participación del entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, consiguieron que ingresara en la Policía para que Ríos “no les pudiese delatar”.

Más sobre este tema
stats