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CASA REAL

Juan Carlos I, un turista "incontrolable" que vuelve de regatas sin dar explicaciones

Vargas Llosa, Juan Carlos I y la infanta Cristina

“Doña Letizia. La quiero mucho. A usted, a su marido y a sus hijas. El resto, ¡a tomar por culo!”. Una vecina de Córdoba le gritaba en la calle así a la reina este jueves, antes de presidir la jornada Tour de talento. “¡Vaya!”, contestaba la soberana. Unas palabras de ánimo unos días antes de que se repita la foto que no gusta en el Palacio de la Zarzuela: Juan Carlos I volviendo a España para regatear en Sanxenxo (Pontevedra).

El rey emérito, según ha hecho trascender su círculo a varios medios, tiene la intención de regresar unos días a la localidad gallega desde Emiratos. Y esto volverá a provocar un fuerte espectáculo mediático, con decenas de periodistas esperando la imagen y sus fotografías al borde del Bribón.

El año pasado, el emérito participó en las regatas y supuso un auténtico malestar en la Zarzuela. Las televisiones conectaron en directo desde que bajó de las escalerillas del avión y Juan Carlos I se dedicó a hacerse fotos, además de navegar. Con unas declaraciones desde el coche que dejaron ojipláticos e indignaron a muchos sectores de la sociedad: “¿Explicaciones de qué?”

El rey Juan Carlos I no tiene ya ninguna causa judicial abierta en España, ya que la Fiscalía archivó las investigaciones iniciadas sobre las comisiones del AVE a la Meca, las tarjetas black asociadas a un amigo y empresario mexicano y una sociedad offshore en Jersey. Durante la investigación, Anticorrupción encontró irregularidades pero no se pudo sentar en el banquillo al emérito por varías vías de escape: regularizaciones con Hacienda a posteriori, prescripción de delitos y el paraguas de la inviolabilidad durante sus años de reinado que recoge la Constitución.

Desde ese momento, Juan Carlos I se sintió liberado, con la intención de volver a España, algo que nunca gustó a su hijo. La visita del año pasado a Sanxenxo tuvo una parada final en palacio, donde se reunió con su familia y un buen rato con Felipe VI a solas. La incomodidad entre padre e hijo es evidente y sólo han vuelto a coincidir en los funerales de Isabel de Inglaterra y de Constantino de Grecia. 

La casa del rey se enteró por los medios

Y la nueva visita a Sanxenxo del emérito ha vuelto a tensionar la relación. La casa del rey se enteró de la visita del emérito a través de los medios de comunicación. Una vez publicadas las noticias, fue un allegado de Juan Carlos I quien comunicó las fechas de la visita.

El emérito había trasladado semanas antes a la casa del rey que quería ir a Sanxenxo para regatear después del 28 de mayo (cuando hay elecciones autonómicas y municipales). Pero los planes han cambiado una vez, según dijo el círculo de Juan Carlos I, que Carlos III de Inglaterra lo ha invitado a un almuerzo el martes 18. Luego se trasladaría a España. El Palacio de Buckingham, en declaraciones a Efe, “no reconoce” que se vaya a producir esa cita entre los dos. Tampoco hubo comunicación por parte de Juan Carlos I a La Moncloa de su intención de viajar, según fuentes gubernamentales.

En Zarzuela y en La Moncloa siempre recuerdan que se trata de visitas privadas y que es un ciudadano libre. Pero también, como reconoce un ministro, Juan Carlos I es “incontrolable”. Su propia personalidad le hace tomar decisiones sin consultarlas y los que le conocen siempre confiesan que es un hombre al que no se puede atar en corto. Además, desde su círculo se ha deslizado durante estos meses que él considera que ha hecho lo correcto, que es libre y que las instituciones en el país no le están tratando como se merece. Tiene sensación de ingratitud hacia él.

El Gobierno sigue reclamando explicaciones

Al rey emérito se le ha pedido durante este tiempo desde el Gobierno que sería conveniente que diera explicaciones sobre sus hechos ante la ciudadanía, algo a lo que no ha accedido Juan Carlos I. Al revés, en su visita a Galicia el año pasado desafió a todos con sus declaraciones. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, según fuentes de La Moncloa, está alineado con la actual Casa del Rey. No obstante, el Ejecutivo recalca que se trata de una visita privada, aunque mantiene su postura. 

La ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, consideró el pasado lunes que sería “oportuna” la transparencia y la rendición de cuentas por parte de Juan Carlos I. Fue mucho más duro el socio de Podemos, que cree una “indecencia pública” ese viaje del emérito sin haber dado explicaciones públicas todavía. Y es que todavía el emérito no ha detallado en virtud de qué recibió 65 millones de euros por parte de Arabia Saudí. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que siempre tiene buena relación con la casa real, puso esta semana voz a lo que piensan muchos dirigentes: “No le hace ningún favor a la corona”.

El espectro de la derecha, en cambio, está recibiendo bien esa posible visita. El presidente de Galicia, Alfonso Rueda, indicó que está en “su derecho” y que supone una “buena noticia” para el turismo de su comunidad. Para el ‘número tres’ del PP, Elías Bendodo, “el rey puede venir a España cuando considere oportuno y cuando él considere que tiene que venir a ver a su familia o por cualquier cosa, porque es su país". La visita del emérito empezaría previsiblemente el próximo miércoles, según ha deslizado su entorno, con la intención de marcharse el 23. De anfitrión haría su amigo Pedro Campos, en cuya casa, como la otra vez, se alojaría. 

Al calor del 28M

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Una estancia que coincide con una España efervescente electoralmente, a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas. Tiempos en los que los gestos simbólicos son muy importantes (por ejemplo, se vio a la portavoz de Podemos en Córdoba con un vestido inspirado en la bandera republicana en el acto de la reina Letizia del jueves). Son unas semanas en las que la casa real trata siempre de tener un perfil bajo sabiendo que el contexto es de máxima batalla entre los partidos y donde todo puede ser objeto de politización. Algunos de sus amigos, según El Mundo, podrían estar intentando convencer al emérito de que retrase ese viaje.

Juan Carlos I decidió seguir en Abu Dhabi a pesar del archivo de las investigaciones al constatar la lejanía con su hijo (en Zarzuela no se contempla que pudiera volver al palacio) y también posiblemente por motivos fiscales. Y no está solo ahora, sino que se ha trasladado con él su nieto mayor, Froilán, protagonista habitual de polémicas nocturnas en Madrid. Ahora trabaja en la empresa petrolera Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC). Durante las vacaciones de Semana Santa se acercó hasta allí a pasar unos días la infanta Elena, filtrándose una fotografía de los tres, como pasó el año anterior con otra instantánea en la que también estaban la infanta Cristina y sus hijos.

Uno de los momentos que causarán más tensión en los próximos meses será el juramento ante las Cortes de la princesa Leonor, que cumplirá 18 años el próximo 31 de octubre. Todavía no se sabe la fecha exacta en la que se celebrará, ya que ese día puede coincidir con el Parlamento disuelto por la convocatoria electoral. En ese evento se tiene que simbolizar la continuidad de la corona, pero parece poco probable que Juan Carlos I aparezca en el Congreso de los Diputados, sin haber dado ni siquiera una explicación a los españoles.

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