El futuro de Cataluña

Junqueras allana los indultos y engrasa el diálogo sobre Cataluña al proclamar que la vía unilateral es inviable

Pedro Sánchez y Pere Aragonès se saludan en un acto en Barcelona.

El gesto llegó. Moncloa y PSOE esperaban desde hace días, como reveló infoLibre, una declaración por parte del independentismo que no sólo pusiese en valor su voluntad de indultar a los líderes del procés condenados por el Tribunal Supremo sino que dejase claro que el nuevo president de la Generalitat, Pere Aragonès, y su partido, Esquerra Republicana, descartan volver a la vía unilateral. Es decir, que aunque su hoja de ruta siga siendo conseguir un referéndum, ya no se proponen repetir el 1 de octubre sino convencer al Gobierno para que acepte organizar una consulta pactada siguiendo el modelo de la que Escocia celebró en 2014 de común acuerdo con el Gobierno de Reino Unido.

El propio Oriol Junqueras, en prisión desde octubre de 2017, se encargó de dar el paso. El presidente de Esquerra, y máximo responsable de la estrategia de esta organización, difundió un artículo a través del diario catalán Ara y de laSexta que en la práctica valida la estrategia del presidente Pedro Sánchez.

Junqueras hace autocrítica y admite ser consciente de que la declaración unilateral de independencia no “fue entendida como plenamente legítima por una parte de la sociedad, también de la catalana”.

No renuncia al objetivo de la independencia, pero el líder de Esquerra admite, como ya hizo tras el fracaso del 1 de octubre, que para hacerla realidad necesitan “ser más; una mayoría incontestable, plural y transversal que ponga en el centro de la agenda la resolución del conflicto político existente por vías democráticas”.

ERC busca “ganarse la legitimidad en todas partes”, también ante el Gobierno de España. Por eso, reiteró Junqueras, “nunca renunciaremos al diálogo ni a la negociación”, a sabiendas de que “sería una ingenuidad creer que el diálogo político con el estado dará frutos tangibles de forma inmediata”.

El líder republicano admite expresamente y por primera vez que los indultos son “gestos que pueden aliviar el conflicto”. Y que las vías unilaterales, las que el independentismo intentó el 1 de octubre, “no son viables ni deseables”. “La vía del pacto y el acuerdo, la vía del referéndum acordado”, es en cambio “la opción que genera más garantías y reconocimiento internacional inmediato”.

La declaración de Junqueras no ha sentado bien en el resto de la familia independentista, abiertamente partidarios de la vía unilateral y de la ruptura. Recibió críticas por parte de Junts, el partido de Carles Puigdemont, y de las CUP.

El gesto allana la concesión de los indultos, especialmente dentro del PSOE, y la reanudación de la mesa de diálogo por cuanto deja claro una renuncia a la unilateralidad. De ahí que fuese recibido con buenos ojos desde la Moncloa, que reconoce un “movimiento importante”.

Pedro Sánchez y su equipo llevan semanas haciendo pedagogía sobre la necesidad de apostar por la concordia, la convivencia y el diálogo para resolver ese conflicto, frente a la “venganza y la revancha”.

Los indultos conllevan un desgaste extraordinario para el Gobierno y eran muchos en el PSOE los que echaban en falta que un gesto como el que acaba de protagonizar Junqueras. Otros, en cambio, están convencidos de que no aliviará en nada la presión que la derecha política y mediática ya está ejerciendo para que la medida de gracia acabe con el Gobierno de coalición y con Pedro Sánchez.

La publicación del artículo de Junqueras coincidió con los presidentes de España y Cataluña en un acto de la patronal catalana en Barcelona en las que ambos cruzaron palabras en favor del diálogo que esperan concretar un una primera cita en La Moncloa en los próximos días.

Sánchez propuso abandonar “justificaciones y revanchas y apostar por las soluciones” y pidió “ser generosos y responsables. Tenemos que esforzarnos unos y otros. Me gustaría que dejáramos atrás la dialéctica estéril que ha impregnado también la política española en los últimos años de ‘los unos y los otros' y apostar por un nuevo ‘nosotros”.

“No podemos seguir así. Ha llegado el momento de dar pasos que nos permitan de una vez por todas avanzar buscando en todo momento la serenidad, la paz, la convivencia del conjunto de la ciudadanía por encima de la pequeñez de los intereses partidistas o de los cálculos electorales”, subrayó.

En el mismo foro el president Aragonès defendió retomar el diálogo y la negociación con el Gobierno frente a quienes, también desde el campo independentista, se oponen a él: “Es una oportunidad y una obligación”. El Gobierno, reconoció, ha dado pasos para avanzar en la solución al conflicto, aunque no esté a favor de la amnistía ni de la autodeterminación.

La declaración de Junqueras se suma al discurso de investidura de Pere Aragonès y desmonta la idea de que el “ho tornarem a fer” (lo volveremos a hacer) del independentismo anticipa un nuevo 1 de octubre. Así al menos así es como lo interpreta en nombre del Gobierno el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta. En una entrevista en la Cadena SER citó al exdiputado Joan Coscubiela: “Ellos dicen ‘lo volveremos a hacer’ en el sentido de ‘seguiremos intentando la independencia”. Pero no el sentido de volver cometer “los mismos errores”, aseguró. “Es lo que está haciendo el independentismo desde que estamos los socialistas. Yo sólo he visto en riesgo la unidad de España gobernando e PP”, remarcó.

La derecha mantiene su estrategia

La derecha no da credibilidad alguna a las palabras de Junqueras. El presidente del PP, Pablo Casado, tachó de “engaños y mentiras” las palabras de tanto del líder de ERC como del Gobierno. “Si quieren algún tipo de modificación de la Constitución tendrán que venir al Parlamento español y plantear una reforma del modelo de Estado pero no por la puerta de atrás para permanecer en La Moncloa”, reprochó. Casado insistió en rechazar el referéndum de autodeterminación pactado que proponen los independentistas y que tampoco apoya el Gobierno.

PP, Vox y Cs mantienen el relato sobre el que se ha construido la movilización contra los indultos que el domingo reunirá en la Plaza de Colón a quienes se oponen a la concesión de medidas de gracia. Los dirigentes de los tres partidos siguen sosteniendo que los independentistas, también Esquerra, volverán a intentar una declaración unilateral de independencia. Especialmente si hay indultos. Y si al final no lo hacen, acusan, será porque el Gobierno de Pedro Sánchez negocie con ellos la celebración de un referéndum de autodeterminación a cambio de su apoyo en el Congreso.

A medida que se acerca la fecha de la protesta —tendrá lugar el próximo domingo— crecen las dudas en el seno del PP acerca de su participación.dudas La movilización en la calle, una estrategia muy del gusto de Vox, está dejando en segundo plano las recogidas de firmas y las mociones institucionales puestas en marcha por los de Pablo Casado.

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Preocupa también en la sede de la calle Génova estar dando alas a los de Santiago Abascal, a quienes consideraban en decadencia después de las elecciones madrileñas. Y temen que la repetición de la foto de Colón eche por tierra el esfuerzo por atraer a los votantes más moderados del PSOE que, sobre todo en comunidades como Andalucía, Extremadura, Aragón o Madrid no se sienten cómodos con los indultos.

Entretanto, PP y Vox evidencian cada vez más que la protesta de Colón se va a convertir un nuevo episodio de su prolongada pelea por el reparto de los votos a la derecha del PSOE. La formación ultra, mucho más cómoda que el PP con una convocatoria que abrazó con entusiasmo desde el primer momento y que tendrá lugar además en la localización preferida por la derecha extrema, acusó este lunes a Casado de tratar de instrumentalizar la protesta en favor de su partido.

Nadie sabe a estas alturas cómo planea Casado gestionar la posibilidad de ser fotografiado con Abascal. Un foto que el líder del PP rehúye en privado pero a la que al mismo tiempo, curándose en salud, resta importancia.

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