¿Legitima la tele a los reyes? Un boom de series sobre monarquía saca brillo a las coronas

Protestas contra la monarquía en Londres.

La reina Carlota, precuela de Los Bridgerton, se estrenó el pasado 4 de mayo en Netflix y está siendo un éxito por todo el mundo. La serie narra la historia de la reina Carlota y cómo llega a la realeza británica sin ser muy fiel a la realidad. Es una serie romántica, cómica y dramática, que llega al corazón de quiénes la ven. En redes sociales ha habido millones de reacciones, mayoritariamente buenas. Está bien valorada por la crítica profesional. Por ejemplo, cuenta con una puntuación del 94% de los expertos de RottenTomatoes, una de las plataformas más populares sobre revisión y crítica de cine. “La reina Carlota mejora a los Bridgerton”, ha dicho The Washington Post, o “La reina Carlota es la mejor de los Bridgerton”, según Variety

"En los últimos años hemos visto que también la monarquía entra en nuestras vidas a través de las series, como The Crown o Los Bridgerton", señala Asbel Bohigues, doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad de Valencia, que nos habla sobre el impacto de la cultura pop. "En las películas, las series e incluso la música se nos presenta cómo es o cómo debería ser el mundo. Es una fuente más que tenemos para construir nuestra visión del mundo, nuestra ideología, en un sentido u otro".

Cuenta con personajes problemáticos, emocionalmente complejos, con los que el espectador puede sentirse identificado: es allí donde aparece el problema, cuando el público puede verse reflejado en unos personajes que representan una élite que, además, pertenece a un periodo histórico donde no existían las exigencias democráticas de nuestra época. Estas series idealizan las sociedades predemocráticas. Y simplifican y romantizan las vidas de estos personajes para hacerlos más cercanos.

Las series sobre la monarquía están de moda. El pasado 24 de mayo Prime Video anunció el estreno de su próxima serie Red, White & Royal Blue, inspirada en el libro de Casey McQuiston con el mismo nombre. Es también una historia de amor ambientada en la realeza.

Las series en la construcción de la identidad ideológica

¿Puede algo tan aparentemente banal como una serie formar la identidad ideológica? Es algo que muchos se plantean tras ver producciones como esta. La monarquía es un elemento clave a tener en cuenta a la hora de formar la opinión política, sobre todo en países como España. Enrique Hernández, doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, resume su impacto: “Puede influir, pero la opinión en este tema [el apoyo a la monarquía] está cristalizada, es decir, que es poco maleable. Puede influir en la gente que no tenga una opinión formada, pero es más marginal”. El apoyo a la monarquía y como la cultura pop puede influir en este tema “va a depender de cuanta gente tiene una opinión más débil al respecto, que son los más influenciables”.

"La ideología puede definirse como un conjunto de valores compartidos que describen el universo político", señala Asbel Bohigues. "Entonces, en tanto visión de cómo es y cómo debe ser el mundo, se nutre de numerosas fuentes, y una de ellas puede ser la experiencia vital de las personas, lo cual por supuesto incluye la cultura pop. En las películas, las series, e incluso la música se nos presenta cómo es o cómo debería ser el mundo. Si la democracia funciona (Star Wars), si está bien o mal robar a los poderosos (La Casa de Papel), si hay parejas homosexuales (Brokeback Mountain)… Es una fuente más que tenemos para construir nuestra visión del mundo, nuestra ideología, en un sentido u otro", analiza.

En el caso de la monarquía, al ser una institución no escogida por los ciudadanos, genera más escepticismo. Con estas producciones televisivas "se puede construir un apoyo afectivo hacia la propia institución o la tradición”. Con ello se puede crear un acercamiento. “Si se presenta la monarquía como algo más útil podría reconectar con la población”, menciona Hernández. “Si las personas creen que tiene utilidad van a apoyarla. Eso explicaría cómo antes en España Juan Carlos tenía mucho apoyo, más que Felipe en la actualidad”.

Además de las series, la prensa rosa también influye en la formación de opinión. "En los últimos años hemos visto que la monarquía entra en nuestras vidas a través de las series, como The Crown o Los Bridgerton. Al final la prensa rosa como estas series dan una imagen de la monarquía más cercana, más humana, que hace que esa élite alejada lo sea menos. La normalizan, en definitiva."

“Con los pocos datos que tenemos, en España, vemos un componente súper importante, es el generacional”, explica Hernández, “No es solo por cuestión de que al hacerse mayor uno se hace más monárquico. A pesar de hacerse más mayores, el apoyo va bajando según la generación”. Hay generaciones que por el contexto social, político y económico de su juventud, que es la época en la cual se empieza a formar la identidad política, tienden a apoyar más la monarquía, siendo en el caso de España las más mayores.

El clivaje generacional —es decir, uno de los puntos que define la tendencia política de los individuos— es clave en la creación de la identidad política. Ana Sofía Cardenal Izquierdo, doctora en Ciencias Políticas y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya, habla de este punto: “Ahora la televisión la consume mucha menos gente. Antes veías los informativos, aunque fuese porque los ponían antes de la película. Ahora este patrón de consumo se ha roto”. “A lo mejor es un problema de edad: los más jóvenes no consumen tele. ¿Qué consumen? Redes sociales y series y se informan por ahí”, añade.

Los más jóvenes están en el proceso de socialización y creación de su identidad política, por lo que los diferentes inputs acaban moldeando la opinión, incluso la afección hacia la propia política y sus instituciones. "Tradicionalmente los jóvenes siempre han tenido desafección hacia la política, a no ser de hayan tenido una socialización, sobre todo en casa", menciona Cardenal. "Se van socializando a medida que se insertan al mundo laboral", añade. "Eso sí, no sabemos aún si esto estimula el interés en la política en datos". Antes lo que influía en esta creación de identidad eran los periódicos y la televisión —en el caso de España, sobre todo lo segundo—, ahora son los nuevos canales de consumo".

Las generaciones más jóvenes están más alejadas de la cultura política, por lo que “con series como House of Cards, si es que escogen ver series de este tipo, pueden generar ese interés y que se traduzca en más participación”, remarca Cardenal. “Series como The Crown pueden crear ese apego hacia la monarquía, ya que la hace más entendible para la gente que tenga una indiferencia absoluta”. Las series pueden ser un puente para llevar los temas clave al interés de la población, para que se lleven al debate político.

Algunas de estas series, como la producción británica de The Crown, tratan de reflejar la realidad histórica de la monarquía. Al mostrar esta realidad se crea "un efecto adicional que puede ser la normalización de la monarquía", con la consecuencia de "humanizar a esa élite alejada" e incluso "legitimarla como forma de gobierno".

En la otra cara de la moneda se encuentran las series como La reina Carlota, que muestran algunos elementos de la realidad histórica pero sin ser totalmente fieles a ella. Netflix lo define como “un mundo ficticio inspirado en la realidad”. Con el estreno de la primera temporada de Los Bridgerton entró el debate racial a nivel histórico. A pesar de que se hace referencia al racismo de la época, en la serie se ven personas racializadas con altos recursos económicos y que, con la llegada de la reina Carlota a la corona, pasan a tener un título nobiliario.

En el siglo XVIII, época en la que está inspirada la serie, había trabajadores y esclavos negro, con un estatus reducido al de "objetos de valor". Algunos tenían puestos de trabajo importantes (como mercaderes o en oficinas del gobierno), pero eran casos muy puntuales que no definen la realidad de la época. Esta imagen distorsionada de la realidad puede influenciar en la opinión de aquellos que no tengan conocimientos de la realidad histórica, mostrando una igualdad racial que no existía en la época.

Reino Unido en la “corona” de la producción monárquica

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Reino Unido es el país estrella en la producción de series de cariz monárquico. A parte de La reina Carlota, otras series sobre la monarquía (o la nobleza) como The Crown, Downtown Abbey o Catalina la Grande destacan entre el público. No es casualidad que Reino Unido, el país monárquico por excelencia, sea el principal productor. "La relación parece obvia. Tengo monarquía, por tanto tengo material y potencial interés de la población", remarca Bohigues. “Es totalmente comprensible que Reino Unido sea el líder de la producción de este tipo de series”, señala Hernández: “Que sea internacional también es importante. Una serie sobre la monarquía holandesa probablemente no va a tener un impacto tan grande”.

La reina Carlota aparece después de las últimas encuestas donde la aceptación de la monarquía británica cuenta con mínimos históricos. Según la realizada por YouGov, un 58% apoya a la monarquía (era un 62% de 2022). Según el National Center for Social Research, solamente el 29% considera a la monarquía “muy importante”.

¿Y en España? El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no pregunta a los ciudadanos sobre su opinión respecto la corona desde 2015. España es un país tradicionalmente apegado a la televisión, comparado con el consumo de periódicos. “Con la llegada tardía de la democracia, la televisión ya formó parte de la cultura de medios para los españoles”, afirma Cardenal, haciendo que esta población esté más apegada a los nuevos formatos. Tal como dijo Giovanni Sartori, “en España somos vídeo-ciudadanos”.

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