Fiscalidad

Así es el método del “doble irlandés con sándwich holandés” que utiliza Google para eludir impuestos

Imagen de recurso de las oficinas de Google.

El registro por parte de la Agencia Tributaria de la dos sedes de Google en Madrid para investigar un posible caso de fraude fiscal pone el foco sobre las estrategias de optimización fiscal que utilizan algunas compañías –especialmente las tecnológicas norteamericanas– para reducir su pago de impuestos en países como España. Esas prácticas fiscales agresivas tienen en métodos como el llamado "doble irlandés con sándwich holandés" una de las vías para reducir legalmente el pago de impuestos. 

Antes que nada, hay que reseñar que no existe armonización de la base imponible del impuesto de sociedades en todo el territorio de la UE. Por ejemplo, mientras que España mantiene un tipo del 25%, Irlanda grava las ganancias empresariales al 12,5%. Este hecho, unido a las fisuras del muro de la fiscalidad internacional y a las complejas estrategias societarias que diseñan los asesores de estas compañías, posibilita que las multinacionales acaben contrayendo de forma legal sus factura fiscales.

Lo que suelen hacer las filiales españolas de grandes tecnológicas estadounidenses como la citada Google, pero también otras como Apple, Yahoo, Amazon, Twitter, Microsoft, Ebay o Facebook, es operar como intermediarias de otras delegaciones en Irlanda, Holanda, Luxemburgo o Suiza, que son países que tienen una tributación más reducida y en cuyo ordenamiento jurídico existen leyes que les permiten trasladar sus beneficios a paraísos fiscales sin apenas coste impositivo.

Es aquí donde aparecen instrumentos agresivos como la práctica combinada del "doble irlandés" y el "sándwich holandés", que permiten reducir los impuestos gracias al envío de ganancias a través de filiales holandesas o con sede en Irlanda que, después, se trasladan a paraísos fiscales. Veamos en qué consiste cada una de esas prácticas aplicadas al ejemplo de Google. 

El "doble irlandés". Google tiene dos sociedades filiales en Irlanda. Una de ellas, Google Ireland Ltd., tiene sede en Dublín y, la otra, Google Ireland Holdings, en las Islas Bermudas, país con el que Irlanda tiene un convenio especial. Google Ireland Ltd. (Dublín) es la encargada de vender y facturar los productos de Google en Europa, pero como ha trasladado a Google Ireland Holdings (Islas Bermudas) las patentes y los derechos sobre su propiedad intelectual, carga esos beneficios contra esta última.

¿Qué consecuencias tiene esto? Pues que, al cargar los beneficios sobre Google Ireland Holdings (Islas Bermudas), la parte que Google Ireland Ltd. (Dublín) tributa en Irlanda, además de hacerlo al 12,5%, es muy pequeña. Y que la mayoría de las ganancias, que son trasladadas en forma de derechos de autor a la filial de Google en las Islas Bermudas, o bien directamente no tributan o lo hacen a un tipo muy bajo. 

El "sándwich holandés". Pero todavía hay más. Las grandes tecnológicas han afinado tanto el sistema que tienen otro instrumento para reducir esa parte pequeña de los beneficios que todavía tributan en Irlanda. Lo hacen creando otras dos sociedades. Una en Holanda, un país con un tratamiento especial para los holdings de empresas y que tiene suscritos un gran número de acuerdos de doble imposición con algunos paraísos fiscales. En el caso del buscador, su filial holandesa se llama Google Netherlands Holdings BV y ni siquiera tiene empleados. Y otra en un paraíso fiscal con el que Holanda tenga un convenio de doble imposición. 

Como la ley irlandesa permite que el traspaso de dividendos y plusvalías esté exento desde Irlanda a otro país europeo, lo que hace el buscador es trasladar a Google Netherlands Holdings BV (Holanda) los pocos beneficios que todavía le queden por tributar a Google Ireland Ltd. (Dublín). Es decir, le traslada los beneficios sin tener que pagar nada por ellos. Y lo que hace después la empresa con sede en Holanda es servirse de la sociedad que ha creado en un paraíso fiscal –en las Antillas holandesas, por ejemplo– para trasladarle esas cantidades y así acabar pagando un 2% de impuestos, tal y como permite la legislación de los Países Bajos. 

Lo que genera este método es que los millonarios beneficios recibidos por la venta de derechos de propiedad intelectual se vayan a las Islas Bermudas y los dividendos se trasladen a las Antillas. La conclusión es que la práctica totalidad de los beneficios se desplazan a dos paraísos fiscales eludiendo el pago de impuestos en los países donde realmente se han generado esas ganancias

En el caso del gigante tecnológico, las cuentas de su filial en Holanda (Google Netherlands Holdings BV) revelaron que había enviado 10.700 millones de euros desde su sede europea en los Países Bajos hasta las Islas Bermudas para eludir impuestos en 2014, tal y como recogió la agencia Reuters. De hecho, según la información oficial de la filial holandesa, Google sólo pagó ese año 2,8 millones de euros de impuestos en Holanda

Investigacions y medidas 

Este tipo de prácticas ya han generado la reacción de algunos países europeos. En Reino Unido, por ejemplo, Google alcanzó un acuerdo con la Hacienda británica para pagar alrededor de 172 millones de euros en concepto de impuestos atrasados por los beneficios obtenidos en ese país entre 2005 y 2015. La cesión de Google llegó después de una investigación a la compañía que se prolongó durante meses. 

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También hay una investigación en curso en Francia, donde a mediados del pasado mayo inspectores fiscales registraron la sede parisina del buscador para buscar la documentación que probaría el supuesto desvío de los beneficios generados en ese país a paraísos fiscales vía Irlanda. El Gobierno galo reclama a Google una supuesta deuda fiscal de al menos 1.600 millones de euros a Google por los impuestos no pagados por sus actividades, así como las sanciones correspondientes. En Italia, por su parte, las autoridades también acusan a la compañía de haber eludido el pago de 227 millones de euros en impuestos entre 2009 y 2013.

Por otro lado, la crisis económica ha puesto encima de la mesa el debate sobre la idoneidad de tener en los países de la UE legislaciones que favorecen que determinadas empresas lleven a cabo una planificación fiscal agresiva con el objetivo de pagar menos impuestos. Se trata de prácticas legales pero que, a juicio de colectivos como la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda o el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) son "inmorales".

Entre las medidas llevadas a cabo de forma más reciente está la directiva sobre intercambio de datos fiscales de las multinacionales que los ministros de Economía de la UE adoptaron oficialmente el pasado 25 de mayo. Sin embargo, se trata de un acuerdo con medidas limitadas porque las nuevas obligaciones sólo afectan a los grupos que facturen más de 750 millones al año y las sanciones para quienes las incumplan las decidirán las autoridades de cada país. 

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