El futuro del PSOE

Los militantes eligen líder del PSC al candidato más alejado de la gestora

Miquel Iceta gana las primarias de los socialistas catalanes

Beatriz Pérez | Barcelona

El primer secretario del PSC desde el 2014, Miquel Iceta, ganó este sábado las primarias de su partido con un total de 4.889 votos de los militantes (54%) frente a los 4.141 (46%) que obtuvo Núria Parlon, viceprimera secretaria y alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Ambos aspirantes se enfrentaron este sábado en una ajustada votación que tenía el 'no' a la abstención en la investidura de Mariano Rajoy (y, con ella, el desafío a la gestora del PSOE) como telón de fondo. Hay que destacar que la participación fue baja, ya que sólo votaron el 50,8% de los 17.935 militantes del partido.

Esta oposición al PP, aunque sostenida al unísono por los dos, fue siempre defendida con especial intensidad por Miquel Iceta. "Escuchar a la militancia es bueno. Ser coherente en la posición política es bueno", insistió Iceta ante los medios nada más conocerse los resultados que lo han revalidado como líder de los socialistas catalanes. Un mensaje que también lanzó Pedro Sánchez desde su cuenta de Twitter, poco después de conocer la victoria de Iceta: "Hoy y siempre defenderemos el voto de los militantes", escribió el defenestrado líder socialista.

"Probablemente los militantes han quedado decepcionados por la imagen que hemos dado en el Comité Federal", lamentó Iceta para, a continuación, reivindicar un "gobierno progresista cuanto antes mejor" en lugar dejarse arrastrar por un "gobierno conservador".

"Me presenté a las primarias para que el socialismo vuelva a representar a las personas que han perdido la confianza en sus siglas", dijo por su parte Núria Parlon, quien negó una posible fractura del PSC. Frente a Iceta, Parlon representaba, según sus adeptos, la "renovación" y contaba –este no es un dato menor– con el apoyo del gran bastión socialista del Baix Llobregat, la tercera comarca más poblada de Cataluña ubicada en la provincia de Barcelona. En su discurso, Parlon defendió siempre la necesidad de convertir al PSC en una formación más horizontal, territorial y abierta a los ciudadanos. Un guiño, sin duda alguna, a los simpatizantes de Ada Colau y Catalunya Sí Que Es Pot. "Trabajaré codo con codo con Iceta para fortalecer el mundo local y reconectar con los ciudadanos", aseveró tras conocerse los resultados de las primarias.

Aunque la gestora del PSOE mantuvo en público una estricta neutralidad respecto a las primarias del PSC, lo cierto es que Susana Díaz y su equipo admitían tener mejor sintonía con Parlon. Además, entre los barones que han tomado el mando del partido se señala a Iceta como la persona que estaba negociando con los independentistas catalanes para llegar a un acuerdo que permitiese formar un Gobierno presidido por Pedro Sánchez.

Pero ganase quien ganase este sábado, los socialistas ya daban por hecho que habría choque de trenes en Madrid ante la clara disposición del PSC a romper la disciplina de voto en el Grupo Socialista en caso de que este opte por dejar gobernar a Rajoy.

Firmeza en el 'no' a Rajoy

El PSC (y con él Miquel Iceta) es consciente de la importancia de mantenerse firme en la negativa a investir a Mariano Rajoy. No solo rechaza los recortes sociales aplicados durante su legislatura y los casos de corrupción, sino que también lo culpabiliza de la falta de entendimiento entre Cataluña y España. Rajoy, le reprocha, ha sustituido el diálogo y el debate por la apelación a la Justicia. De hecho, este mismo lunes se supo que la Fiscalía pedirá 10 años de inhabilitación para Artur Mas por su participación en la consulta del 9 de noviembre del 2014 (9N). Para el PSC, esta cerrazón ha traído consigo un deterioro palpable de la situación en Cataluña y un auge del independentismo, cuyo apoyo social ha pasado del 20-25% hace unos años al 47,8% en las elecciones de septiembre de 2015.

Por eso, en el seno del PSC tienen muy claro que si, de alguna manera, dejasen vía libre a una segunda legislatura de Rajoy ello significaría la muerte política de los socialistas catalanes en un momento en que el partido sufre aún los varapalos del histórico fracaso del Estatut por un lado y, por el otro, de los partidos nacionalistas, que los acusan de no posicionarse con contundencia a favor del derecho a decidir. De hecho, la tibieza del PSC en este asunto e incluso sus frecuentes cambios de parecer al respecto (comenzó defendiéndolo en su programa, pero después se desdijo) contribuyó a su desgaste en las urnas: el PSC, protagonista de la gran transformación de la Cataluña urbana desde la Transición, ha pasado de gobernar la Generalitat (del 2003 al 2010) a convertirse en la tercera fuerza política.

Hoy por hoy, Miquel Iceta es claro en su rechazo a la independencia de Cataluña ("El 'derecho a decidir' es solo un eslogan", ha dicho en alguna ocasión), pero sí apuesta por una reforma constitucional en cuyo referéndum voten todos los españoles. La paradoja radica en que para poder llevar a cabo esta medida debería contar con el apoyo de los partidos conservadores.

La crítica situación del PSC es reconocida por todos. Saben que está en juego la propia credibilidad del partido. Saben, en última instancia, de la importancia de encontrar un interlocutor en Madrid con el que hablar sin ambigüedades de un proyecto de reforma del Estado. El fiel apoyo que tanto Iceta como Parlon mostraron a Pedro Sánchez hasta el último momento debe entenderse en este contexto: en la entereza del ya ex primer secretario general del PSOE a la hora de no permitir que Rajoy siguiera al frente del Gobierno de España.

El PSC, híbrido dentro del PSOE

Iceta no es partidario de que el PSOE dé libertad de voto en la investidura de Rajoy e insiste en que el PSC votará ‘no’

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Sí o sí, Miquel Iceta tendrá que lidiar con una difícil situación en Madrid. Desde las elecciones de diciembre de 2015, Pedro Sánchez ha estado recibiendo órdenes bien claras de no pactar, bajo ningún concepto, con los partidos soberanistas catalanes en el Congreso (de hecho, su plan de alcanzar la presidencia con la ayuda de estos y Podemos fue lo que puso de uñas a los barones territoriales, que acabaron decapitándolo). Ni hablar tampoco de un referéndum.

Pero el PSC, un partido híbrido que pedalea entre su autonomía del PSOE y los vínculos con el mismo, es otro cantar. El propio Iceta se ha mostrado partidario de intentar un acercamiento con el Partit Demòcrata Europeu Català (PDECat, la antigua Convergència) y con Esquerra Republicana (ERC). "Hay que hablar con todos", aseguró recientemente. Y, al igual que su contrincante Núria Parlon, está abierto a pactar con Podemos. Con matices, eso sí, pues no olvida los desencuentros habidos en Castilla La Mancha y Extremadura. Pero mientras tanto en Madrid la actual gestora del PSOE mira con recelo estos mensajes aperturistas que llegan desde el otro lado del Ebro.

Solo con la boca muy pequeña, unos pocos hablan de una posible escisión del sector catalán dentro del PSOE. ¿Ocurrirá? Esto, sin duda alguna, pondría en jaque el futuro del PSOE, ya que muchos consideran que sin Cataluña no puede haber un proyecto sólido de socialismo español. Sin el PSC, el PSOE jamás hubiera llegado a ser la primera fuerza política en Cataluña

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