Juicio a los 'ocho de Airbus'

Los policías no reconocen a sus agresores en el juicio contra los ‘Ocho de Airbus’

Los policías no reconocen a sus agresores en el juicio contra los 'ocho de Airbus'

Este martes se celebró en el Juzgado de Instrucción número 1 de Getafe la segunda sesión del juicio contra los ocho sindicalistas y trabajadores de Airbus acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores, otro de atentado contra la autoridad, cuatro delitos de lesiones y siete faltas de lesiones. En esta nueva jornada, la vista se centró en los testigos. Así, fueron llamados a declarar, según informaron en el propio juzgado, un total de 22 personas, entre ellas los 11 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que actuaron aquel 29 de septiembre de 2010 a las puertas de las factoría de Airbus en la localidad de Getafe.

Hasta las 14.00 horas, habían declarado siete de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía. La defensa, compuesta de ocho letrados, puso contra las cuerdas a los agentes con sus preguntas, que se centraron, principalmente, en el reconocimiento de los acusados como agresores. Sólo uno de los cinco agentes aseguró "sin lugar a dudas" que vio a José Alcázar, por aquel entonces sindicalista de CCOO y miembro del Comité Intercentros de la compañía, "darle una patada a un compañero", aunque no recordaba dónde ni en cuál de las dos piernas. Sobre la persona que le golpeó: "No recuerdo"", afirmó, señalando con posterioridad que "los golpes" no se los dio "él solo".

Otro de los agentes, por su parte, aseguró en su declaración en el juzgado con posterioridad a los hechos que "no vio a Alcázar instigar ni agredir". "Yo no vi que agrediera a nadie", apuntó en la misma línea, y en referencia al sindicalista, un tercer policía. El jefe del operativo, por su parte, también reconoció no saber quién era "la persona" que "le lanzó un cono". "Entonces, si no reconoce a nadie que le agrediese, ¿por qué cogió la consignación económica?", preguntó la defensa. Uno de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía señaló que la decisión fue suya, mientras que tres compañeros afirmaron que era porque así se lo había recomendado su abogado. Sólo uno no había cogido ese dinero.

De los dos agentes que se quedaron encerrados dentro de la factoría con las personas concentradas, hasta las 14.00 horas sólo había prestado declaración ante el juez uno de ellos. El policía afirmó que escuchaba "mátalos, mátalos" y que los trabajadores y sindicalistas que le acorralaron contra la puerta les querían "linchar". Sin embargo, sólo salió de la factoría "con una erosión en el brazo". Sus compañeros, en este sentido, aseguraron que "les agredieron brutalmente" con "puñetazos y patadas" mientras "estaban en el suelo".

"¿Cómo un grupo de 15 personas, con esa agresividad que usted dice, la única lesión que tiene es una erosión en el brazo"? El policía desmintió la versión que dieron los otros agentes y aseguró que "era tal el ansia de hacernos daño que lo único que sentíamos fue una presión porque querían pegarnos todos, entonces los primeros no tenían espacio para golpear".

Dudas sobre los agresores del trabajador

Durante la sesión, también se dieron versiones contrapuestas sobre la agresión de los sindicalistas y trabajadores a uno de los empleados de Airbus cuando trataba de acceder a su puesto de trabajo. Así, mientras el jefe del operativo afirmó en una rueda de reconocimiento, según señaló la defensa, que Rodolfo Malo se encontraba dentro del grupo que se "abalanzó" contra el empleado, en esta segunda sesión añadió que no lo vio "claramente". "El tema de las identificaciones, en estos casos, es una cosa muy complicada", añadió. "Es imposible determinar, persona por persona, cuando era un grupo de 150", afirmó un compañero.

Otro de los agentes señaló, con una seguridad "del 100%", que Malo había sido uno de los agresores. Sin embargo, un tercero apuntó a Enrique Gil. En referencia a la lesión que sufrió el trabajador, los policías dijeron que le daban puñetazos "violentamente en la cara", pero los abogados que representaban a los acusados insistieron en que el empleado de Airbus no presentaba ningún golpe en el rostro. Por este motivo, las defensas incidieron en que las contusiones podían haber sido ocasionadas por el intento de los agentes de sacarle del interior del tumulto.

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Disparos al aire

Los policías insistieron en la versión de que la concentración estaba impidiendo la entrada de los trabajadores a la factoría de Getafe. "Hablamos con los responsables y nos dijeron que no iban a permitir el acceso a ningún trabajador", apuntó, en este sentido, el jefe del operativo. Los policías calificaron "el ambiente" aquel día como "crispado" y "hostil", con algunos "incidentes". En este sentido, hicieron hincapié en el caso de una mujer embarazada que trataba de entrar y a la que "lanzaban petardos" al coche y le gritaban "frases machistas" y "que iba a perder a su bebé". Sobre la actuación policial, afirmaron que fue "defensiva".

Además, el responsable del operativo indicó que había "directrices" de comunicar "inmediatamente" cualquier "incidente de piquetes de CCOO y UGT" y "esperar órdenes". Incluso uno de los agentes habló de una "mano política que quería proteger a toda costa a las personas que estaban allí [en la concentración]". Sobre los siete disparos al aire que efectuó uno de los compañeros, el jefe del operativo comentó que era algo "excepcional" que sucediese eso y apostilló que "con el Gobierno que había", en referencia al Ejecutivo socialista, se dio "por finiquitado"."Con el brazo extendido efectuó los disparos necesarios para que la gente que estaba golpeando [a los compañeros] saliese corriendo", remachó uno de los antidisturbios.

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