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La crisis del Poder Judicial

El PP deja en suspenso sus condiciones para renovar el CGPJ a cambio de posponer los nombramientos en el TC

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, posan para la prensa en la Moncloa.

El PP ya no pone condiciones previas para acordar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Al menos eso es lo que se deduce de las palabras de su negociador principal, el eurodiputado Esteban González Pons. Aunque su partido defenderá en el diálogo abierto con el Gobierno que el nombramiento de los nuevos vocales, pendientes desde hace casi cuatro años, se haga con arreglo a sus criterios y no únicamente de acuerdo con los que marca la ley. Así como que el Ejecutivo se comprometa a reformar el modelo en los próximos meses. La defensa de esas propuestas como condiciones previas fueron el obstáculo que mantuvo bloqueada la negociación durante los últimos meses.

Los de Alberto Núñez Feijóo parecen haber cambiado de posición una vez que el Gobierno ha aceptado que a la negociación sobre el CGPJ se sumen los cinco nombramientos pendientes en el Tribunal Constitucional. Sánchez, interpretan en el PP, se ha comprometido a no nombrar a los dos magistrados que le corresponden en el TC en tanto no haya un acuerdo sobre el Consejo. Otros dos deben ser designados por el CGPJ, algo que los vocales conservadores boicotean desde hace semanas con el respaldo de Feijóo, y el quinto depende de un acuerdo entre PP y PSOE en el Senado. Si se llevan todos a cabo, el tribunal dará un vuelco y pasará de tener una mayoría conservadora a una progresista.

Pons fue muy ambiguo al respecto, pero reconoció que están hablando del magistrado “pendiente de renovar” en el Senado. El PP lo quiere para sí y, con el objetivo de conseguirlo, apela “al acuerdo entre los dos partidos políticos y al fairplay que suele inspirar los nombramientos de magistrados del Tribunal Constitucional por parte del Gobierno”, explicó.

Después de tres horas de reunión en la Moncloa, y contra todo pronóstico, Alberto Núñez Feijóo ni siquiera compareció ante los periodistas. Es un hecho insólito: nunca había pasado que un líder de la oposición se entrevistase con el presidente del Gobierno y no rindiese cuentas a continuación ante los periodistas. 

En su ausencia, fue Esteban González Pons quien asumió desde la sede de Génova la portavocía del partido. Y lo hizo para, más allá de la falta de resultados concretos en la renovación del Consejo, mostrarse extraordinariamente satisfecho no solamente con las formas sino con la actitud de Pedro Sánchez, al que de una forma poco frecuente elogió varias veces y al que agradeció la convocatoria. 

“El ambiente de la reunión” fue “muchísimo más cordial de lo que cabía esperar”. “Hoy hemos ido a la Moncloa, nos han recibido y nos han puesto un café. Nos han atendido. Han escuchado nuestras razones y hemos decidido que empezamos a negociar. Tengo razones para estar contento y estoy contento”. “Esta vez, en lugar de salir ninguneados de la Moncloa, nos hemos encontrado con un Gobierno que está dispuesto a hablar, que está dispuesto a recibir propuestas, a hacer propuestas y hacer algo constructivo con la oposición”, remarcó.

La apuesta de Pons por rebajar la creciente intensidad de la refriega entre el Gobierno y el PP se produce a pocos días de que Sánchez y Feijóo se vean de nuevo las caras en un debate en el Senado. Una cita que amenaza con crispar aún más la relación entre ambos y gracias a la cual el PSOE aspira a seguir combatiendo la imagen de “solvencia” del líder conservador. Para cimentar un cambio de tono, Pons defendió la voluntad de su partido de alcanzar “grandes consensos”, su deseo de proteger y trabajar la relación entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición y su esfuerzo “por sosegar y serenar” los debates.

Comunicación

Es en ese marco en el que el negociador del PP citó, como un motivo adicional de satisfacción, el hecho de que, según su versión, el Gobierno haya aceptado a petición de Feijóo mantener canales de comunicación con su partido. “Al menos que en unos pocos temas que son posibles y claves para el país no se continúe como hasta ahora”, precisó. Se trata de preservar “un mínimo canal de comunicación ordinaria y de respeto básico; ojalá que el encuentro de hoy signifique que a partir de ahora desde la Presidencia del Gobierno se va a tener en cuenta lo que opina el principal partido de la oposición en aquellos temas que son claves”.

De hecho, el diálogo “discreto” que acaban de reanudar para renovar el CGPJ y cubrir las vacantes en el TC lo llevarán Pons y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, pero “a lo largo de esa negociación el contacto entre el presidente del Gobierno y Feijóo será frecuente”, precisó.

 En lo sustancial, el PP mantiene la propuesta que remitió al Gobierno en julio: que la renovación se haga mediante criterios no previstos en la ley y que el Ejecutivo se comprometa a renunciar a su modelo de elección de los vocales, que no es otro que el que utilizan los dos grandes partidos desde el año 1986. Pero, por primera vez, los conservadores no hablan de “líneas rojas”, sino de propuestas y de “un eje de negociación”. El documento de julio es ahora “la base sobre la que creemos que debemos empezar a negociar”, explicó González Pons. “Nuestra vocación es defender esos criterios, pero déjennos que empecemos a negociar para ver qué acepta el Gobierno y qué no”, pidió a los periodistas que le insistían para saber si el PP mantenía sus exigencias. 

El PP trasladó la idea de que, de la reunión, únicamente han salido una rectificación y una cesión por parte del Gobierno. La rectificación sería, según el PP, la vuelta a una negociación cuya ruptura atribuyen al Ejecutivo, a pesar de que está documentado que fueron ellos quienes la rompieron. “Lamentamos sinceramente que se haya tenido que llegar a esta situación para que el Gobierno entienda que no estaba en el buen camino y que también él debe facilitar la negociación”, razonó Pons. La cesión sería haber renunciado a nombrar ya a los magistrados que le corresponde designar en el TC a la espera de un acuerdo sobre el CGPJ.

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“Vamos a reconstruir los puentes. Haber tomado la decisión de darnos una última oportunidad no es una decisión menor ni que se pueda adoptar sin una larga, constructiva y a veces muy difícil conversación”. “Vamos a negociar conjuntamente el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial, vamos a hablar de todo”, destacó Pons. “Después de meses de ninguneo, es una buena noticia que el Gobierno retome las negociaciones” y que “las intenciones” de ambas partes sean “buenas”.

Pons, no obstante, rebajó considerablemente las expectativas que minutos antes de su rueda de prensa había despertado Feijóo con una anotación en Twitter en la que anunciaba haber “avanzado” con Sánchez “para abordar la renovación conjunta de CGPJ y TC con un nuevo marco que profundice en criterios de independencia”. Ese “nuevo marco” del que habla el líder del PP, según el negociador del partido, no es otra cosa que “el diálogo y el espíritu constructivo”.

Independientemente de la voluntad real de Feijóo de flexibilizar su posición en este asunto, el PP tiene poco margen para desbloquear la renovación del Consejo. El resto de la derecha, Vox y Ciudadanos, y sus medios afines son muy críticos con cualquier escenario que no incluya un cambio en el modelo de elección para que los jueces elijan directamente el CGPJ sin participación alguna del Congreso y el Senado.

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