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El presidente de Ferrovial apoyó hace un mes a Feijóo y le prometió trabajar por una “España mejor y más próspera”

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, y Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, el pasado 10 de enero en un acto en Madrid.

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, cree que sería bueno que Alberto Núñez Feijóo fuese el próximo presidente del Gobierno de España y así lo sugirió el pasado 10 de enero en un acto organizado por el diario Abc en Madrid patrocinado por su compañía. El presidente de Vocento, Ignacio Ybarra, apostó en ese acto por el líder del PP para las elecciones generales y el propio Del Pino se deshizo en elogios hacia su persona mostrándose seguro de que, si “gana las próximas elecciones”, Ferrovial contará con “un buen plan inversor” en materia de infraestructuras.

En aquella reunión, el presidente de Ferrovial, que esta semana acaba de anunciar el traslado de la sede de la empresa a Países Bajos, se jactó de mantener una larga relación con Feijóo, al que conoce desde “hace ya 20 años”, cuando el hoy presidente del PP era conselleiro de Política Territorial del Gobierno de Manuel Fraga y decidía suculentos contratos de obra pública en la comunidad gallega financiados a través del Plan Galicia, un ambicioso programa de inversiones con el que la administración conservadora intentó acallar el malestar provocado por la catástrofe del Prestige.

“Su trayectoria revela su capacidad de gestión y su solvencia política y administrativa y por eso ha creado gran expectación este desayuno en el que esperamos escuchar su diagnóstico y atender su receta para mejorar la situación tan compleja como la que nos está tocando vivir. Así que esperamos que no haga de gallego y no nos decepcione”, añadió en su presentación.

El presidente de Ferrovial elogió hasta en dos ocasiones “la amplia experiencia en la política y en la gestión pública” del presidente del PP, tanto en los trece años que dirigió “la Xunta y el PP de Galicia” como en los que tuvo a su cargo el desaparecido Insalud y la empresa pública de Correos. E hizo ante él un firme compromiso que acaba de incumplir: “Nuestra ambición es seguir contribuyendo a la construcción de una España mejor y más próspera, por lo que todos los partidos políticos podrán encontrar siempre en Ferrovial un sólido aliado para seguir avanzando”. 

Entre los más ricos

Del Pino es la tercera fortuna personal de España, sólo por detrás de Amancio Ortega y de su hija Sandra, con un patrimonio de 3.800 millones de euros, según la clasificación que hace pública anualmente la revista Forbes. Es el principal accionista individual de Ferrovial a través de su sociedad patrimonial Rijn Capital, con la que invierte también en otros sectores y sociedades. 

En aquella cita, mes y medio antes de anunciar que su empresa trasladará su sede a Países Bajos, el presidente de Ferrovial intervino antes de que Feijóo tomase la palabra para, además de manifestarle su respaldo, mostrarse preocupado por el contexto económico mundial. “Estamos”, dijo, “en una situación internacional en la que desde el punto de vista empresarial e inversor el riesgo político en todo el mundo es de máximos de las últimas décadas”. 

Algo a lo que España, añadió, “no es ajena” y que genera una situación que es motivo de “inquietud en todos los inversores” y que puede “repercutir negativamente en la creación de empleo y en el crecimiento económico”. Por esa razón, añadió, “es necesario el respeto y el refuerzo de las instituciones del Estado”, algo que en su opinión “España ya ha hecho con gran éxito en circunstancias más complejas que la actual por el camino de la cohesión y del consenso”. “Se obtuvieron con ello resultados palpables que abrieron etapas de crecimiento, de progreso y de creación de empleo extraordinarias”.

Ante Feijóo, Del Pino puso en duda el atractivo de España para invertir en estos momentos, pero dejando claro que eso no afectaría al compromiso de su empresa con el país. “Hablando como empresarios creo que debemos volver a convertir España en un destino atractivo para invertir y en imán del mejor talento a nivel mundial”. Y para conseguirlo “hace falta un marco laboral, mercantil y fiscal competitivo en el entorno internacional y también seguridad jurídica en todos los ámbitos”. 

Además de contratos para su sector, añadió. “No puedo dejar de mencionar, porque de eso vivimos, que el sector de las infraestructuras es clave para el desarrollo económico y que no sólo crea riqueza y empleo sino que además es un agente modernizador, mejora la calidad de vida de las personas y se encuentra a la vanguardia de la sostenibilidad y la transformación digital”. 

Confiado en Feijóo

“Así que si usted gana las próximas elecciones”, señaló dirigiéndose directamente a Feijóo, “estamos seguros de que contaremos con un buen plan inversor”. Porque el presidente del PP “ha defendido siempre a lo largo de su trayectoria política el papel de la empresa como impulsora del crecimiento económico y del progreso”. Una “visión de las empresas como motor del país” que él mismo comparte “ampliamente”. Por eso, remató aquel día sin revelar sus planes para llevar la empresa a Países Bajos, “nuestra ambición es seguir contribuyendo a la construcción de una España mejor y más próspera por lo que todos los partidos políticos podrán eco entrar siempre en Ferrovial un sólido aliado para seguir avanzando”.

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infoLibre preguntó este jueves al PP si, dada la larga y estrecha relación que tiene con Del Pino, según las palabras del empresario, Feijóo se había puesto en contacto con él para interesarse por las razones por las que va a trasladar la sede de Ferrovial a Países Bajos y si ha tratado de convencerle de que no lo haga. “Lo desconocemos”, fue la respuesta de los servicios de prensa del PP.

De momento , el PP se ha limitado a culpar al Gobierno de la decisión de Ferrovial. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, la calificó este jueves de una “mala noticia” para España, pero se mostró comprensivo con Del Pino porque “entiende” que haya empresas que “no aguanten la presión y el maltrato” del Gobierno de Pedro Sánchez.

España, añadió, tiene un Gobierno que “ataca e insulta a las empresas” y “ha traído inestabilidad e inseguridad jurídica” porque es “contrario a la libertad de empresa y contrario a que las empresas obtengan beneficios” Así hace “un daño brutal a la imagen de país, a la economía y el empleo”, concluyó.

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