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La legislatura

Reforma laboral, cambio climático y vivienda: las próximas batallas políticas que pondrán a prueba la mayoría de los Presupuestos

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, conversa con el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, durante la segunda jornada de debate a la totalidad de los Presupuestos de 2021.

Cuando a finales de diciembre reciban luz verde los Presupuestos Generales del Estado en la foto finish estarán, al menos, además del Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos (155 escaños), Esquerra Republicana de Catalunya (13 escaños), el Partido Nacionalista Vasco (6 escaños), EH Bildu (5) y Compromís (1). Tirando por lo bajo, porque hay partidos pequeños que acabarán sumándose, Pedro Sánchez verá cómo las cuentas públicas para 2021 salen adelante con 180 escaños, cuando la mayoría absoluta de la Cámara está ubicada en los 176. La marca supera al resultado de la investidura, cuando en segunda votación logró el pasaporte a La Moncloa con 167 votos a favor, 165 en contra y 13 abstenciones. Puede decirse, pues, que el bautizado como bloque de la investidura se refuerza porque, además de lograr retener al PNV a su lado, ha logrado que ERC y EH Bildu pasen de la abstención al sí.

El Gobierno no se cierra a que en lo que resta de legislatura –está a punto de cumplir un año– se den otro tipo de sumas parlamentarias para sacar adelante iniciativas legislativas. Pero la idea más extendida en el Ejecutivo es que el bloque de apoyo de apoyo a los Presupuestos sea la base de una mayoría "amplia" que dé "estabilidad".

El calendario legislativo va a permitir testar la solidez de esta suma de grupos parlamentarios y fuerzas políticas a partir del próximo año con cuestiones en las que pueden surgir planteamientos dispares, como las relacionadas con el desmontaje de la reforma laboral, el medio ambiente o la vivienda. Otros asuntos pendientes en el calendario son el debate sobre la eutanasia o la ley de memoria democrática.

Para la derogación parcial de la reforma laboral el Gobierno pretende ir con tiento, paso a paso, para no romper el diálogo de los agentes sociales en un momento en el que ya son seis las ocasiones en las que Gobierno, patronal y sindicatos han ido de la mano. La última lleva la fecha del 30 de septiembre, cuando se dio luz verde a la extensión de los beneficios de los ERTE hasta el 31 de enero.

Grupos como EH Bildu llegaron a pedir al Ejecutivo compromisos en esta dirección en el marco de la negociación para los Presupuestos. La negociación se antoja por fascículos y la primera ronda es, en teoría, la que podría generar mayor consenso: sobre la mesa estarán las condiciones laborales de las subcontratas o la recuperación de la ultraactividad indefinida en los convenios.

¿Nuevos choques de Cs con EH Bildu y ERC?

En principio, en esta materia Esquerra está en línea con la petición de EH Bildu. La cuestión de la derogación de la reforma laboral generó una crisis entre PSOE y Unidas Podemos en el mes de mayo en una de las prórrogas del estado de alarma. Y la izquierda abertzale era también uno de los actores.

Pero no sólo generó tensiones entre los socios del Gobierno de coalición. A las puertas de las elecciones autonómicas vascas, el PNV vio "desleal" que Pedro Sánchez no les informara de que iba a pactar "derogar de manera íntegra la reforma laboral". La polémica fue zanjada con una marcha atrás en la literalidad del documento firmado entre PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu, retirando el compromiso de la derogación íntegra y sustituyéndolo por una referencia textual al acuerdo de la coalición de Gobierno a la reforma laboral. A saber: el compromiso de recuperar "los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012" del PP y de impulsar, "en el marco del diálogo social", la protección de las personas trabajadoras y la recuperación del papel de los convenios colectivos.

En marzo de 2012, el PNV votó en contra de la reforma laboral del PP. Ahora, en principio sí habría margen para que la mayoría fuese también amplía. Pero sólo en principio. Porque otra cosa es la letra pequeña. Entre los argumentos por los que el PNV se apartó de la reforma laboral de Rajoy estaban "las exorbitantes capacidades de disponibilidad de las condiciones laborales que se le atribuyen a los empresarios y el sobredimensionamiento del poder empresarial que van más allá de lo razonable y lo constitucionalmente posible". Son palabras de Emilio Olabarria, por entonces parlamentario de los nacionalistas vascos.

Si quisiese enriquecerse este bloque, estaría claro que los conservadores de Pablo Casado se quedarían al margen. ¿Y Ciudadanos? La posición del partido naranja en este caso es la de trabajar para que la reforma laboral se adapte a la situación actual. Pero dudan de que vayan a coincidir con los planteamientos que puedan apoyar Unidas Podemos, EH Bildu y Esquerra

El PNV y la "neutralidad tecnológica"

Más inmediato en el tiempo, porque la legislación está en la recta final para su aprobación, es la Ley de cambio climático y transición energética, iniciativa a la que sólo Vox planteó enmienda de totalidad, es decir de devolución del texto. Desde el 15 de octubre, el texto está en fase de informe en la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Remitido por el Consejo de Ministros al Congreso el pasado mayo, pretende alcanzar la neutralidad de emisiones a más tardar en 2050. El texto ha recibido casi 800 enmiendas. Las discrepancias no están en el objetivo de que en 2050 España no emita gases de efecto invernadero, sino en el cómo se llega a ese objetivo.

ERC y el PNV han coincidido, en esencia, en varias enmiendas en las que se quejan de la invasión de competencias del texto original. 

Una de las enmiendas del PNV pide que en el artículo 2 del texto se añada el término de "neutralidad tecnológica". "En un proceso de transición de al menos treinta años, parece prematuro cerrar la puerta a ciertas tecnologías. Máxime cuando existe una gran incertidumbre asociada a la evolución tecnológica y que seguramente será necesario contar con un mix de tecnologías y energías para satisfacer las diferentes necesidades energéticas", dicen en la exposición de motivos. 

A vueltas con la vivienda

Asunto también delicado que ha llegado a generar tensiones en el Gobierno de coalición es el tema de la vivienda. Una de las líneas rojas que fijó Unidas Podemos antes de dar luz verde al borrador de Presupuestos fue el de la regulación de los precios del alquiler. El compromiso [aquí, en PDF] es que a finales de febrero llegue al Congreso la Ley de Vivienda, un texto que debe "regular la contención de las rentas del alquiler". 

En esta cuestión, las diferencias podrían surgir más dentro del propio Gobierno, entre PSOE y Unidas Podemos. Previamente al cierre del acuerdo para los Presupuestos, el partido morado suscribió un acuerdo ERC, Bildu, BNG, Más País, Compromís y la CUP reclamando una regulación "urgente" del alquiler. El PNV se desmarcó de este acuerdo.

¿La vía ERC y EH Bildu da un portazo a la vía Ciudadanos?

En el sector de Unidas Podemos del Gobierno celebran como una buena noticia que Ciudadanos haya desistido de sumarse al bloque de la investidura para hacer todavía más amplio el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, que pasarán la semana que viene el trámite del Congreso. 

Como ya han venido insistiendo dirigentes de la formación morada en las últimas semanas, para el partido de Iglesias la presencia de Inés Arrimadas en la foto final de las cuentas públicas para 2021 habría chirriado porque, señalan, Cs "detesta las políticas de izquierdas" y ha intentado llevar a la negociación presupuestaria su "rechazo" a las formaciones nacionalistas.

En la parte socialista son menos explícitos a la hora de reaccionar al portazo de Inés Arrimadas. Mantienen que la líder de Cs tenía dos opciones: romper para siempre con la foto de Colón y participar, decir 'sí', a unas cuentas estrictamente necesarias por el contexto económico y por lo anticuado del Presupuesto en vigor, o quedarse en el lado de los espectadores, con formaciones como PP y Vox. Y que, de momento, ha optado por esto último.

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Pero ello no significa, apuntan, que Sánchez vaya a apostar para lo que resta de legislatura por aquellas formaciones que van a respaldar los Presupuestos dejando en un segundo plano al resto. Los Presupuestos, subrayan, eran una oportunidad de oro para que Arrimadas y los suyos aportasen, acordasen y negociasen. Y dado que la legislatura va a ser "larga", habrá más oportunidades, sostienen. No está en la mente del Gobierno, de momento, cargar las tintas contra Cs porque son conscientes de cómo han estado "arrimando el hombro" en los momentos más duros de la pandemia.

Las fuentes consultadas por infoLibre señalan que Sánchez, en las negociaciones para las cuentas públicas, no ha apostado por la vía EH Bildu frente a la vía de Cs. No ha escogido. Su apuesta, defienden, ha sido "que haya Presupuestos" y en este contexto ha escuchado a todos los que han querido aportar.

"Hay mucho trabajo, mucho proyecto, mucho que sacar adelante y en todos los procesos y en todas las votaciones, Ciudadanos seguirá teniendo la oportunidad de sumarse y aportar en todo aquello que considere", dicen. En una legislatura que va a estar muy marcada por las políticas económicas, laborales y sociales, mantienen, va a haber muchas posibilidades de que Arrimadas rehaga el camino que ha desandado con los Presupuestos.

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