La respuesta de Credit Suisse: “Es un esfuerzo concertado para desacreditar el mercado financiero suizo”

Entrada de la sede del banco suizo Credit Suisse en Zúrich (Suiza).

infoLibre

Credit Suisse considera que su mejor defensa ante las revelaciones periodísticas, además de rechazar cualquier comportamiento irregular, es envolverse en la bandera suiza. Así se deduce de uno de los principales argumentos transmitidos por el banco: “Estas acusaciones de los medios de comunicación parecen ser un esfuerzo concertado para desacreditar al banco y al mercado financiero suizo, que ha experimentado cambios significativos en los últimos años”.

Los medios que participan en el proyecto Suisse Secrets se pusieron en contacto con el banco por primera vez el pasado 28 de enero. Después de un año de investigación, su principal conclusión era que la entidad financiera había utilizado durante décadas las leyes del secreto bancario suizo para prestar servicios a decenas de delincuentes, dictadores o políticos con una riqueza desmesurada, a pesar de las reiteradas promesas de rechazar a clientes cuyos fondos tuvieran un origen dudoso. Los periodistas enviaron al banco más de 200 preguntas detalladas sobre las cuentas de personas de interés público sobre las que pensaban informar, para que Credit Suisse pudiera ofrecer su versión sobre los hechos y corregir cualquier posible error en los datos manejados antes de su publicación.

La investigación periodística Suisse Secrets está basada en una filtración realizada hace más de un año al periódico alemán Süddeutsche Zeitung por una fuente anónima. Se trata de datos sobre más de 18.000 cuentas abiertas en el banco Credit Suisse, desde los años cuarenta del siglo pasado hasta finales de la última década. En la investigación han participado 48 medios y 163 periodistas de 39 países, coordinados por la organización OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) y el Süddeutsche Zeitung. infoLibre es el único medio español que forma parte de este proyecto. [Puedes ver aquí la lista con los medios que participan en Suisse Secrets y todas las claves del proyecto y leer aquí las motivaciones que llevaron a la fuente a realizar la filtración].

“El 90% de las cuentas están cerradas”

Tras realizar una “revisión preliminar” de las cuentas bajo investigación periodística, Credit Suisse aseguró que “muchas de las acusaciones son históricas” ya que abarcan “desde los años setenta en adelante, y fueron objeto de revisiones en las últimas décadas de acuerdo con los procesos y requisitos aplicables en cada momento”. El resultado de ese proceso, añade el banco, es que “más del 90% de las cuentas revisadas están hoy cerradas o estaban en proceso de cierre antes de recibir las preguntas” de los periodistas.

En cuanto a las cuentas que permanecen activas, el banco se declara “convencido de que se han adoptado las diligencias debidas, las revisiones y otras medidas de control, incluyendo los cierres de cuentas pendientes”. Además, promete “seguir analizando el tema y tomar medidas adicionales si es necesario”.

Credit Suisse sostiene que aplica “una estricta política de tolerancia cero frente a la evasión fiscal y está plenamente comprometido con el cumplimiento de los esfuerzos globales de transparencia fiscal”. En consonancia con esa política, “directivas internas y requisitos de conducta prohíben estrictamente que el personal de Credit Suisse ayude a los clientes o a terceros a evadir impuestos o a eludir los regímenes de divulgación fiscal”.

La entidad financiera defiende también su actuación para prevenir el blanqueo de capitales: “Credit Suisse cuenta con estrictos mecanismos de control para combatir las actividades relacionadas con la delincuencia financiera. Estos controles están diseñados para prevenir la exposición de Credit Suisse y de sus clientes a los riesgos del blanqueo de dinero”.

Entres esos controles se incluye la revisión de quiénes son las personas titulares de fondos en el banco, “de acuerdo con las normas del sector para identificar y gestionar el riesgo financiero, normativo y de reputación, tanto al abrir las cuentas como durante su existencia”. Credit Suisse asegura que actúa de forma inmediata si encuentra algo sospechoso: “En los casos en los que identificamos cualquier relación que hubiera podido ser usada para fines de blanqueo u otras actividades ilícitas, tomamos medidas rápidas y decisivas que abarcan desde la comunicación con las autoridades competentes hasta la restricción de la actividad, incluyendo su finalización en línea con los respectivos requisitos regulatorios”.

Como consecuencia de todos estos argumentos, Credit Suisse “rechaza enérgicamente las acusaciones e inferencias sobre las supuestas prácticas comerciales del banco” planteadas por los periodistas. Y los acusa de realizar un “relato de los asuntos” que se basa “en información parcial y selectiva sacada de contexto, lo que da lugar a interpretaciones tendenciosas de la conducta comercial del banco”.

Credit Suisse recuerda que “no puede hacer comentarios” sobre posibles relaciones con clientes concretos, pero reitera que siempre ha tomado medidas “de acuerdo con las políticas y los requisitos normativos aplicables en los momentos pertinentes”.

Y el banco también echa mano del argumento patriótico para defender su actuación durante las últimas décadas: “Estas acusaciones de los medios de comunicación parecen ser un esfuerzo concertado para desacreditar al banco y al mercado financiero suizo, que ha experimentado cambios significativos en los últimos años”.

“Acusaciones difamatorias”

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En cuatro misivas enviadas a OCCRP, al Süddeutsche Zeitung y a The Guardian por sendos bufete de abogados en nombre de Credit Suisse, el banco rechaza las afirmaciones de los medios calificándolas como "interpretaciones tendenciosas” de su conducta comercial. La entidad financiera añade que los medios de comunicación involucrados en el proyecto "acusan falsamente a Credit Suisse de una conducta criminal y poco ética".

"Estas acusaciones son patentemente falsas y, dado que acusan a Credit Suisse de una conducta ilegal, poco profesional y poco ética, son difamatorias per se", advierte el banco, que anuncia que defenderá sus intereses en los tribunales.

Tras publicarse las primeras informaciones, el domingo 20 de febrero a las 18.00 horas, Credit Suisse difundió de forma inmediata un comunicado. Además de los argumentos que ya había transmitido a los periodistas, añadió lo siguiente: "El consorcio se refiere en sus informaciones a una supuesta filtración. Nos tomamos muy en serio este hecho y continuaremos con nuestras investigaciones a través de un grupo de trabajo del banco que incluye expertos externos especializados. Disponemos de sólidos controles de protección de datos y de prevención de fugas de datos para proteger a nuestros clientes".

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