Igualdad

El reto de legislar sobre los derechos trans sin saber cuántos ni cómo son

Concentración frente al Ministerio de Igualdad para demandar la aprobación urgente de la ley estatal trans.

Quienes se oponen a la Ley Trans hablan de lo problemático de legislar para minorías. Quienes la defienden, reivindican los derechos de todas las personas al margen de las cifras. Las voces enfrentadas teorizan sobre el borrado de las mujeres –uno de los ejes sobre los que se basa parte del feminismo para censurar la norma, por el supuesto retroceso que provocaría en las conquistas de la mujer– y discuten sobre la posibilidad de que una minoría ponga en riesgo a la mitad de la población. Si algo es cierto es que todas las partes hablan de minoría, pero ¿de qué dimensiones estamos hablando? Hay pocos datos, coinciden las voces consultadas, y la mayoría no son lo suficientemente sólidos.

Un primer vistazo apuntaría a los organismos oficiales. ¿Existe algún registro, estudio o estadística que cuantifique la dimensión de la población trans en España? Preguntada al respecto en esta entrevista con infoLibre, Boti García Rodrigo, directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, organismo dependiente del Ministerio de Igualdad, se remitía a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ni rastro de estadísticas oficiales. La cartera de Irene Montero confirma a este diario que, por el momento, no está entre sus previsiones inmediatas realizar ningún estudio o encuesta que perfile cuantitativamente el número de personas trans en suelo estatal.

¿Qué hay de las publicaciones académicas? Según el paper Size and Distriburion of Transgender and Gender Nonconforming PopulationsSize and Distriburion of Transgender and Gender Nonconforming Populations, publicado en la revista Endocrinology and Metabolism Clinics of North America, la estimación aproximada de la población trans y no binaria oscila entre el 0,1% y el 2% entre adultos, dependiendo de la zona geográfica y la definición de trans empleada. En este último matiz está precisamente una de las claves a la hora de recoger datos sobre la población trans. Preguntados al respecto, tanto ILGA World (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales e Intersex) como TGEU (Transgender Europe) admitieron no conocer "cifras fiables que reflejen la situación mundial", especialmente debido a la disparidad de definiciones en cada país. "Por lo general, las personas trans contabilizadas en algunos países son las que buscan algún tipo de servicio, por ejemplo sanitarios o jurídicos, y que se encuadran en el concepto de trans de cada institución", por lo que se trata de una "visión muy limitada y distorsionada", señalan desde el organismo europeo.

Acotando el campo, tampoco existen datos sólidos a nivel español. Así lo señalan desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB). Aunque sí hay algunas investigaciones de referencia. Se trata, no obstante, de estudios no exentos de polémica: la mayoría se basan en la atención sanitaria en el marco de los recursos especializados de los hospitales, conocidos como unidades de identidad de género. Sin embargo, ¿qué ocurre con las personas trans que no acuden a dichas unidades? ¿Y con aquellas que rechazan someterse a intervenciones o tratamientos médicos? Ni rastro de ellas. En Portugal, donde rige una ley similar a la que prevé aprobar España, es el Registro Civil quien se encarga de contabilizar el número de personas trans. Los últimos datos apuntan a que en la última década un total de 1.227 personas cambiaron de nombre y sexo en el Registro Civil, más de la mitad en los últimos tres años, momento en que entró en vigor la nueva ley.

En España, un documento del Ministerio de Sanidad que cataloga la transexualidad como enfermedad utiliza datos de un estudio holandés para sacar conclusiones respecto a la prevalencia en suelo nacional. Según este ejercicio, en España habría 1.480 mujeres transexuales y 607 hombres transexuales, siendo la incidencia de 61 casos nuevos por año. En el trabajo Organización de la asistencia a la transexualidad en el sistema sanitario público español, los autores identifican 3.303 personas trans en las unidades de identidad de género hasta el año 2011, a razón de 1,9 mujeres trans por cada hombre trans. A raíz de dicho texto, la autoría recalca que "la prevalencia de personas transexuales es mayor que la demanda" sobre la que se construye el artículo. Sin embargo, matiza, "la estimación de esta demanda no está resuelta en ningún país, ya que no todos los autores definen igual las variantes clínicas de identidad sexual y no todas estas variantes de género solicitan ser atendidas en el sistema sanitario". Una actualización de este trabajo en 2019, Atención sanitaria en España a personas transexuales y con variantes de género: historia y evolución, eleva la cifra a 9.072 personas trans atendidas hasta el momento.

Si ponemos la lupa en las comunidades autónomas, existen algunos estudios que son de referencia para los colectivos. Es el caso de Prevalence, Incidence, and Sex Ratio of Transsexualism in the Autonomous Region of Madrid (Spain), publicado en la revista académica Archives of Sexual Behavior. En este caso, la investigación se basa en la demanda sanitaria de las personas trans, canalizada a través de la Unidad de Identidad de Género del Hospital Ramón y Cajal, en Madrid. El análisis se basa en 1.171 pacientes que acudieron a la unidad entre 2007 y 2015, el 68,5% mujeres trans y el 31,4% hombres trans. De acuerdo a sus conclusiones, la población trans supone el 0,02% de los madrileños.

El mismo esquema siguen los demás estudios consultados. Entre 1999 y 2004, la Unidad de Identidad de Género de Andalucía atendió a 437 personas, el 61,7% mujeres trans y el 34,5% hombres trans, según datos de la investigación Epidemiología de la transexualidad en Andalucía. En Cataluña, la publicación Estimación de la prevalencia, incidencia y razón de sexos del transexualismo en Cataluña según la demanda asistencialEstimación de la prevalencia, incidencia y razón de sexos del transexualismo en Cataluña según la demanda asistencia, calcula que la prevalencia estimada en la comunidad catalana equivale a 0,0021% hombres trans y 0,0048% mujeres trans.

Recoger datos para desarrollar políticas

Ignacio Paredero es sociólogo y secretario de Organización de la FELGTB. En conversación con este diario, recalca la dificultad de recoger datos cuando se trata de "realidades muy minoritarias". En el caso de las personas trans, cobra peso además el estigma: no todas reconocerán públicamente su identidad de género. A todo ello hay que añadir un nivel conceptual, continúa el sociólogo, ya que los resultados varían "en función de cómo plantees o definas la realidad trans". Ceñirse por ejemplo a los usuarios de las unidades de identidad de género, "deja fuera a una parte de la población" que puede ser significativa. Respecto a la brecha de género entre mujeres y hombres trans, el sociólogo coincide que las escasas cifras al respecto parecen confirmar el predominio de mujeres. Extraer conclusiones, no obstante, se antoja complicado y no todas las lecturas son rigurosas. "Hay más mujeres que hombres trans, pero adivinar el por qué es muy especulativo, no tenemos el apoyo real en datos para hacerlo", zanja.

Isabel Esteva firma gran parte de los estudios citados. La endocrinóloga, con una experiencia en el terreno superior a las dos décanas, ha coordinado durante diez años el grupo nacional sobre identidad y diferenciación sexual GIDSEEN. "No puede haber estadísticas porque quienes van a las unidades son una parte, representativa o no", dice en conversación con este diario. Aquellas personas que deciden quedarse en casa, ir a la privada, al extranjero o quienes no saben si tratarse, forman parte también de la realidad trans, lo que "hace que la estadística sea imposible".

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Respecto al perfil, Esteve observa que la "bolsa histórica desde finales de los noventa" mostraba una tendencia predominante de mujeres transexuales, un hecho que sin embargo "ahora se ha invertido". Los motivos son prácticamente imposibles de dilucidar. "Podemos hablar del contexto cultural, todo eso se ha debatido en todos los foros donde hemos trabajado, hemos hecho análisis genéticos y anatómicos, pero no se sabe", subraya la profesional. "Dependerá de si hablas con un sociólogo, un filósofo o un médico", aclara y resta crédito a quien "especule con las razones". 

Paredero considera, en cualquier caso, "muy interesante que existan datos, desde un punto de vista sociológico", además de ser "necesario para hacer políticas públicas". Pone un ejemplo: conocer la realidad laboral de las personas trans es fundamental para imponer mecanismos de corrección. "En Holanda se hace un seguimiento de la vida laboral antes, durante y después de la transición de las personas trans", un instrumento clave para paliar problemas como el desempleo o la brecha salarial.

El borrador de la Ley Trans que maneja el Ministerio de Igualdad fija una Estrategia Estatal para la inclusión social de las personas trans. En este marco, llama a las administraciones para que "los diferentes informes, análisis, estadísticas y estudios recojan la realidad de las personas trans". El modo de hacerlo está, por el momento, sin definir.

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