LAS FRONTERAS DE LA UE

Sánchez defenderá ante Meloni migraciones basadas en la humanidad y la cooperación en origen

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

Pedro Sánchez y Giorgia Meloni están en las antípodas ideológicas. Dos formas de ver el mundo totalmente diferentes. Pero España e Italia son dos países históricamente aliados, con fuertes vínculos culturales y económicos. Y con retos y dificultades comunes, mirando especialmente al Mediterráneo y los países del sur por los flujos migratorios. 

El presidente español arranca este martes su tercera minigira, que le llevará primero a Chipre y Malta. El miércoles tendrá como plato fuerte la parada en Roma, donde se verá con la primera ministra italiana en el Palacio Chigi. El objetivo de estos traslados es preparar la Presidencia española de la UE, que arrancará en el mes de julio y durará un semestre.

España asume este papel en un momento clave de la UE, con un contexto geopolítico marcado por la guerra de Ucrania. Pero también con otro reto mayúsculo para el continente: las migraciones. La idea que tiene Bruselas es intentar llegar a un gran acuerdo antes de las elecciones al Parlamento Europeo en mayo del año que viene. Pero todos son conscientes de que es muy complicado alcanzarlo en vísperas de una cita electoral, ya que precisamente esta cuestión es determinante en muchos países para ganar o perder las elecciones. Un desafío mayúsculo, pero también un arma electoral con las fuerzas ultraderechistas agarrándose al miedo al extranjero.

Por eso, España quiere jugar un papel destacado en el debate, intentando acercar posturas entre los diferentes países. Italia es un elemento clave para ello, pero Sánchez y Meloni son políticamente el día y la noche. Todo ello con dos naciones que tienen muchas similitudes en la llegada de inmigrantes por el mar principalmente. 

La fórmula de España

Sánchez visita Roma, según fuentes gubernamentales, dispuesto a escuchar, con la idea de ver hasta qué punto Italia se puede mover de cara a ese hipotético acuerdo. El presidente del Gobierno lleva un mensaje de que en la política migratoria hay que combinar la responsabilidad con la solidaridad. Pero también debe tener una tercera pata: humanidad. La idea también de La Moncloa es que el fenómeno migratorio se debe abordar con una mayor cooperación con los países de origen y con incentivos positivos (como programas con naciones como Mauritania, como hace España). En cambio, la Roma de Meloni no está en posición y trata a los terceros países con los llamados incentivos negativos.

La posición de España también es clara: los puertos más cercanos deben servir para las labores de rescate y acogida de migrantes. Italia acaba de aprobar, el pasado mes de febrero, un decreto que dificulta la labor de rescate de las ONG. Y es que el Gobierno italiano suele designar puertos al norte del país para esas labores, además de haber aumentado las posibles sanciones para estas organizaciones si contravienen la norma.

El Mediterráneo se ha convertido en el escenario de un drama demoledor. Según la Organización Internacional de Migraciones, en 2022 murieron o desaparecieron 2.400 personas (una cifra que se eleva a 26.000 en los últimos ocho años). La ruta del Mediterráneo central, que conecta el norte de África con Italia, supone el 80% de los casos. Con otra vía abriéndose entre Italia y Turquía que empieza a tomar mucha fuerza, siendo todavía más peligrosa.

Las diferencias a la hora de abordar este fenómeno entre España e Italia son bastantes evidentes, aunque en el Gobierno español ven que Roma está girando algo en las últimas semanas. La postura de los países mediterráneos es fundamental para negociar el futuro pacto, ya que en el centro y norte de Europa se le da mucho más importancia a los llamados movimientos secundarios. Los Ejecutivos españoles llevan mucho tiempo reclamando que la UE se implique más y que los 27 sientan como propias las fronteras del sur.

Italia sigue en el Med-5

España apuesta por encontrar un gran pacto entre los países de la UE, mirando a los terceros países y cooperando en origen. El Ministerio del Interior hizo públicos sus datos es lunes, que reflejan que en los tres primeros meses del año entraron de forma irregular en el país 4.287 (la mirada que en el mismo periodo de 2022, cuando accedieron 8.727). Esto se debe principalmente a la caída de entradas irregulares por vía marítima (principalmente a través de Canarias).

A pesar de la llegada de la ultraderechista, Italia se mantiene dentro del grupo Med-5, en el que están representados los ministros del Interior de ese país, España, Malta, Grecia y Chipre. La última reunión fue en La Valeta a principios de este mes de marzo y se firmó un documento conjunto en el que se podía leer: ”Debemos redoblar los esfuerzos para prevenir la migración irregular, con el fin de evitar la pérdida de vidas en el mar, así como el abuso de los derechos de los migrantes por parte de los traficantes. Los esfuerzos preventivos deben llevarse a cabo en colaboración con los países de origen y de tránsito, incluida Turquía”.

El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo ante sus homólogos: “La apertura de la relación con terceros países a otros asuntos de interés común como la cooperación policial en la lucha contra el crimen organizado, la protección civil o la seguridad vial es una fórmula que a España le ha funcionado, dinamizando las relaciones bilaterales con efectos positivos en la prevención de la inmigración ilegal”.

Además de este tema, en la reunión también pueden aparecer otros asuntos, como la reforma del mercado eléctrico en la UE, donde Madrid y Roma apuestan por profundos cambios. También la relación diplomática puede hacer que se aúnen posturas de cara a la autonomía estratégica que defiende Sánchez (para reindustrializar Europa y no pasar por situaciones como la falta de mascarillas durante la pandemia).

Sánchez quiere reforzar la dimensión social de la UE

La diferencia también en materia social entre los gobiernos de España e Italia es bastante grande. A este pilar de la UE le quiere dar mucha importancia Sánchez durante la Presidencia de la UE y podría salir durante la reunión. En la política española se recuerda el durísimo mitin que protagonizó Meloni, junto a Macarena Olona y Santiago Abascal, en la última campaña de las elecciones andaluzas, donde criticó a los “lobbies LGTBI” y la “desaparición de la mujer”.

Sánchez pretende impulsar durante la Presidencia de la UE las directivas sobre la violencia de género y sobre la no discriminación. Italia sí ha firmado el convenio de Estambul, pero todavía hay un grupo de países que no lo han hecho dentro de la Unión (Hungría, República Checa, Eslovaquia, Bulgaria, Letonia y Lituania).

Sánchez asume las migraciones como uno de los ejes de la Presidencia española de la UE

Sánchez asume las migraciones como uno de los ejes de la Presidencia española de la UE

A pesar de la distancia política entre los dos líderes, Sánchez siempre tuvo en mente visitar Roma durante estas minigiras, según detallan fuentes gubernamentales. Son dos países muy ligados y con muchos intereses comunes, por lo que es el turno de la diplomacia y las relaciones internacionales. Italia es uno de los grandes de la Unión. Además, hay un fuerte componente económico, con un saldo comercial positivo para España (las exportaciones en 2021 fueron de más de 26.000 millones de euros, mientras que las italianas a España fueron de 22.600 millones de euros).

La migración también será el tema clave en las reuniones con el nuevo presidente de Chipre, Nikos Christodoulides. En el país se le da mucha importancia a la visita de Sánchez, porque es el primer mandatario europeo que va a verlo desde que accedió al cargo. No iba a Nicosia ningún jefe del Ejecutivo español desde José Luis Rodríguez Zapatero en 2009. Allí está creciendo el número de empresas españolas que invierten y, por ejemplo, Alsa es desde 2019 adjudicataria de varías líneas de transporte en la isla.

Sánchez tiene mucha sintonía con el primer ministro maltés, Robert Abela, al que ve este martes por la tarde. Los dos son de la misma familia socialdemócrata y ya han coincidido en muchas cumbres internacionales. La balanza comercial es muy superior para Madrid, aunque las inversiones maltesas superan a las españolas. Hay también retos comunes como el turismo (Malta recibe al año unos 2,7 millones de visitantes, teniendo una población sobre el medio millón).

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