XXI Conferencia de Presidentes

Sánchez exige a las autonomías que su rastreo no vaya "por detrás de los contagios" y les advierte de que tendrán que compartir la gestión del fondo europeo

Felipe de Borbón, Pedro Sánchez y los presidentes autonómicos tras posar para la foto de familia en la escalinata del monasterio de San Millán de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja).

“Un éxito”. La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, prefirió ignorar la catarata de quejas y críticas de una buena parte de los 16 jefes de Gobierno autonómico que acudieron este viernes a la XXI Conferencia de Presidentes —todos menos el catalán Quim Torra— y poner en valor la importancia de la celebración del encuentro y la evidencia de que la gestión de la pandemia y del fondo europeo de reconstrucción darán continuidad durante meses a nuevas reuniones de lo que llamó “la piedra angular de la cooperación multilateral en nuestro país”.

La llegada inesperada del lehendakari Iñigo Urkullu al Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), reforzó la solemnidad que Sánchez quería dar a la cita y redujo la ausencia de Quim Torra a un gesto de discrepancia sin consecuencias en la primera reunión presencial que celebran los presidentes autonómicos desde que estalló la pandemia.

El presidente del Gobierno ha diseñado una agenda de trabajo para las Conferencia de Presidentes que se celebrarán de aquí a final de año —una por mes, algunas presenciales y otras telemáticas— cuya importancia, según fuentes consultadas por infoLibre, confía en que acabe obligando al president catalán a participar. La primera, a finales de mayo, está llamada a ser la que fije las condiciones de apertura del curso escolar en medio de los rebrotes, un asunto sobre el que el ministerio y las consejerías de Educación trabajan desde hace semanas. Pero las siguientes no serán menos importantes: en ellas el Gobierno quiere debatir y plantear los criterios comunes de preparación de proyectos susceptibles de solicitar financiación a la Comisión Europea y que, como el propio presidente advirtió en su intervención en la Conferencia, deberán encajar los unos con los otros para poder presentar un Plan Nacional.

Sánchez escuchó las quejas y las demandas de los presidentes en relación con la covid-19 y sobre todos los asuntos que preocupan específicamente a cada territorio. Pero esta vez no se limitó a repasar la situación de la pandemia, sino que tomó la iniciativa y emplazó a los presidentes autonómicos a tomar medidas para atajar los brotes y poner la enfermedad bajo control.

“Que sigamos siendo capaces de controlar los rebrotes y de seguir evitándolos depende del seguimiento por parte de los rastreadores”, subrayó. Y “la contratación de esos rastreadores es competencia de las Comunidades Autónomas, que deben atender a las recomendaciones de los expertos sanitarios. Este instrumento es esencial, insustituible”, remarcó. “El número de rastreadores no debe ir por detrás de la cifra de contagios, sino siempre por delante”.

Y dejó claro que nadie poner como excusa problemas de financiación: “Les recuerdo que el Gobierno ha inyectado 9.000 millones extraordinarios del fondo covid para que las Comunidades Autónomas puedan hacer frente a necesidades como esta u otras”.

La cogobernanza, enfatizó Sánchez, “obliga a que cada uno asuma sus responsabilidades concretas, fije los objetivos perseguidos y ponga los medios necesarios para su cumplimiento”. Por más que el Gobierno esté a disposición de todas las Comunidades Autónomas para ayudarles con medios “materiales, humanos y jurídicos”. Entre ellos citó expresamente uno que el Gobierno pone a disposición de las comunidades: la aplicación para móviles Radar Covid, testada por la administración central y que, según el ejecutivo, es capaz de doblar automáticamente los datos de los rastreadores manuales.

Sánchez también llamó la atención de los presidentes sobre la necesidad de “extremar la precaución para seguir manteniéndonos en un escenario de control de la pandemia”, especialmente en relación con el ocio nocturno y las celebraciones. Y pidió especial atención a la situación del los temporeros de la industria agroalimentaria.

La segunda parte de la reunión se centró en el fondo europeo de reconstrucción, del que depende buena parte de la recuperación económica de España.

No habrá reparto, sino suma

La mayoría de los presidentes autonómicos acudieron a la Conferencia con la idea de que el fondo es dinero europeo que hay que repartir entre comunidades. Así que Sánchez se dio prisa en dejar claro que no se trata de eso. “El reparto no seguirá los criterios clásicos. Este es un Fondo diferente, nuevo. Lo que valoraremos será la aportación de esos proyectos a cada una de las líneas transformadoras” fijadas por el Consejo Europeo: la digitalización, la trnasición ecológica, la igualdad de género y la cohesión social y territorial.

“Es muy importante entender”, insistió, “que la gestión del Fondo es un todo y debemos estar muy coordinados. La Comisión Europea es clara en este punto: si cualquier proyecto seleccionado en una Comunidad Autónoma tiene una incidencia de ejecución”, que es un eufemismo para hablar de un fallo en la realización de un proyecto, “afectaría e impactaría en la ejecución del resto de proyectos existentes vinculados a ese eje”. Por eso, subrayó, será “fundamental la cogobernanza y la visión de conjunto”. “Debemos aprovechar la oportunidad, debemos hacer las cosas bien y debemos hacerlas juntos. Somos interdependientes también en la recuperación como lo somos en el combate contra la pandemia”.

Sánchez detalló también los plazos más inmediatos y los instrumentos de coordinación. España tiene que presentar su plan —resultado del trabajo conjunto que tienen que llevar a cabo a partir de ahora el Gobierno, las comunidades y la administración local— , como el resto de socios de la UE, entre el 1 de enero y el 30 de abril del próximo año, pero puede discutirlo con la Comisión Europea ya desde el 15 de octubre.

A partir de su presentación oficial en Bruselas, la Comisión dispondrá de dos meses para aprobar o rechazar el plan de cada país, aunque tiene la encomienda de tratar de hacerlo en sólo cuatro semanas. El Gobierno estima que España puede empezar a recibir prefinanciación por el 10% de los fondos a partir de la primavera de 2021.

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El plan que presente España tendrá que plantear actuaciones entre 2021 y 2023 basadas en cuatro grandes transformaciones que funcionarán como ejes que deberán vertebrar los proyectos: la digitalización, la transición ecológica, igualdad de género y cohesión social y territorial.

Para prepararlo, el Gobierno creará cuatro órganos: una comisión interministerial —presidida por Sánchez—, una Unidad de Seguimiento dependiente del presidente, una conferencia sectorial específica bajo la responsabilidad de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero y un comité de alto nivel para el asesoramiento estratégico sobre el Fondo. Pero también incorporará este asunto a los trabajos de las Conferencias de Presidentes que partir de ahora se celebrarán mensualmente.

Una fórmula que obligará a todos los presidentes a participar activamente en las reuniones si quieren que sus proyectos formen parte del conjunto del plan. La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, abundó en esta idea al término de la reunión: “Nadie duda de la necesidad de que las Conferencias se celebren” porque “es un órgano de cooperación imprescidnbie. La piedra angular de la cooperación multilateral en nuestro país” que pone, además, “de manifiesto la importancia de la buena política”.

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