Memoria histórica

Las víctimas del franquismo responden a las humillaciones fascistas: "Manipulan e intoxican a la gente"

Imagen de la exhumación llevada a cabo en una de las fosas comunes del cementerio de Paterna (Comunitat Valenciana).

El desfile que desde hace un mes y medio han protagonizado distintos portavoces de asociaciones franquistas por los platós de televisión no ha sentado nada bien a las víctimas. El discurso fascista que ha copado los medios de comunicación en las últimas semanas contenía, además de mentiras y negaciones históricas, humillaciones. Bastante explícitas, además. A los fusilados, a los bebés robados, a los homosexuales. Y a sus familias. Pilar Gutiérrez –líder de la organización Movimiento por España–, Jaime Alonso –portavoz de la Fundación Francisco Franco–, Juan Chinarro –el presidente de dicha fundación– y el general Fernández-Monzón –uno de los militares reservistas firmantes del manifiesto franquista en favor del dictador– han atacado a todos ellos. 

La reacción, por su parte, ha sido unánime. A la indignación que todos ellos han manifestado en conversación con infoLibre se ha sumado la incredulidad. Incredulidad por el simple hecho de que el discurso franquista tenga un altavoz tan potente como un plató de televisión en horario de máxima audiencia. Y es que todas estas personas han pasado por distintas cadenas por la mañana, al mediodía, por la tarde y por la noche. Casi todos los días desde hace un mes y medio, coincidiendo con la decisión del Ejecutivo de exhumar, tras cuatro décadas, los restos del dictador Francisco Franco. 

Una ofensa, una humillación, una negación de la verdad. Los sentimientos de las víctimas son comunes. Las declaraciones no les han dejado indiferentes porque están plagadas, según aseguran con rotundidad, de mentiras: la dictadura no fue tal y Franco, por tanto, no fue ningún dictador. Además, no es responsable de ningún asesinato. Y, por si fuera poco, gracias a él tenemos la democracia actual que, sin embargo, tiene más de dictadura que los 39 años de España franquista. A estos elogios seguían las humillaciones. Igualmente falsas pero directamente ofensivas hacia ellos. Y todo ante el silencio público de la Fiscalía General del Estado, que ordenó abrir con inmediatez una investigación a los Mossos D'Esquadra para conocer los motivos por los cuales procedieron a identificar a varias personas que retiraron símbolos independentistas en un par de pueblos de Cataluña. 

"Nadie que lea un poco sobre la historia puede escucharlo sin reírse"

Arturo Peinado es presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria. Conoce las declaraciones vertidas en los últimos días y, ante ellas, no puede hacer otra cosa que no sea indignarse. Afirma con total seguridad que el discurso de estas personas es, directamente, "lamentable". "Nadie que lea un poco sobre lo que ha trabajado la historia española contemporánea puede escuchar esto sin reírse", ironiza. Lo dice porque "son comentarios rotundamente falsos". 

Los historiadores le dan la razón. Su trabajo ha desmentido el argumentario fascista que ahora campa a sus anchas por la televisión y que sostiene, por ejemplo, que no hubo fusilamientos, sino cumplimientos de condenas. Que los cadáveres de los que las sufrieron, además, fueron trasladados con la autorización previa de sus familias de las cunetas a enterramientos "dignos" –que no son más que el mausoleo fascista del Valle de los Caídos–. Y que por eso, precisamente, los restos que se encuentran en las exhumaciones de fosas comunes pertenecen a personas del "bando nacional", es decir, fascista. 

Todos los portavoces de estas asociaciones fascistas intentan "engañar" y manipular, así, a los espectadores. Y para él hay dos responsables: la educación –la falta de una adecuada, al menos– y los propios medios de comunicación. "Manipulan e intoxican a la gente que no está formada y pueden hacerlo por el defectuoso sistema educativo español, que imparte Historia de forma muy laxa", critica. "Me preocupa cómo los medios de comunicación permiten que estas personas intervengan en sus programas. No sé si piensan que en Alemania se permitiría que alguien defendiera a Hitler o el papel de las SS", continúa. 

"Hay que imaginarse cómo se pueden tomar esto las víctimas directas de la dictadura que aún a día de hoy continúan vivas", lamenta. Él, como nieto de víctima, se lo toma como una ofensa. Y más todavía por la impunidad con la que cuentan. "La Fiscalía sólo podría actuar por la vía de los delitos de odio, pero es complicado", lamenta. "No hay que olvidar que el franquismo todavía no ha sido explícitamente ilegalizado", añade. Su apología, por tanto, tampoco lo está. 

Presos sociales y enfermos

El colectivo de homosexuales también ha sido humillado. Transformando la historia y la actualidad, Gutiérrez sostuvo que "con Franco no podían obligar a los niños a ser homosexuales como se está haciendo ahora". Por si esa afirmación no era suficiente, añadió también que "ley de vagos y maleantes" –como se les catalogó desde 1954– tuvo "muy poco recorrido".

De nuevo, afirmaciones falsas. Los homosexuales nunca lo han sido por obligación. Ni en la actualidad ni durante la dictadura. Lo que ocurre es que durante los 36 años de mandato de Franco estos eran represaliados. Lo explica a este diario Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB). "La ley de vagos y maleantes se modificó en 1954 para incluir a los homosexuales y en 1970 fue sustituida por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, que no se derogó hasta 1995", recuerda. Pero es que este colectivo, además, fue uno de los más perseguidos durante la dictadura. "No tuvieron el trato que se les daba a los presos comunes porque estas personas no iban a ser reinsertadas, sino doblegadas", critica. "Eran presos sociales, enfermos, y no tenían beneficios", añade. 

Por eso, reciben las afirmaciones de Gutiérrez como una clara humillación. "Es una ofensa para las más de 5.000 personas homosexuales, bisexuales y transexuales encarceladas durante aquellos años por su orientación sexual e identidad y/o expresión de género", lamenta. Las entrevistas a los portavoces, así, sólo evidencian el "gran daño" que sufrieron las personas LGTB durante la dictadura. "Pero más preocupante es ver cómo seguimos siendo atacadas", afirma, en la misma línea que Peinado. 

Por eso, en opinión de Sangil, la Fiscalía no debería mirar para otro lado. "Resulta vergonzoso que no se tomen medidas cuando claramente se está injuriando e incitando al odio", afirma. No actuar, continúa, "es dar credibilidad" a estas afirmaciones e "ignorar la libertad de las personas LGTB". No obstante, no alberga demasiadas esperanzas. Cree, así, que la Fiscalía se escudará en el derecho a la libertad de expresión para no actuar. 

"Hay muchas personas a las que nos han robado a nuestros hijos"

La coartada que se usaba entonces se ha convertido en verdad absoluta para quienes, como Gutiérrez, continúan negando la existencia de los casos de los bebés robados. "Son niños adoptados legalmente", dijo sin complejos. Ignoró, así, la lucha que durante décadas han mantenido las familias que fueron separadas, algunas durante la dictadura y otras, incluso, durante la Transición. A los padres y madres se les comunicaba que el niño o niña había muerto. La familia que lo recibía, en cambio, lo hacía bajo el halo de adopción totalmente regulada. Pero aunque Gutiérrez se haya quedado ahí, no puede estar más alejada de la verdad.

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Insiste en ello María Cruz Rodrigo, presidenta de la asociación SOS Bebés Robados. "Habrá algunos casos de niños adoptados legalmente, pero a muchos nos los han robado", responde. "Se puede demostrar fácilmente", añade. No le falta razón, basta con recordar la causa judicial abierta contra el doctor Vela por los supuestos delitos de sustracción de menor, suposición de parto y falsedad en documento oficial en el caso de Inés Madrigal, una niña sustraída de su madre biológica en 1969. O la intervención de la ONU en el caso de un matrimonio que "perdió" a su hijo tras su nacimiento. O la querella que interpuso Amnistía Internacional en México por el caso de Ligia Ceballos, que pudo haber sido separada de su familia biológica con el consentimiento de las autoridades. 

"A palabras necias, oídos sordos. Lo primero que tienen que hacer estas personas es documentarse antes de hablar", se queja, pues es "patético" que "se hable sin conocimiento de causa en una televisión", sentencia.

Precisamente, este jueves se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Con este motivo, la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, la Asociación Pro Derechos Humanos de España y Rigths International Spain han firmado un comunicado conjunto reclamando el impulso de las medidas "que garanticen el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación de las víctimas y sus familiares". El documento, además, ha sido enviado al Ejecutivo, a la Fiscalía General del Estado y al Consejo General del Poder Judicial. 

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