Máximo Pradera: "El mundo se va al carajo y la gente no se lo cree, como en 'No mires arriba'"

Máximo Pradera

El periodista y escritor Máximo Pradera (Madrid, 1958) vive rodeado de cultura. En su último libro, Están tocando nuestra canción, elabora “la madre de todas las playlists”, compuesta por las canciones favoritas de un conjunto de 12 hombres y 12 mujeres de lo más heterogéneo, entre los que se encuentran Sadam Husein, Francisco Franco o Adolf Hitler. 

Pero esta vez, Pradera se aleja de la música para recomendarnos obras del mundo audiovisual que disfrutar durante este verano. Así, el periodista propone la película No mires arriba (2021) como claro reflejo de la sociedad actual. En este film los protagonistas son dos científicos -interpretados por Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio- que descubren un enorme cometa que se dirige a la Tierra. Debido a su trayectoria y tamaño, el impacto del asteroide amenaza la existencia de toda la humanidad, y a pesar de que los datos científicos revelan una extinción segura, nadie les toma en serio. A tan solo seis meses del impacto del cometa, los protagonistas tratan de conseguir la atención de la Casa Blanca y advertir a la sociedad mediante los medios de comunicación, pero no consiguen hacerse oír. Lo único que cala en la población son los memes que se hacen del anuncio apocalíptico de los científicos. Real como la vida misma.

El periodista nombra esta película como reflejo de la sociedad actual porque “describe una situación en la que el mundo se va al carajo y la gente no se lo cree, se lo toma a cachondeo” y le parece que “eso está pasando ahora mismo”. Reconoce que probablemente el cambio climático no acabe con el planeta Tierra, pero advierte del empeoramiento que ya está sufriendo nuestra vida y del peligro que podría sufrir “la supervivencia misma de la raza humana en 200 o 300 años”.  

En la película se trata de advertir a la población de la catástrofe inminente, al igual que hacen cientos de científicos día a día cuando hablan del cambio climático. Sin embargo, igual que en este film, son muchas las personas que continúan sin considerarlo un problema real e incluso bromean con él: "Y mientras tanto, nosotros haciendo memes de la Oficina del Español de Toni Cantó. Que conste que a mí los memes, sobre todo si son sobre memos, me encantan. Pero ¿no se nos va un poco la fuerza por los chistes?"

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Si le preguntamos por series, confiesa a infoLibre huir “como de la peste” de aquellas que reflejan el momento actual. Cuando Pradera elige una ficción para ver en sus ratos libres busca evadirse, quiere que las series no le recuerden a “este mundo de mierda”. “No me importa visitar otros mundos de mierda, pero no el mío, por favor”, admite. Por ello recomienda la serie Bosch, de Amazon Prime. En ella Titus Welliver interpreta a Harry Bosch, un detective de homicidios que trata de resolver los casos criminales de la ciudad de Los Ángeles. El periodista confiesa que todo en esta serie le fascina, “desde las tramas policíacas a las relaciones sentimentales, que están muy trabajadas”. 

Pradera se declara fan absoluto de la cultura, y no solo del cine y las series o la música, sino que también disfruta de los libros y la pintura. Y nos recomienda interesantes lecturas: "Si el ensayo es de un gran intelectual, como Malcolm Gladwell (Blink, David y Goliat), se convierte en una lectura apasionante y adictiva, de esas que vas mirando con angustia las páginas que te faltan para terminar, porque no quieres que se acabe. Si el novelista sabe crear atmósferas chulas y buenos diálogos, la novela es una experiencia irremplazable. Ahora, por ejemplo, me ha enganchado The Verdict, la novela de Barry Reed sobre la que se basó David Mamet para escribir el guion de Veredicto Final, con Paul Newman y Charlotte Rampling. Con tres palabras, Reed, que es un novelista cojonudo, describe al personaje de Rampling cuando Newman la ve por primera vez. "Stunning: pure silk" (impresionante: pura seda). No se puede decir más con menos".

Con semejante bagaje, no es de extrañar que afirme, por tanto, que para él, la cultura introduce “cierto orden dentro del caos que es el mundo”. "La pintura y la música, por ejemplo, usan proporciones matemáticas y eso puede aportarnos serenidad y armonía. De otro lado, hay algunas creaciones, desde novelas a canciones o películas, que nos conmueven hasta tal punto que nos devuelven la fe en la raza humana. Si recuerdas a Woody Allen en Manhattan, todas las razones que da desde el sofá para seguir viviendo están relacionadas con el arte: Groucho Marx, la sinfonía Jupiter, Potato Head Blues, de Louis Armstrong, algunas películas suecas, La educación sentimental de Flaubert, Marlon Brando, Frank Sinatra, esas increíbles manzanas y peras de Cezanne…. Yo añadiría la música del sello Windham Will, los cuadros de Modigliani, las novelas de Galdós, todo el repertorio de Ella Fitzgerald y las películas de Ernst Lubitsch".

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