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‘El encargado’, un afilado y divertido estudio de personaje

Imagen de la nueva serie de Disney + 'El encargado'.

Disney + ofrece una serie única y deliciosa. La turbia comedia argentina El encargado. En ella se descubre un personaje original, fuente inagotable de humor, inquietud y conflictos. Eliseo, el conserje de un bonito edificio bonaerense del barrio de Belgrano.

Lo primero que destaca de la ficción es su brillante fotografía de colores saturados. Después se conoce superficialmente a algunos habitantes de este inmueble de uno de los barrios más acomodados de la capital argentina.

Como si de un La que se avecina con aspecto cinematográfico se tratara la serie parece en un principio coral. Pero poco a poco, cada vez más, se va descubriendo que se trata de la apabullante construcción del estudio de un personaje, el de Eliseo.

El conserje aparece con tal originalidad y nitidez que compone un nuevo arquetipo. Quienes disfruten la serie ya siempre podrán citar a Eliseo cuando vean ciertos comportamientos que recuerden a los del conserje.

Odioso y admirable

El carácter de Eliseo está presentado para provocar una constante ambivalencia. Tiene rasgos odiosos y rasgos admirables. Personalmente, no me gustaría cruzarme con un Eliseo, pero no puedo evitar que me deslumbre y considerarle un auténtico artista.

Eliseo tiene uno de esos trabajos cara al público que obligan a una actitud bastante pasiva y constantemente amable, como les ocurre a muchos trabajadores del sector servicios, a dependientes, guardas jurados o recepcionistas…

Son personas con las que cruzamos palabras de cortesía para mantener una mínima civilización. En el caso de los conserjes ellos pueden llegar a saber mucho de nosotros. Pueden retirar nuestra basura, repartir nuestra correspondencia, conocer nuestro estado de ánimo, nuestras salidas y visitas… Y nosotros podemos no tener la menor idea de su vida salvo lo que nos quieran contar.

Esa ventaja permite a Eliseo concebir la vida entera como un plan. Ha desarrollado con maestría la actitud anodina y servil que se espera de él durante gran parte de la jornada. Puede limitarse a saludar y despedir a los vecinos, con un cordial: “Buenos días”, “buenas tardes˝.

Siempre con una segunda intención

Pero en cada relación que entabla, en cada gestión, en cada gesto tiene una segunda intención. No está en su naturaleza ver la vida pasar sin más. Y la serie le ofrece el detonante para exhibir sus cualidades más refinadas.

Los vecinos se plantean construir una piscina en la azotea y acabar con su vivienda y su puesto de trabajo. A partir de ahí, el portero convierte su existencia en la aventura de un espía, el planteamiento de una batalla crucial de un general, en el plan de campaña de un estratega político.

Un arquetipo perfecto

Eliseo aparece así como el arquetipo perfecto del dicho común: “No da puntada sin hilo”. Todos sus actos son transacciones, aunque sus interlocutores no lo sepan. Cada favor, cada acto generoso es en realidad táctico.

Cada relación que el portero entabla con el resto de personajes de la serie despliega ingenio y personalidad. A ello ayuda definitivamente la espectacular calidad de todos los actores.

En primer lugar, del absoluto protagonista, Guillermo Francella, siempre chispeante, perfecto. Tras una carrera cómica, su importante papel en la película El secreto de sus ojos le abrió el camino hacia registros más dramáticos.

El resto de intérpretes tienen menor peso, pero la misma calidad impecable. Son muchas las relaciones interesantes entre el personaje central y su entorno, pero brilla especialmente la que mantiene con el presidente de la comunidad de vecinos, promotor del proyecto que le desalojaría, Matías Zambrano, interpretado por Gabriel Goity.

Duelo psicológico con aires policiacos

El duelo psicológico entre los dos enemigos no declarados recuerda a un buen policiaco. El presidente de la comunidad no se fía del cortés conserje, que juega a esconderse delante de sus propios ojos. Probablemente ambos son de parecida calaña y se reconocen en medio de un entorno más inocente. Desde Keyser Söze en Sospechosos habituales, el thriller de 1995, no recuerdo un impostor más sofisticado y osado que Eliseo.

La serie es una creación de Mariano Cohn y Gastón Duprat, un dúo artístico consolidado hace décadas. Como si fueran un grupo musical, incluso Wikipedia los integra en el mismo artículo.

Un dúo de creadores veterano en cine y televisión

El equipo ha enlazado la creación de obras de cine experimental, formatos de televisión, películas, series e incluso la dirección de dos canales de televisión. Entre sus obras recientes se encuentra la película Competencia oficial, interpretada por Penélope Cruz, Antonio Banderas y Óscar Martínez.

En esta ocasión han montado un equipo más grande tanto en la dirección como en el guion. Entre todos han logrado un resultado con muy buena acogida. Ya se está rodando una segunda temporada de esta historia.

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En sus entrevistas, Cohn y Duprat explican que buscan el humor con una interpretación en clave de drama. La comedia debe llegar por la propia situación. Desvelan que persiguen un estilo popular sofisticado. Huyen tanto de un artefacto muy artístico pero que no entienda nadie como de un guion resultón pero vulgar.

Prometedores proyectos de la pareja de autores

El dúo prepara también la serie Nada, ya rodada en parte, que protagonizarán Luis Brandoni y Robert de Niro, como recoge La nación, sobre el luto de un hombre que pierde a la que ha sido su empleada en el hogar durante décadas. Además, en España van a rodar una serie, Bellas artes, con protagonismo de Óscar Martínez, actor argentino español.

A la espera de la segunda temporada, se puede buscar en Google Maps el edificio en el que transcurre la acción. O bien los guionistas o bien espectadores y espectadoras ingeniosos han dejado divertidísimas reseñas que mantienen una ilusión de realidad al sacar de la pantalla los problemas contados en El encargado.

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