¡La banca siempre gana! Helena Resano
El plan de Trump e Israel para Palestina no es un plan de paz; es un plan neocolonial que pretende “pacificar” Gaza sin contar con los palestinos, sin ofrecerles ninguna garantía de nada y que convierte todos los sufrimientos padecidos hasta ahora en inútiles; ni siquiera les garantiza que el sufrimiento acabe. Tampoco busca la paz como un bien necesario, sino que su objetivo real es apropiarse de la franja y sus recursos para que algunos millonarios, entre ellos Jared Kushner, el yerno de Trump y uno de los dos autores del plan, se hagan mucho más ricos. No hay nada en este plan que ofrezca autodeterminación al pueblo palestino, ni participación de ningún modo en su destino, que es la única manera de hacer justicia. Y no puede haber paz sin justicia. Pero el plan es, sobre todo, un chantaje difícil de rechazar; si no aceptan, a los palestinos no les espera más que la aniquilación. Entiendo que acepten, pero no habrá paz para nadie.
Hay algunas cosas definitivamente grotescas en este plan. En primer lugar, resucitar a un tan siniestro como Blair, que merece estar en el basurero de la historia. Nada en lo que esté él involucrado puede ser bueno. Lo segundo es pensar que Netanyahu es controlable y que va a cumplir algún acuerdo que a él le perjudique en su carrera para mantener el poder a toda costa y evitar la cárcel. Sentado en el despacho oval no tuvo problema en humillarse haciendo una ridícula llamada a Qatar para disculparse por un bombardeo. En ese momento parecía el alumno que ha sido sorprendido haciendo una travesura y al que el maestro obliga a llamar a su amiguito para pedir perdón. La imagen de los dos personajes es inenarrable, con Trump en el papel del maestro, sosteniendo un teléfono fijo y cara de niño enfurruñado.
Sin embargo, a pesar de que este no es un plan de paz, los países árabes y europeos se han apresurado a saludar, casi con entusiasmo, esta propuesta inútil. Da la impresión de que hubieran fingido entusiasmo casi con cualquier cosa. La razón es que, en las últimas semanas, los gobiernos europeos se han visto obligados a moverse mínimamente de sus posiciones y a multiplicar las buenas palabras, los gestos y las declaraciones de buenas intenciones debido a la presión de sus respectivas opiniones públicas. Pero no había nada real, no había solidaridad real con Palestina detrás de los gestos y las palabras, sino la conciencia de que resulta imposible seguir manteniendo un divorcio tan absoluto con sus respectivas ciudadanías. El plan ha sido saludado con entusiasmo porque los gobiernos europeos lo ven como la posibilidad de volver al cauce de complicidad con Israel y sumisión a EE.UU que no quieren de ninguna manera abandonar.
Lo cierto es que las protestas populares contra el genocidio han posibilitado que se organice lo que puede ser considerado una rebelión de los pueblos contra sus élites. En ese sentido, la propuesta de Trump, condenada al fracaso, supone oxígeno para los gobiernos en un momento en que la ciudadanía está escalando en la contestación política como hacía tiempo que no sucedía, y eso siempre asusta a las élites. La relatora de la ONU por la libertad de expresión ya ha avisado de que a cuenta de las manifestaciones a favor de Palestina puede producirse una represión generalizada y un recorte en las libertades. En Gran Bretaña esto es muy evidente con un gobierno reaccionario, aunque se llame laborista, que primero ha calificado legalmente de terrorista a una organización pacífica pro Palestina y después, visto que eso no ha impedido las protestas, se dispone a restringir el derecho de manifestación. Es evidente que los gobiernos europeos tienen la esperanza de que el llamado plan sirva para paralizar la contestación social; por ejemplo, ya está sirviendo para detener los proyectos que estaban en marcha para expulsar a Israel de las competiciones y foros internacionales.
Las protestas por Palestina son un movimiento de resistencia frente a quienes nos gobiernan desde la crueldad y la indiferencia por las vidas de la gente
Palestina se ha convertido en la causa de la humanidad que quiere otro mundo, que sueña con otro mundo; es una reivindicación de justicia global, de reivindicación de derechos humanos y de esperanza en un momento en que muchos de nuestros gobiernos están dando pasos atrás y en el que vivimos con el fascismo a las puertas. Incluso votantes de derechas exigen a sus gobiernos, según las encuestas, acciones políticas contra el genocidio. El movimiento por Palestina es, en todo el mundo, un movimiento de resistencia frente a quienes nos gobiernan desde la crueldad y la indiferencia por las vidas de la gente. Millones de personas no quieren resignarse a que este pequeño pueblo siga siendo masacrado en nombre del racismo, el colonialismo y el cálculo político y económico; en nombre del beneficio de unos pocos. En la causa Palestina está el futuro de los palestinos, pero también el nuestro, el de los derechos y la humanidad. Palestina es la utopía de este siglo, como en el pasado pudo serlo la guerra civil española.
A los y las integrantes de la Flotilla les diría que gracias, que ellos y ellas son los representantes de la dignidad de la parte de la humanidad (la mayoría) que a pesar de la propaganda y de las amenazas ha decidido insubordinarse contra un orden injusto, cruel y asesino. Han sido nuestra esperanza. Y no nos rendimos, la ciudadanía que creemos en la justicia y estamos dispuestos a defenderla, seguimos. Habrá más flotillas, tiene que haber una marea. Palestina merece ser libre y el mundo no merece a gobernantes tan mediocres, tan crueles y tan alejados de la voluntad y los anhelos reales de la gente.
______________________________
Beatriz Gimeno es exdirectora del Instituto de las Mujeres.
Lo más...
Lo más...
LeídoPeramato reconoce ante el Congreso a García Ortiz y se compromete a sanar "la herida" de la Fiscalía
Manuel AltozanoIsrael participará en Eurovisión y varios países, entre ellos España, anuncian que no acudirán
infoLibreYolanda Díaz avisa en plena cumbre con Marruecos de que "no habrá cesión de tierra saharaui"
infoLibreTu cita diaria con el periodismo que importa. Un avance exclusivo de las informaciones y opiniones que marcarán la agenda del día, seleccionado por la dirección de infoLibre.
Quiero recibirlaDoña María Moliner: 'Hasta que empieza a brillar'
Cartas de Maruja Mallo
Ana María Shua y su 'Cuerpo roto'
¡Hola, !
Gracias por sumarte. Ahora formas parte de la comunidad de infoLibre que hace posible un periodismo de investigación riguroso y honesto.
En tu perfil puedes elegir qué boletines recibir, modificar tus datos personales y tu cuota.