Entrevista a la copresidenta del Partido Verde Europeo
Evelyne Huytebroeck: "La mejor respuesta a la ultraderecha es construir un proyecto, no solo frases grandilocuentes"
Evelyne Huytebroeck (Bruselas, Bélgica, 1958) es, desde noviembre de 2019, copresidenta del Partido Verde Europeo. También ha sido ministra de Medio Ambiente de su ciudad natal y área metropolitana. Y periodista. Ante los problemas del redactor de infoLibre con la grabadora, bromea con la mayor pesadilla del gremio: una vez mantuvo una extensa charla de una hora con un entrevistado... y se le borró la grabación. Huytebroeck ha sido invitada en plena campaña por Más Madrid-Verdes Equo para mostrar que no solo representan una alternativa en clave madrileña al ayusismo, sino que forman parte de una tradición política de décadas de tradición en el continente: la de los verdes. En plena efervescencia en el centro y norte de Europa, quieren erigirse como tercera vía del progresismo, más allá de la socialdemocracia y la izquierda clásica. Hablando de medioambiente, sí, pero también de condiciones de trabajo, de bienestar o del combate contra la ultraderecha.
Huytebroeck atiende a este periódico en la ribera del Manzanares. La candidata Mónica García y la diputada Inés Sabanés quisieron mostrarle uno de los grandes legados en materia medioambiental de Manuela Carmena, junto a la zona de bajas emisiones: la renaturalización del río, que pasó de ser un simple canal sin agua a un ecosistema propio, lleno de vida. Su discurso está sincronizado con el de sus compañeros españoles: critica con dureza una ley climática aprobada por el Congreso que es, a su juicio, "absolutamente insuficiente" y hasta "ridícula", y defiende las propuestas, más allá de las palabras, para enfrentar a la extrema derecha. "No basta con decir: "eh, la extrema derecha... tened cuidado... son muy malos". Hay que mostrar que tú tienes la respuesta correcta para ellos". PREGUNTA. ¿Es la ley climática europea suficiente?
RESPUESTA. Puedo decir que, en base a las discusiones de las últimas dos semanas, no es lo suficientemente ambiciosa. Teniendo en cuenta los grandes desafíos a los que nos enfrentamos. No hay que olvidar que estamos en un año muy importante. Tendremos la próxima cumbre del clima en Glasgow donde necesitaremos tener visión de futuro, no solo para un año. Por lo tanto, no es lo suficientemente ambiciosa. Pero soy constructiva y optimista cuando veo de dónde venimos. Es el primer paso. Por supuesto, nuestras demandas eran las de la sociedad civil, las ONG y la gente joven en las calles: 65% de reducción de emisiones. Eso es ambicioso. Pero el Parlamento Europeo lo estuvo discutiendo y llegaron a un acuerdo para el 55%. Pero, en realidad, el recorte es de entre el 52% y el 53% y no es suficiente, por supuesto.
Es un primer paso pero necesitamos, absolutamente, mantener la presión. Continuaremos porque muchos verdes estamos en Gobiernos nacionales en la Unión Europea. Fui ministra de Medio Ambiente hace unos años. Y cuando veo de dónde venimos cuando estábamos discutiendo sobre un 30%... en solo unos pocos años hemos dado un gran salto.
P. ¿Qué papel tuvieron los verdes en la negociación?
R. Creo que tuvimos un gran papel en el Parlamento Europeo. Porque hizo un gran trabajo de investigación para elaborar esta ley climática. Y fue posible porque los verdes somos ahora un gran grupo, con 74 eurodiputados. En comparación con la anterior legislatura, somos más, un grupo realmente importante. Pero no solo eso. Creo que las alianzas que hicimos con otros grupos son importantes.
P. ¿Qué grupos?
R. Los más progresistas, por supuesto. Bueno... no por supuesto. Porque la cuestión del clima no es patrimonio de la derecha o de la izquierda. Es una cuestión del futuro de nuestros hijos. No puede ser una cuestión de derecha o izquierda. Los verdes lo intentaron no solo con la izquierda, también con la derecha, para alcanzar el éxito en la negociación. Hubo una gran presión en esas discusiones, claro. Por lo que creo que obtuvimos lo mejor a lo que podíamos aspirar. Pero no nos conformamos, hay que seguir empujando hasta la COP, porque creo que lo que pase de aquí a noviembre es muy importante.
P. ¿Qué papel debe jugar el gas natural en la transición energética europea? Hay grandes presiones para tenerla en cuenta como energía de transición hasta un futuro 100% renovable.
R. No es nuestra opción favorita, está claro. Hay mucha presión en varios países en los que gobernamos. No es fácil. Creo que tenemos que compararlo con lo que hicimos con la nuclear en Bélgica. Dijimos que debíamos abandonar esa energía, asegurando que, evidentemente, no será de un día para otro, pero que necesitamos un plan. Con el gas es lo mismo. No decimos que tenga que ser para mañana, somos realistas. Pero sabemos que tenemos que hacer un plan porque tienes que encontrar alternativas y seguro que las encontraremos para 2030 y 2050. No es suficiente con ponerlo en el papel, debemos prepararnos para ello.
P. ¿Y tenemos ese plan?
R. No estoy segura.
P. Como copresidenta del Partido Verde Europeo, ¿sufre presiones de lobbies?lobbies
R. (Reflexiona) No. Digo no por ahora. Fui ministra durante diez años, recuerdo que varias compañías... no diría presión. Pero hay acercamientos, intentan convencerte y persuadirte... No lo llamaría lobby, No es tan así. Es más indirecto. Entonces, tienes que mantener un equilibrio, tener expertos a tu disposición y escuchar a todo el que se sienta a la mesa. No somos ideológicamente cerrados. Escuchamos, pero el lobby con nosotros no está funcionando.
P. ¿Aspiran los verdes a convertirse en una gran fuerza en toda Europa?
R. ¡Seguro! Si no, no me dedicaría a la política (ríe). Estoy cada vez más convencida de que somos una alternativa, pero no solo eso: podemos influir a muy alto nivel. Cuando echas la vista atrás a hace tres o cuatro años... tenemos un grupo grande en el Parlamento Europeo, estamos en seis Gobiernos nacionales. ¡Es la primera vez en la historia de los verdes! Y en grandes países. Estamos en Suecia, en Finlandia, en Austria, en Luxemburgo, en Bélgica y en Irlanda. También tenemos éxito en algunas grandes ciudades. En Francia: París, Estrasburgo, Lyon, Burdeos... También en Alemania.
Ya no solo tenemos concejales, tenemos alcaldes, eso es muy importante. La gente se ha dado cuenta de que podemos gestionar. ¡Mira este proyecto [señala al río Manzanares, cuya renaturalización fue abordada por el Gobierno municipal de Carmena]. Sin los verdes esto habría sido imposible. Y puedo enseñarte iniciativas como ésta a lo largo y ancho de Europa. Los ciudadanos entienden que no solo tenemos un programa o buenas ideas: también podemos gobernar, gestionar y establecer alianzas, porque sin alianzas no podemos hacer nada. Es un gran salto. Ahora necesitamos ganar y tener éxito en el sur de Europa. Eso es importante.
P. ¿El éxito de los verdes en Alemania puede servir de ejemplo, o cada país tiene un contexto diferente?El éxito de los verdes en Alemania
R. El éxito de los verdes alemanes... estoy muy orgullosa, porque en Bélgica es igual, pero es un país más pequeño (ríe). No, está bien, nunca hemos tenido un candidato a canciller... Esto es muy importante porque Annalena Baerbock puede llegar muy lejos. Y si hace unos años la portada de una revista muestra a un candidato verde con opciones de ganar... todo el mundo sonreiría o haría bromas. ¡Ahora es real! ¡Puede ser! No digo que vaya a ser, pero puede serlo. Es importante porque dará optimismo y dinamismo al resto de países. Somos 46 partidos en nuestra federación, y es lo que queremos mostrar. Estoy aquí como una suerte de embajadora, para enseñar que si es posible allí, es posible aquí. ¿Por qué no?
Sobre la ley climática española: "Cuando vi ese 23%... lo siento, pero es ridículo"
P. ¿Ha podido leer la Ley de Cambio Climático española? ¿Qué opinión le merece?
R. No he leído el texto entero, pero sé cuáles son sus conclusiones y sus números, es suficiente para mí. Cuando vi ese 23%... lo siento, pero es ridículo. Lo digo porque vengo de un país donde gobierna una coalición con el centroderecha, los liberales, y donde tenemos un acuerdo para el 55% de reducción de emisiones. Es absolutamente insuficiente, claro. No lo entiendo. España puede hacerlo. Estoy un poco sorprendida porque tengo en gran consideración a Teresa Ribera, porque era secretaria de Estado cuando yo era ministra, por lo que trabajamos juntos. Tiene una mente verde, una agenda verde. A lo mejor su coalición no se lo permitía, no lo sé, no estoy en ese Gobierno. Pero es muy mala señal, sobre todo antes de la COP. Espero que en la mesa del Consejo Europeo España defienda algo más que eso.
Porque, además, no se trata solo de España. porque tendremos allí a China, a los Estados Unidos, y Europa tiene que ser muy ambiciosa. Y para ello necesitamos a todos los países.
P. ¿Cuáles son las claves para que los fondos europeos sirvan para una transformación real, y no solo rescaten a las grandes empresas?
R. Siempre digo que tienes que trabajar en paralelo en tres señales. En primer lugar, tienes que redactar leyes, normas, criterios, es necesario. Pero son solo papeles, luego tienes que seguirlas. Necesitas emitir información clara a los ciudadanos. Es importante la presión de los ciudadanos y las ONG, evitar la brecha entre la ciudadanía y los políticos. Y en tercer lugar, necesitas contar con incentivos, para que el dinero fluya hacia los proyectos. No puedes estar aislado. Le das incentivos a la gente, a determinados sectores económicos si siguen las normas. Es vital contar con una agenda realista y con buenos socios, y una buena relación con esos sectores económicos. Porque si no cuentas con las empresas, es imposible. No son filántropos, trabajan por sus intereses, es su papel. No tengo problema con eso. Pero tienen que ver que la transición verde es de su interés, también.
P. ¿Cómo enfrentan los verdes a la extrema derecha?
R. Esto no solo pasa en un solo país. No solo en España, en Hungría, en Polonia. Pasa en todos. Si echas un vistazo a Bélgica, por ejemplo, la extrema derecha es la primera fuerza, junto a los nacionalistas. Tenemos que trabajar juntos contra ello. ¿Cómo podemos combatirla? No creo que lo consigamos siendo agresivos. Creo que tenemos que mostrar a los ciudadanos comprensión, empatía, proyectos en positivo... Simplemente atacándoles no puedes ganar. Tienes que ofrecerle un sueño a la gente. Tienes que mostrar que hay un futuro para ellos. Porque... ¿por qué están votando a la ultraderecha? Porque piensan... "todos estos políticos... son una mierda. Hacen promesas, pero luego todo es corrupción", etcétera. La brecha es demasiado grande con los ciudadanos. No basta con decir: "eh, la extrema derecha... tened cuidado... son muy malos". Hay que mostrar que tú tienes la respuesta correcta para ellos. Porque entiendes que durante la pandemia se ha incrementado la pobreza y la desigualdad.
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Si no ofreces un mejor mañana a la gente, votarán al populista de extrema derecha. Hay que mostrar cosas concretas, trabajar duro, también contra la corrupción. Pienso que es la única solución.
P. ¿Ha percibido esa agresividad en otras formaciones del arco progresista?
R. También tenemos, en los países del norte, partidos de extrema izquierda que son más agresivos que nosotros. Pero cuando digo agresivo, cuidado, ¿eh? No digo que nosotros los verdes no estemos radicalmente en contra de la extrema derecha. No voy a debates o a sitios donde está la ultraderecha. Absolutamente no. Somos muy radicales con eso. Pero decimos que la mejor respuesta es construir un proyecto, no solo las frases grandilocuentes. Puede que funcione a corto plazo, pero no funciona a largo. Nunca. La gente espera algo más que palabras. Se preguntan: ¿y qué están haciendo por nosotros? Estamos en pandemia, sube el paro, ¿cuál es la respuesta contra eso? ¿Cuál es el programa?