Racismo
El PP asume las políticas antiinmigración de Vox en Jumilla y enfada incluso a la Conferencia Episcopal
Prohibir las celebraciones de actos islámicos en los espacios públicos. Esa fue la iniciativa que presentó el único concejal que tiene Vox en el Ayuntamiento murciano de Jumilla, un municipio de alrededor de 27.000 habitantes en el que aproximadamente el 5,5% — 1.500, según fuentes locales— profesan esa religión, de cara a la negociación presupuestaria con el Partido Popular, que gobierna en el municipio. Los conservadores cuentan con diez concejales frente a los diez de la izquierda —nueve del PSOE y uno de IU-Podemos— y necesitaban el apoyo o la abstención de los ultras para sacar adelante las cuentas, lo que les llevó a aceptar la iniciativa de la extrema derecha incluyendo algunas modificaciones.
Lo que Vox buscaba, y finalmente ha conseguido, es impedir la celebración pública del Aid el-Fitr —rezo del fin del mes de ayuno—y Aid el-Adha —la Fiesta del Sacrificio—, las dos grandes festividades musulmanas previstas para la primavera de 2026. La moción de los ultras se justificaba en que son actos "ajenos a la identidad del pueblo" por lo que había que defender "los usos y costumbres del pueblo español frente a las prácticas culturales foráneas" y pedía "promover la actividad y carnicería tradicionales españolas frente a la expansión de los sellos extranjeros como el halal". El coordinador de la Comisión Islámica de la Región de Murcia, Walid Habbal, ha calificado la iniciativa como un "paso atrás" que ha dejado "en shock" a la comunidad musulmana de la población.
La iniciativa de Vox vulnera de manera clara la Constitución Española, que defiende la libertad de credo, pero en lugar de rechazarla, el PP la reformuló para hacerla más genérica y tratar de evitar problemas con los tribunales. Así, la iniciativa aprobada insta al gobierno municipal a promover "actividades, campañas y propuestas culturales que defiendan nuestra identidad y protejan los valores y manifestaciones religiosas tradicionales", sin citar ninguna en concreto, y modifica el Reglamento de Uso y Funcionamiento de Instalaciones Deportivas Municipales —donde se han realizado estas celebraciones en los últimos años— para que se utilicen "exclusivamente para el ámbito deportivo" y no para "actividades culturales, sociales o religiosas ajenas al Ayuntamiento".
Para la extrema derecha se trata de una victoria. "Jumilla hace historia. Gracias a Vox se aprueba la primera medida en España que impide celebrar fiestas islámicas en espacios públicos. ¡España es y será siempre tierra de raíces cristianas!", señala el post de la cuenta oficial del partido en Murcia, pese a que su concejal se abstuvo y la iniciativa salió adelante por el 'sí' del PP, gracias al voto de calidad de la alcaldesa, Severa González.
Génova culpa al Gobierno de la "polarización": "Es inaceptable que se nos presente como un partido xenófobo"
Es a esa abstención a lo que se agarra la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo para defender la iniciativa: "Lo que se ha aprobado en Jumilla no ha contado con el voto afirmativo de Vox", señaló el vicesecretario de Educación e Igualdad del partido, Jaime de los Santos, este jueves, que calificó de "absolutamente inaceptable que se pretenda presentar al PP como un partido xenófobo" y culpó al Gobierno de querer "polarizar" con esta cuestión.
El vicesecretario del PP respondía así a la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno, Elma Saiz, que este jueves incidía en que su Ministerio va a estar "muy vigilante" a través de la monitorización de los discursos de odio que realiza el observatorio Español del Racismo y la Xenofobia para "frenar cualquier intento de propagar el odio contra la población migrante", como sucedió en Torre Pacheco, donde determinados agitadores ultras utilizaron las redes sociales para convocar a sus seguidores y escenificar disturbios y enfrentamiento social en un pueblo involuntariamente convertido en epicentro de un falso enfrentamiento racial.
Sin embargo, el dirigente conservador evitó concretar por qué su formación había reformulado el texto en lugar de rechazarlo directamente. "No a las noticias falsas, no a las cuestiones grandilocuentes que pretenden incendiar un país que es ejemplar", fue su respuesta ante las preguntas de la prensa, una intervención en la que también aseguró que el PP respeta la "libertad" de que "se crea en uno, en siete o en ningún Dios".
La comunidad musulmana de Jumilla en "shock" tras el veto del PP a sus actos festivos
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De los Santos trató de despejar el asunto diciendo que la iniciativa es una "bravuconada" de Vox y que forma parte de sus "líos": "Por encima de cualquier otra cuestión está el respeto a que cada uno, sea lo que quiera ser, piense, rece o pertenezca a la etnia que pertenezca", afirmó. Tras la polémica, la Conferencia Episcopal Española ha indicado que ese veto "atenta contra los derechos fundamentales de cualquier ser humano".
A rebufo de Vox
Con esta iniciativa, el PP se sitúa a rebufo de la extrema derecha —al amplificar su mensaje y sus políticas— y logra colocar en la agenda un planteamiento xenófobo y originariamente inconstitucional, aunque desde el PP de Jumilla se asegura que se va a buscar un nuevo emplazamiento para la celebración del Ramadán. La formación de Santiago Abascal considera especialmente peligrosos a los migrantes —pobres— provenientes del mundo islámico, una palabra que intercambian con islamista indistintamente, sin atender a sus diferencias.
Las referencias del partido ultra a la supuesta "invasión islámica" que amenaza la identidad" no solo española, también europea, han sido constantes desde el nacimiento de Vox. Sus dirigentes y portavoces han construido un relato basado en una sustitución de la población blanca que, además, está "orquestada por oligarquías" que buscan destruir Occidente en connivencia con la Unión Europea, con la teoría del Gran Reemplazo como telón de fondo.