“Pasé 16 meses sin saber que tenía cáncer”: las víctimas de los fallos en el cribado exigen justicia en Sevilla

Miles de personas se manifiestan frente a San Telmo para pedir responsabilidades por el fallo. de los cribados

María Castaño

Sevilla amanecía este domingo arropada por una densa nube que auguraba el regreso de las precipitaciones a la capital. O, quizá, reflejaba la bruma de preocupaciones que ha acechado a las andaluzas este mes de octubre. Sea como fuere, las mujeres han salido a la calle para luchar contra ese gris y colorear la capital de rosa, alzando su voz contra las negligencias en los cribados de cáncer de mama en Andalucía.

"Hoy vamos a demostrar que no somos pocas. Somos muchas y muchos, con un mismo corazón: el de salvar vidas", declaraba Ángela Claverol, presidenta de la Asociación AMAMA (Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama), frente a los medios. Tras casi un mes sin conocer con certeza por qué miles de mujeres andaluzas no han sido informadas sobre su diagnóstico en el cribado de cáncer de mama y, por ende, no se les han practicado las pruebas necesarias para una detección segura, la asociación ha organizado este domingo en la Plaza de San Telmo de Sevilla (frente a la sede de la Junta) una Concentración Rosa para manifestar su "rechazo a estas formas de atender y cuidar la vida de las mujeres".

La concentración se ha celebrado bajo el lema “Nuestras vidas no pueden esperar”. Como alegan desde la organización, “muchas se han quedado por el camino ya” y no pueden permitir que la historia se repita con ninguna más.

Las afectadas conocidas hasta el momento ascienden a 2.317 mujeres, un 90% de ellas procedentes del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, según datos de la Junta. Sin embargo, AMAMA advierte ante los medios que sospecha que el número real de víctimas podría superar las 20.000 mujeres. Frente a estas cifras, unas 30.000 personas, según CC OO, se han concentrado en Sevilla para mostrar su apoyo a las mujeres cuya salud ha sido abandonada institucionalmente y exigir responsabilidades a los dirigentes de la Junta de Andalucía.

“Las mujeres no somos tontas ni olvidamos, nosotras nos apoyamos”, defiende una activista durante la protesta, con un cartel en la mano y el pecho al descubierto, pintado de negro.

Aunque la mayoría de las asistentes han sido mujeres que pertenecen al rango de edad incluido en el programa de cribado de cáncer de mama —que hasta hace poco abarcaba de los 50 a los 69 años, pero cuya ampliación ya se plantea—, a la concentración también han acudido muchas jóvenes andaluzas. Y no solo eso, entre la multitud también se ha visto a numerosos hombres. La mayoría corresponden a las edades de las mujeres afectadas por la negligencia sanitaria y han acudido a la concentración ataviados con polos, camisetas y pañuelos rosas. Se trata de un problema que afecta a sus parejas, amigas, compañeras y familiares y que, por tanto, no consideran ajeno. Participan de manera activa en una lucha que no protagonizan, pero que sienten el deber de respaldar.

Para comprender la complejidad de la polémica no era necesario adentrarse en el núcleo de la concentración. Esquivando el laberinto de personas que se había formado en la céntrica zona de la capital andaluza, era posible escuchar decenas de conversaciones simultáneas que reflejaban las indignaciones y los miedos de los andaluces. Contaban testimonios de mujeres que aún no habían recibido los resultados de sus mamografías; compartían sospechas sobre posibles modificaciones en los diagnósticos; acusaban a los políticos de fomentar la privatización de la sanidad; expresaban el abandono que sentían; lamentaban los efectos irreversibles que el retraso de los diagnósticos tendrá sobre muchas vidas; y prendían su rabia al predecir que los responsables no tendrán las consecuencias que piensan que merecen.

La Asociación AMAMA no solo ha conseguido reunir a otras organizaciones de Sevilla para reclamar responsabilidades a la Junta de Andalucía, como la Batucada Jalearte, sino también a colectivos de distintos puntos de la comunidad, como Horizonte de Esperanza, procedente de Conil (Cádiz). infoLibre ha tenido la oportunidad de hablar con algunos de sus integrantes, quienes aseguran conocer “dos casos confirmados de víctimas de los cribados de cáncer de mama en Conil”. Denuncian que, si en un pueblo tan pequeño como Conil ya existen un par de casos, las incidencias deben de estar trascendiendo a muchos otros lugares fuera de Sevilla. Este testimonio contradice una de las explicaciones ofrecidas por Antonio Sanz, consejero de Salud, quien sostuvo que los fallos se debían en parte “a la propia estructura y organización del Hospital Virgen del Rocío”.

“¿Usted cree que va a poder seguir engañando como antes? ¿A un grupo de mujeres poderosas, como somos los andaluzas?”, pregunta Carmen, una de las asistentes a la concentración, con evidente ira.

Juanma Moreno Bonilla también ha expresado su descontento, pero dirigido a AMAMA, a quienes acusa de no utilizar una "actitud colaborativa y constructiva" con ellos. El presidente andaluz ha alegado con anterioridad que la asociación "ha preferido ir a manifestarse a San Telmo" en lugar de reunirse con la Junta.

Ante la acusación de Moreno Bonilla, la respuesta de Ángela Claverol ha sido clara desde el inicio de la protesta: “Si hubiera sido otro partido, habríamos hecho lo mismo. A nosotras nos importa un rábano de qué partido sea. A nosotras nos importa esto, esto y esto", aclaró señalando a las mujeres que la rodeaban. "No nos importa otra cosa”.

Cristina: “Pasé 16 meses sin saber que tenía cáncer”

Cristina es una de las víctimas de la falta de transparencia en Andalucía respecto a los resultados de los cribados de cáncer de mama. Durante la concentración de este domingo, en primera fila y tras la enorme pancarta que denuncia los hechos, cuenta a infoLibre las graves consecuencias que podría haber tenido el retraso de los resultados de su mamografía en su supervivencia.

Era febrero de 2025. Habían pasado más de 16 meses desde su última mamografía, una prueba que, según el protocolo del programa de cribado de cáncer de mama de la Junta de Andalucía, debía haberle garantizado un seguimiento médico inmediato si algo no iba bien. No obstante, a Cristina nunca la llamaron. Tampoco la informaron de que aquella mamografía, realizada en noviembre de 2023, indicaba la necesidad de una prueba complementaria.

"Al notarme un bulto en el pecho, fui a mi médico de cabecera. Fue él quien consiguió sacar el informe que nunca compartieron conmigo. Y ahí vi que ya entonces tenían que haberme hecho otra prueba”, explica con serenidad. “Pasé 16 meses sin saber que tenía cáncer”.

Indudablemente, la enfermedad avanzó durante ese periodo de tiempo en el que vivió en la ignorancia. “En mi caso se quedó en el primer ganglio”, relata, “pero ya había empezado la metástasis. Si llego a tener un cáncer más agresivo, igual hoy no estoy contándote esto”.

Así lo confirman los profesionales. Rodrigo Sánchez-Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica, reveló que "numerosos estudios internacionales y revisiones sistemáticas han demostrado que el cribado mediante mamografía en mujeres de entre 50 y 69 años reduce la mortalidad por cáncer de mama entre un 20% y un 40%".

Cristina ya ha pasado por la operación, la quimioterapia y ahora afronta la hormonoterapia. Denuncia que, al ser consciente de tales negligencias, “se pasa muy mal, sobre todo cuando sabes que durante ese tiempo el cáncer ha podido invadirte”.

Sin embargo, ella no figura entre las más de 2.300 mujeres afectadas oficialmente, pues su cáncer fue detectado en febrero de 2025. "Pero hay muchas más mujeres en la misma situación", confirma Cristina mientras sugiere que la cantidad de víctimas reales es superior a las cifras confirmadas por la Junta de Andalucía. "Les cuesta hablar, les cuesta dar la cara, pero somos muchas más”.

Pese a todo, afirma sentirse satisfecha de haber contado su historia. Gracias a haber alzado la voz, relata que logró que una amiga insistiera en la sanidad pública para repetir su mamografía y descubrir que tenía un bulto maligno: "Por eso es muy importante contarlo".

Las voces detrás de los gritos de “¡Dimisión, Bonilla!”

Una supervivencia política no puede estar por encima de la supervivencia humana. Es lo más terrible que le ha pasado al pueblo andaluz”, defiende Ángela Claverol durante la concentración rosa de este domingo.

Sin embargo, desde la Junta de Andalucía no se asumió de la misma forma. La ya exconsejera de Salud, Rocío Hernández, restó gravedad a lo ocurrido al afirmar que las afectadas “veían la copa medio vacía”. Por su parte, el presidente Juanma Moreno Bonilla justificó el silencio institucional alegando que no se informó a las pacientes de sus resultados no concluyentes para “no causar ansiedad”.

“Lo prioritario es la información y ya nosotros manejaremos el estrés como podamos, pero no es nadie para negarnos una información en la que mi vida estaría en juego”, opina María José al respecto, presente en la concentración de San Telmo también vestida de rosa.

La Junta de Andalucía sí ha reconocido públicamente un error en el sistema informático que gestionaba la comunicación en los cribados de cáncer de mama. Sin embargo, ni Moreno Bonilla ni Antonio Sanz, consejero de Salud en Andalucía, se han puesto a disposición de las afectadas. Tampoco han dado explicaciones a la falta de vigilancia para identificar este error.

Una de las activistas procedentes de Conil, llamada Sol, de la asociación Horizonte de Esperanza y Marea Blanca, atribuye estos fallos al "desmantelamiento que está llevando a cabo con la sanidad pública el señor Moreno Bonilla, que tiene los mayores presupuestos de sanidad y los está invirtiendo en la privada". Su compañera, Desiree Redondo, añade: "Es deplorable que unos políticos, gestores, no quieran reconocer su responsabilidad. Esto no va de colores políticos ni de partidos, esto va de asumir las responsabilidades como gestores públicos".

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Ante las posibles consecuencias que puedan caer sobre los responsables de las negligencias, Antonio, uno de los hombres que acudieron a apoyar a las mujeres andaluzas, se muestra pesimista: “En Madrid no veo que haya pasado nada, aunque se haya luchado contra contra la gestión del covid con Ayuso. Y tampoco ha pasado nada con el tema de la dana y Mazón. De hecho, sigue en la presidencia. Así que tiene pinta de que en Andalucía tampoco van a pagar por lo que han hecho. Nosotros estamos aquí para que las cosas cambien, y a mejor, porque con la salud no se juega”.

Presencia política

La protesta ha contado con presencia de representantes políticos de formaciones como el PSOE, Por Andalucía, Adelante y Podemos, aunque solo esta última se ha pronunciado ante los medios de comunicación, mientras que el resto ha preferido darle protagonismo a las mujeres convocantes.

En nombre de Podemos, la eurodiputada Irene Montero ha dicho que las mujeres se han reunido para “exigir justicia frente a las políticas de muerte de Moreno Bonilla, que están poniendo en riesgo sus vidas”, además de “para que no haya impunidad y que esto no vuelva a pasar”. Para Montero, los problemas en el cribado son “consecuencia de cómo gobierna el Partido Popular y de décadas de privatizaciones, destrucción y falta de inversión en la sanidad pública”, por lo que ha calificado como “política homicida” la gestión sanitaria de la Junta.

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