Así es cómo la extrema derecha podría hacerse con todo el poder en Chile
Es un nuevo enfrentamiento entre la izquierda y la extrema derecha nostálgica de la dictadura de Pinochet (1973-1990). Cuatro años después de su derrota, el candidato José Antonio Kast vuelve a estar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile, previstas para el 14 de diciembre. En 2021, fue derrotado por su joven rival de izquierdas, Gabriel Boric, que prometía acabar con el legado neoliberal de la dictadura, tras el movimiento social de 2019 que abrió el camino a la redacción de una nueva Constitución (finalmente rechazada).
Esta vez, Kast, de 59 años, se enfrentará a Jeannette Jara, de 51, una candidata comunista que fue ministra de Trabajo del presidente saliente (el cual, según la norma, no podía presentarse a un segundo mandato consecutivo). Al igual que Boric, Jara proviene de una amplia coalición entre las diferentes ramas de la izquierda y la democracia cristiana, aunque procede de una formación política de cultura radical, ajena a quienes participaron en la transición democrática negociada entre fuerzas moderadas a principios de la década de 1990.
El domingo 16 de noviembre, Jeannette Jara obtuvo casi el 27 % de los votos en la primera vuelta, marcada por una fuerte participación: casi 13 millones de votantes, de un total de 15,7 millones, ya que, por primera vez, el voto es obligatorio. Kast, por su parte, quedó en segundo lugar con el 24 % de los votos.
A primera vista, estos resultados parecen un déjà vu. En 2021, Boric obtuvo el 25,8 % de los votos, frente al 27,9 % de Kast. Sin embargo, la comparación no es muy alentadora para la unión del centro y la izquierda, que logró duplicar su puntuación en cuatro semanas.
De hecho, Boric, que había sido líder del poderoso movimiento estudiantil de 2011, tenía entonces la ventaja de presentarse como una alternativa al presidente saliente de derechas, Sebastián Piñera, que se había enfrentado a una movilización democrática y social sin precedentes desde la transición democrática. Además, entre las dos vueltas, se benefició del apoyo de dos candidaturas progresistas que representaban cerca del 20 % del electorado que había acudido a las urnas. En comparación, en 2025 la oferta política se ha desplazado claramente hacia la derecha.
Elecciones presidenciales en Chile: la izquierda en una situación muy desfavorable frente a la extrema derecha
Resultados de la primera vuelta de las elecciones
Fuente: Servicio Electoral de Chile Creado con Datawrapper
Kast no era el único candidato de la extrema derecha. Incluso fue superado en virulencia por Johannes Kaiser, un exmiembro de su partido, mientras que la candidata de la derecha tradicional, Evelyn Matthei, hizo gala de propuestas sobre austeridad y seguridad.
“A Jeannette Jara ya no le queda reserva de votos, mientras que el debate público y la sociedad chilena se han radicalizado hacia la derecha en cuatro años”, confirma Franck Gaudichaud, profesor de Historia y Estudios Latinoamericanos Contemporáneos en la Universidad Jean-Jaurès de Toulouse. “La extrema derecha ha logrado imponer tres de sus temas: el rechazo a la inmigración legal e ilegal, la insistencia en los peligros del narcotráfico y el rechazo a los intentos de reformas económicas del Gobierno de Boric. El Chile de 2019 ya no es reconocible, en medio de una ola regional desfavorable para los dirigentes salientes.”
La derecha y la extrema derecha ya se han aliado
El duelo de la segunda vuelta dependerá en gran medida del comportamiento del electorado de Franco Parisi. Este economista al frente de una formación de derechas, el Partido de la Gente (PDG), ha sorprendido a todos al quedar en tercera posición, con cerca del 20 % de los votos. Aunque ya se presentó en 2021 y no superó el 13 % de los votos.
En cuarto y quinto lugar figuran los dos candidatos rivales a los que Kast venció en unas “primarias de la derecha” a gran escala. Johannes Kaiser obtuvo cerca del 14 % de los votos y Evelyn Matthei solo el 12,5 %, un resultado históricamente bajo para la derecha, en la línea de la derrota sufrida hace cuatro años. Los demás candidatos obtuvieron resultados marginales.
Evelyn Matthei, la gran perdedora de la noche, acudió a la sede de la campaña de José Antonio Kast, en el elegante barrio de Las Condes, en Santiago, para mostrarle su apoyo. “Tenemos demasiados problemas: seguridad, economía, desempleo, presupuesto insuficiente y afluencia incontrolada de migrantes”, afirmó, retomando todos los temas de una campaña marcada por los discursos sobre seguridad y los ataques contra los migrantes, en particular los venezolanos. “Por lo tanto, es imperativo cambiar radicalmente de rumbo.”
Johannes Kaiser, que reivindicaba un enfoque similar al de Javier Milei en Argentina y se presenta como libertario tras abandonar el Partido Republicano de Kast, hizo lo mismo y se unió a su antiguo aliado para afirmar que “votar hoy por José Antonio Kast es votar por Chile”.
Tengo malas noticias para los candidatos [de la segunda vuelta]: gánense los votos. Espero que hagan algo
En su discurso ante sus seguidores, Kast consideró que “la oposición ha derrotado a un Gobierno fallido” y pidió a los chilenos que “no se dejen engañar” por su adversario. “Jeannette Jara es Gabriel Boric con otro tono; si ella gana, es el Partido Comunista el que gana”, afirmó.
Agradeció a Johannes Kaiser y Evelyn Matthei por su apoyo y pidió unidad para ganar el 14 de diciembre. Esa fecha, subrayó, “no serán unas elecciones como las demás, sino las más importantes de nuestra generación, un verdadero plebiscito entre dos modelos de sociedad”. “A la tercera va la vencida”, aseguró.
Kast se presentó por primera vez como independiente en 2017. Entonces solo obtuvo el 8 % de los votos, un año después de abandonar la Unión Democrática Independiente (UDI), un partido fundado durante la dictadura militar, partidario del pinochetismo y defensor del modelo neoliberal que se mantuvo en vigor tras el paso a un régimen pluralista. En 2021, Boric le superó por 11 puntos en la segunda vuelta.
Franco Parisi, que afirma no ser “ni facho ni comunacho”, no ha dado instrucciones para la segunda vuelta: “No le doy un cheque en blanco a nadie, sería una falta de respeto. Tengo malas noticias para los candidatos: gánense los votos. Espero que hagan algo. El PDG no necesita ningún favor”.
“A Parisi se le califica fácilmente de populista de derechas”, explica el profesor Gaudichaud. “Le gusta aparecer en televisión. Aunque su identidad política es liberal, xenófoba y misógina, se distingue por un discurso demagógico que valora el sentido común y rechaza la casta en el poder, y por una estrategia de campaña esencialmente digital, con muy poca infraestructura organizativa.”
“Encarna a la perfección un estado de ánimo antipolítico”, añade el profesor e investigador, quien señala que los millones de votantes adicionales movilizados por el voto obligatorio han constituido para él una reserva privilegiada.
La candidata de la izquierda en grave peligro
Jeannette Jara, ya el domingo por la noche, mencionó a Parisi en su intervención. Elogió su actuación, probablemente pensando que en 2021 Boric había logrado atraer los votos que se habían decantado por él. “El trabajo realizado por Franco Parisi es notable y merece nuestro respeto y nuestro aplauso”, dijo, indicando que apoyaba sus propuestas para reformar el sistema sanitario.
Para poder imponerse en la segunda vuelta, teniendo en cuenta los resultados combinados de la derecha y la extrema derecha (70 %), Jara tendrá que buscar votos entre la derecha tradicional y moderada. Por eso rindió homenaje a Evelyn Matthei, “víctima de una terrible campaña de difamación”. “Tácticas como esas son intolerables en política”, añadió, en referencia a las campañas de desprestigio llevadas a cabo en las redes sociales por los seguidores de Kast.
Jeannette Jara debería intentar, durante la campaña para la segunda vuelta, desvincular su imagen de la de un poder ejecutivo demasiado impopular
Reconoció que las elecciones del 14 de diciembre serán difíciles. “Hoy comienzan unas nuevas elecciones y los retos son enormes”, declaró, antes de enumerar los logros del Gobierno del presidente saliente.
Gabriel Boric ha obtenido algunas victorias (aumento del salario mínimo, reforma del sistema de pensiones que obliga a los empresarios a cotizar por sus empleados, mejor atención sanitaria para los más vulnerables, etc.), pero su prudencia y la falta de mayoría parlamentaria han obstaculizado su acción y su credibilidad en materia de seguridad ha resultado débil. Por lo tanto, durante la campaña para la segunda vuelta, la candidata debería tratar de desvincular su imagen de la de un poder ejecutivo demasiado impopular.
Jeannette Jara denunció a sus adversarios, acusados de “avivar el miedo”. “Eso no basta para gobernar un país. Hay que ser capaz de llegar a acuerdos, de dialogar”, añadió. “No dejéis que el miedo os paralice”, insistió, como para conjurar el destino y el regreso de la extrema derecha el próximo 11 de marzo a La Moneda, sede de la presidencia, treinta y cinco años después del fin de la dictadura de Pinochet, que bombardeó el palacio para acabar con la democracia el 11 de septiembre de 1973.
La extrema derecha y la derecha con fuerza en el Parlamento
Una cosa es segura: el mundo partidista nacido de la transición democrática iniciada hace casi cuatro décadas ha desaparecido. Ya había ocurrido en las elecciones presidenciales de 2021, pero sobrevivió en parte en sede parlamentaria, en la Cámara (renovada en su totalidad el domingo, por el sistema de votación proporcional) y en el Senado (renovado en 23 de los 50 escaños).
El avance de la extrema derecha ha completado la entrada de Chile en una nueva era política. Sus listas, cuyo porcentaje de votos se ha duplicado en cuatro años, obtienen 42 escaños en la Cámara de Diputados, frente a los 22 de 2021. El bloque más radical supera ahora a la derecha tradicional, que se había adaptado a la democracia liberal: sus listas retroceden ligeramente en votos pero en escaños pasan de 53 a 34 en la nueva asamblea elegida.
La izquierda también retrocede, y solo puede contar con 64 diputados. En cuanto a Parisi, su Partido de la Gente duplica su representación en la Cámara, con 14 diputados frente a los 6 de 2021, fecha de su primer acceso al Parlamento.
La extrema derecha duplica su número de escaños en la Cámara de Diputados
Fuente: Servicio Electoral de Chile Creado con Datawrapper
Infografía Mediapart
“Se ha rediseñado el panorama político de la transición”, resume Franck Gaudichaud, “con el impresionante avance de una extrema derecha xenófoba y pinochetista, y la consolidación de un populismo de derechas, a expensas de las coaliciones tradicionales que han gobernado Chile desde la década de 1990.”
Si Jeannette Jara lograra, a pesar de todo, entrar en La Moneda, heredaría una situación parlamentaria aún más adversa que la que tuvo que afrontar Gabriel Boric. Si Kast se convirtiera en jefe del Estado, en cambio, la cuestión sería la de una posible alineación entre la presidencia y el parlamento. El sistema electoral proporcional ha contenido el peso de su propia coalición en la Cámara de Diputados, pero las adhesiones logradas hasta la derecha tradicional le permiten esperar una mayoría, al igual que en el Senado.
Será sin embargo más difícil alcanzar el quórum de cuatro séptimas partes de los miembros del Parlamento (28 senadores y 88 diputados) para aprobar los textos más importantes (las leyes orgánicas constitucionales). Por eso el Partido de la Gente de Parisi desempeñará un papel fundamental en la Cámara de Diputados con sus 14 escaños.
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Desde 2006 y el primer mandato de la presidenta socialista Michelle Bachelet, no se ha visto en Chile una alineación entre la presidencia y las dos cámaras. Y nunca ha ocurrido con la derecha y mucho menos la extrema derecha. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. Aunque Kast ganara, tendría que contar con una disciplina parlamentaria que hasta ahora no se ha verificado y que es poco probable con una configuración tan fragmentada.
Traducción de Miguel López