21D | ELECCIONES EN EXTREMADURA

El PP vuelve a quedar en manos de Vox en Extremadura mientras el PSOE sufre un descalabro histórico

Miguel Ángel Gallardo, durante la noche electoral

Los extremeños ya han hablado. Y este 21D dieron la victoria al Partido Popular, pero sin la mayoría absoluta soñada por María Guardiola y Alberto Núñez Feijóo: el PP vuelve a quedar en manos de un Vox disparado. En cambio, el PSOE sufrió un batacazo sin precedentes en una comunidad históricamente progresista, y Unidas por Extremadura mejoró sus resultados respecto a hace dos años.

La nueva Asamblea de Extremadura, con el 99% escrutado, queda así repartida: PP (29), PSOE (18), Vox (11) y Unidas por Extremadura (7). La fotografía que sale de este domingo evidencia un dominio abrumador de las derechas, con más del 60% de las papeletas a su favor, en un momento de arranque de ciclo electoral y con el Gobierno en plena crisis por los casos de corrupción y de acoso machista. Todo ello en un domingo con mucha menos participación que hace dos años (62,74 frente al 70,35%).

El PP se convirtió este domingo en primera fuerza, pero sólo logró subir un escaño, haciendo añicos la estrategia pactada entre Guardiola y Feijóo de adelantar los comicios pensando en que podrían tener mayoría absoluta. Los populares activaron el botón electoral con la excusa de que no podían sacar los presupuestos por falta de apoyo de la ultraderecha.

Pero ese plan de los populares ha fracasado, ya que vuelven a quedar en manos de los de Santiago Abascal, que han sido los grandes beneficiados con un ascenso de seis escaños respecto a los comicios de mayo de 2023. De esta manera, se materializan los vaticinios de que la ultraderecha es la fuerza que más crece en España en estos momentos. Los de Abascal han hecho una campaña totalmente nacional con una presencia constante allí del líder de la ultraderecha. 

A partir de este momento arrancará una dura negociación para la investidura de Guardiola. Vox durante estos días ha puesto incluso sobre la mesa la posibilidad de no apoyar a la candidata popular, con la que mantiene unas muy malas relaciones. Y el mensaje para el PP es claro: la necesidad de contar con ellos para conseguir Gobiernos autonómicos y La Moncloa.

Esa tensión ya se vivió al final de la noche, cuando PP y Vox retrasaron sus comparecencias hasta casi la medianoche. Guardiola señaló que va a iniciar una ronda de contactos con los grupos para tener un "Gobierno estable cuanto antes". Sin embargo, el único partido con el que podría negociar es Vox, pero no lo mencionó hasta el turno de preguntas, cuando dijo que Abascal tiene que hacer una "lectura sosegada de las urnas", que han puesto al PP en primera posición: "Hay una victoria incontestable. Ha merecido la pena".

El candidato de Vox, Óscar Fernández, compareció el último, algo que suelen hacer los ganadores. Y lanzó un mensaje directo al Partido Popular: “Extremadura quiere mucho más Vox. Vamos a defender cada uno de los votos con uñas y dientes”.

El batacazo histórico del PSOE

El gran perdedor de la noche fue el PSOE, que obtuvo un resultado todavía peor del que esperaban. Los socialistas, que fueron primera fuerza en 2023, se dejaron hasta diez escaños respecto a la última cita electoral, pasando de 28 a 18.

El PSOE sufrió la tormenta perfecta con un candidato, Miguel Ángel Gallardo, cuestionado internamente y con una mala imagen pública por su procesamiento en el caso del hermano del presidente del Gobierno por su contratación cuando era presidente de la Diputación de Badajoz. La campaña se desarrolló en mitad de la crisis que vive el Ejecutivo central por los casos de corrupción y de acoso machista.

Aunque en Ferraz y en La Moncloa han tratado de rebajar durante estos días el alcance de esta cita electoral, supone un varapalo para los socialistas en un momento muy complicado para el partido. El presidente, Pedro Sánchez, rechaza que esta cascada de elecciones autonómicas que empieza en Extremadura (luego llegarán las de Aragón, Castilla y León y Andalucía) suponga tal presión que le lleve a convocar comicios generales adelantados.

“El resultado es muy malo. Lo destaco sin paliativos”, aseveró Gallardo en una comparecencia tras conocerse el resultado electoral, pero puso el foco principalmente en el PP: “La pregunta es para qué han servido las elecciones”. “A partir de hoy hay mayor bloqueo y mayor inestabilidad en Extremadura. Se ha producido un engorde de la ultraderecha”, lamentó el socialista.

El líder del PSOE extremeño no quiso revelar si va a dimitir de su cargo y anunció que ha convocado para este lunes una reunión de la Ejecutiva regional para analizar la situación: “Lo que menos me preocupa es mi futuro político, lo que me ocupa es que el PSOE tome la mejor decisión”. “Por encima de Gallardo está el PSOE de Extremadura”, apostilló.

En Ferraz se habló de "mal resultado", como señaló la secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, quien analizó que el PSOE no ha conseguido movilizar al electorado progresista. Para la dirección de Sánchez, el PP es hoy "más rehén" de la ultraderecha, a la que está alimentando con su estrategia electoral.

Las izquierdas cogen aire

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Frente al panorama desolador del PSOE, la izquierda transformadora vivió una buena noche bajo la candidatura de Unidas por Extremadura, liderada por Irene de Miguel. Aumenta su representación al pasar de cuatro a siete escaños en la Asamblea y supone un buen resultado para un espacio que se hundió en el pasado ciclo electoral autonómico.

Unidas por Extremadura sube más de cuatro puntos, sobrepasando el 10% de apoyos. "Hemos sido una oposición firme. Y vamos a seguir haciéndolo.", valoró la candidata de Unidas por Extremadura, quien cargó duramente contra Guardiola por la convocatoria electoral: "El panorama queda con más incertidumbre".

La lista de Irene de Miguel supone un faro para el espacio en un momento de gran fragmentación a nivel nacional. Una candidatura sin ruidos en la que han trabajando de manera conjunta Podemos e Izquierda Unida, con el apoyo externo de Movimiento Sumar. 

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