Babosería social y efecto "collage"

Javier Herrera-Navarro

Llamo "babosería social" a esa tendencia hoy tan extendida en nuestra sociedad a otorgar primacía a uno de los dos elementos de cualquier dicotomía que pudiera significar un pugna o lucha entre dos opciones, aparentemente contrarias; dualidad que parece respetarse en teoría pero que en realidad esconde una supremacía del que se considera mayoritariamente el mejor, el más bueno, el más positivo, el más rico, el más guapo, etc. en detrimento del otro. Ejemplos: blanco/negro, Caín/Abel, padre/madre, hombre/mujer, alto/bajo, izquierda/derecha, hetero/homo, pureza/mezcla, bien/mal, creyente/no creyente, etc., y así hasta una extensa gama de opuestos que giran en torno a diversos ejes: vicio/virtud, conservador/progresista, bueno/malo, etc., por lo que pueden darse un sinfín de dicotomías cruzadas de preferencias y valoraciones que en realidad expresan la inmensa riqueza de nuestro polisémico cuerpo.

Lo que observo es que si ahora la tendencia supremacista parece decantarse hacia los valores tradicionalmente blancos, puros, buenos, bellos, altos y rubios, etc... es porque la parte de ciudadanos que profesan (u ostentan) esos valores se han sentido superados por los de signo contrario, ideológicamente más progresistas y transversales. A nadie se le oculta que nos encontramos en una guerra cultural en la que los valores regresivos han reaccionado y tienden a imponerse sobre los valores progresistas que hasta ahora parece han imperado: el respeto a la mezcla, a lo homo, a la izquierda, la mujer, la madre, al migrante, etc... .

A nadie se le oculta que nos encontramos en una guerra cultural en la que los valores regresivos han reaccionado y tienden a imponerse sobre los valores progresistas que hasta ahora parece han imperado

Cierto que, como en todas las dicotomías, si se nos da a elegir una de ellas es en detrimento de la otra, lo que es notoriamente injusto. Un ejemplo: tanta exaltación, lógica por otra parte, de la mujer y de la madre, de lo homo y lo trans, en el lado progresista es evidente que ha provocado un rechazo en aquellas personas que, respetando las nuevas tendencias, pueden sentirse atacadas por las posturas radicales que muchas veces esgrimen sus representantes en lo tocante a raza, religión, sexo, género y nacionalidad, que suelen ser los aspectos más sensibles de cada uno y por ello más atacables y/o defendibles.

Es por eso que habría que tener cuidado en el ensalzamiento excesivo de la mujer respecto al hombre, de la madre respecto al padre, de lo homo respecto a lo hetero, de lo extraño respecto a lo propio, de la minoría respecto a la mayoría, porque se pueden herir sensibilidades y hasta poder justificar en determinados momentos fugas ideológicas que mermen el caudal del voto progresista. Y es que creo que se puede ser en muchas cosas progresista y en otras conservador, de igual manera que se puede ser conservador de izquierdas y progresista de derechas, y así un montón de interferencias que parecen opuestas pero que no lo son.

Lo importante es, creo, intentar que nadie se sienta marginado e infravalorado por ser hombre, padre, hetero, más bien bajo, blanco, ateo, socialista, español, defensor del emigrante, pro-palestino... y encima del Barça, y en todo eso respetuoso con su opuesto respectivo, menos con los xenófobos y judíos genocidas. Y es que nadie está compuesto de una sola pieza, todos somos, a partir de una semilla-padre que fructifica en un seno-madre, una obra maestra del efecto "collage".

__________________

Javier Herrera-Navarro es socio de infoLibre.

Más sobre este tema
stats