Incendios forestales: siempre nos queda Sánchez
No dejar que la realidad te aparte lo más mínimo de tus ideas, de eso se trata. Aún mejor, no dejemos que la realidad aparte a nuestros votantes de su voto a nosotros. Eso es lo importante.
Nos ha costado mucho generar un ambiente de creencias, que no opiniones, donde de una manera u otra siempre salga el apellido Sánchez asociado a todo lo negativo, perverso, traicionero. Y lo estamos consiguiendo: cuando uno de nuestros seguidores escucha la palabra Sánchez, cual perrito de Paulov, segrega saliva, no una saliva líquida y transparente. No. Una mate, espesa, propia de aquellos a los que les huele la boca a mierda ajena, tomo prestada la expresión del renegado Torrente Ballester, no confundir con el Torrente bueno, rechace imitaciones. Y saben lo mejor, que nos está valiendo para justificar cualquier cosa, una inundación o un accidente del Yak, ¡yuuupi! Hasta hemos conseguido que coreen Pedro Sánchez hijo de p*** en las verbenas. Lo dicho, lo estamos consiguiendo.
Aunque el año pasado –y el otro, y el otro– dijimos que los incendios se apagan en invierno. Hablar es gratis. Luego da una pereza, aunque Europa te dé fondos para gestionar los montes hay que hacer una convocatoria pública para las empresas que quieran participar, presentar un plan, adjudicar los fondos, justificar los gastos… cansadísimo. ¡Hombre!, pero si todo el mundo sabe que es tirar el dinero, algo innecesario. Y si, por lo que sea, se queman esos montes basta con invocar el conjuro, ¿Dónde estaba Sánchez este invierno? ¿Jugando con el Falcon? Ya, bueno, es competencia autonómica, pero como decía uno de nuestros periodistas en nómina, una parte, aunque pequeña, corresponde al Estado Central. Pequeña, grande, ¡qué más da! Ya se sabe quién es el culpable.
Este año se ha liado una buena, qué llamas, no hay quien pueda con el fuego. ¡A mí la legión! ¿Dónde está el ejército? El maldito Sánchez, no nos manda a la milicia, como va de pacifista y nos tiene embrujada a la ministra Robles… sin los uniformados no hay quien lo pare. Aunque bien lo sabía su Excelencia, no hay mal que por bien no venga. Ya lo dijo alguna vez el admirado Montoro, dejad que se caiga, que ya lo arreglaremos nosotros, aunque no sé si se refería al fuego o a otra cosa. Pero las frases históricas nunca pasan de moda.
Y no se le ocurre otra cosa al perro Sánchez que convocar un Pacto Nacional contra los incendios. Qué bien, le contestó nuestra Ester Muñoz. Un pacto no apaga los fuegos. ¡Toma ya! ¡Chúpate esa, felón! Estos blanditos de la izquierda siempre con la política. Cómo les gusta politizar las cosas. Pues que nos manden cuarenta aviones y… ochenta, o mejor cien helicópteros. Que no hay, pues que los compren o los roben, lo de robar a los comunistas siempre se les dio muy bien. Seamos realistas, pidamos lo imposible, que nosotros también estuvimos en el mayo del 68, aunque luego se nos pasó. Quién no ha sido joven (suspiro).
Hasta se atreven a decir que las motobombas no funcionan bien y que faltan camiones. O que los jefes les tienen parados y sin llamarlos aunque el fuego vaya avanzando. ¿No les van a pagar igual? Pues eso, que calladitos están más guapos
Anda, que esa ministra de apellido raro, debe ser extranjero, siempre a vueltas con el cambio climático, qué pesada. Esto es cosa del terrorismo incendiario, algo así como una Spectra de quemamontes y, como dice el jefe, esto se acaba con poner a esa gentuza un brazalete telemático y arreglado. En vez de acosar a los hombres de verdad con denuncias falsas feminazis, brazalete al pirómano y ¡a otra cosa! Luego nos vendrán con que menos de un uno por ciento de los incendios son cosas de pirómanos. Datos. Cosas del Tezanos y su chiringuito estadístico.
Y cuando se acabe el verano, a despedir a esos bomberos de las feiknius, unos flojos a vueltas con que si tenemos el equipo caducado o que solo nos dan un bocadillo de chóped, ¿no han estado nunca de picnic?, pandilla de chivatos, hasta se atreven a decir que las motobombas no funcionan bien y que faltan camiones. O que los jefes les tienen parados y sin llamarlos aunque el fuego vaya avanzando. ¿No les van a pagar igual? Pues eso, que calladitos están más guapos.
No sé qué me está pasando, parece que escribe otro, como si se me hubiera metido esta mañana el espíritu Martínez, por el facha. ¡Qué sofoco! Esto va ser lo que contaba Manolo Vázquez Montalbán cuando estaba escribiendo la Autobiografía de Francisco Franco, que sentía que le estaba entrando complejo de bigotillo y cuando se miraba al espejo le salía un inconsciente “¡Españoooles!”. Maldito verano. Espero que pase pronto.
Y siempre contra ……………………………. en Gaza.
(Rellenar la línea de puntos con: el Genocidio, los Crímenes contra la Humanidad, el Holocausto, el Brutal asedio medieval, la Tortura por hambre y sed,… cualquiera le vale a este su seguro servidor. Incluso el flojo, la desmesurada venganza por lo ocurrido el 7 de octubre… Usted mismo)
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Juan Molina es socio de infoLibre.