La monarquía se olvidó de Segovia
Estoy cabreadísimo, muy enfadado. La cumbre de la OTAN será una fuente inagotable de análisis en los próximos meses y no es este mi objetivo ahora. Indicar solo que la mención y el tratamiento que ha hecho en sus conclusiones sobre China como “desafío sistémico” manifiesta el sometimiento de Europa a EEUU y su falta de autonomía.
Mi propósito es manifestar que en esa cumbre de género de la OTAN que han realizado en paralelo muchas esposas de jefes de Estado y de primeros ministros europeos, y que el feminismo ha criticado como inoportuna y de antigualla, las ladies han visitado el Palacio Real de la Granja, sus jardines y fuentes, así como la fábrica de cristales. Como es conocido, es el ejemplo primero del reinado de los Borbones en España que comenzó con Felipe V. Que la actual monarquía borbónica haya querido echar una mirada al comienzo de su reinado en España que, con las interrupciones que conocemos, llevan tres siglos en la cúspide del Estado, es lógico y hasta entendible. A todos nos gusta rememorar nuestra herencia, aunque tratándose de un país esa herencia haya quedado como patrimonio común.
Pero Hispania tiene muchos más siglos de historia. Me refiero a la Hispania romana. Y también románica y gótica. A once kilómetros de la Granja se encuentra Segovia. Es imperdonable que, o bien por responsabilidad de los monarcas, por el Gobierno, e incluso por los mandatarios autonómicos y locales segovianos no se hiciera (si no se previó) una visita a Segovia. Más universal todavía que la foto ante las Meninas y no digamos ante el Guernica de Picasso, cuadro contra las guerras, hubiera sido una foto de esas ladies ante el glorioso y monumental acueducto romano. Y haber podido observar la iglesia románica de San Martín y la dama de la catedrales góticas. Todo no hubiera supuesto más allá de media hora en ese recorrido, pero la marca España y su historia milenaria hubiera alcanzado una visión más amplia que la que pueda verse desde la cima del Teide. Por tanto, a ese balance tan positivo que se ha hecho de la organización de la cumbre de la OTAN (otra vez dejo al margen el balance político ) le ha faltado la guinda al pastel. Esto es lo que ha cabreado a un segoviano, pero no solo por ser segoviano, sin que pueda ponerse remedio a ello y sea un enfado inútil.
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Felipe Domingo es socio de infoLibre