Librepensadores

Narciso y el desamor

Pablo Quirós Cendrero

Partiendo de esa relación entre Podemos y la transversalidad rechazada, como si de la leyenda de Narciso y Eco se tratara, la situación se presenta estancada en el capítulo en el que Némesis condena a Narciso a enamorarse de su propia imagen reflejada en el agua. Si bien parece que el destino no quisiera repetir la historia de la misma forma, al menos no de una manera tan rápida. Eco ha surgido de nuevo en la mente de Narciso y promete un remake con final distinto, incluso alguna temporada más si el que ya parece sin duda el final de esta, el próximo 26 de mayo (día de las elecciones), termina con un share decente para los productores.

Un 26 de mayo también hace ya algún tiempo, se firmó entre Nixon y Brezhnev el tratado que limitaba los misiles nucleares entre “ambas potencias beligerantes”. Y quien sabe si la vuelta de Eco al pensamiento de Narciso, algo que sus allegados ven con buenos ojos, más allá de la miopía de los dogmáticos, consigue apartar a Narciso de la orilla de la fuente y hacer que reordene su vida y busque el equilibrio de cara al futuro. De lo contrario, se hablará de este Narciso como flor de un día, emulando a aquel que de alguna forma fue una flor para siempre tras suicidarse, al no poder conseguir el objeto de su deseo.

Convertida la historia ya en culebrón, los principales actores del reparto pelean a muerte por ser el protagonista del mismo y tener un guión que les satisfaga. Nadie desea ser el coprotagonista, papel que está maldito ya que siempre acaba desapareciendo de la serie. Los artistas invitados han ido posicionándose a un lado y a otro del escenario, por lo que si se ponen de acuerdo alguna vez, podrían tener éxito al estilo de Dinastía o Falcon Crest, con sus personajes buenos, los malos, los provocadores y esos adláteres diversos que siempre se dan en las grandes series. Sucede igual en todas las formaciones políticas y así pueden llegar a sobrevivir a la crisis actual, que no es poca cosa. Parece el precio a pagar después de todo lo que ha pasado, por los que no querían ser un partido político más y a los que la vida real les ha dejado en claro “fuera de juego”.

Sin que sirva de precedente, vamos a hacer un spoiler de la posible temporada siguiente, si es que llega a grabarse y/o emitirse en el futuro panorama político español. Tras el desencuentro romántico de Podemos y PSOE a principios de 2016, el destino ha hecho que vuelvan a acercarse dos años después. Si bien todavía es una relación de altibajos y en la que existen algunos encuentros amorosos, no acaba de confirmarse de forma oficial como algo serio.

En una sociedad dividida entre lo recatado y lo informal, los poderes de la comunidad le tienen preparada al PSOE otra pareja, un tal Albert (por mucho que Albert lo niegue), para una nueva relación seria y de futuro, en la que “algunos” tienen puesta la ilusión de un matrimonio “decente” o de conveniencia, en el que puedan ser felices y comer perdices otros además de la pareja de tortolitos. Podemos debe darse cuenta de que fue un desastre dejar tirado al PSOE en el altar y que, a partir de ahí, todo le ha salido mal.

En definitiva si no es así, el guión sólo deja a Narciso escoger si quiere ser pareja de hecho de Eco, con Némesis siempre atenta a los icumplimientos conyugales; o si vuelve a contemplarse ensimismado a la fuente y languidece poco a poco. Otra circunstancia diferente sería un capricho de los guionistas del destino, aunque en los tiempos que corren, cualquier sorpresa se puede dar. Es lo que tienen los culebrones, se retuercen una y otra vez en busca de un final feliz o trágico. ____________

Pablo Quirós Cendrero es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats