¿Nostalgia del general Primo de Rivera?
Dada la traumática y esperpéntica historia militar de este país, no pueden tomarse a broma sus pronunciamientos públicos. Era raro que no se hubieran pronunciado, por eso el mensaje de los militares retirados, que hace un tiempo hablaron de liquidar a los 26 millones de españoles que no eran de su cuerda, llamando ahora a derrocar a Pedro Sánchez, hay que situarlo en sus justos términos de alarma y dentro de un contexto de alteración de las reglas que hasta ahora han gobernado nuestra convivencia y por supuesto viéndolo dentro de un contexto de presión exterior que tampoco puede obviarse.
Dentro de la sociedad estamental, es decir corporativa, que aún profesan junto a la magistratura y el clero, donde siguen manteniendo un acentuado sentimiento de casta superior, son residuos de corte decimonónico acostumbrados a dirimir cualquier discrepancia con el uso de las armas, y por lo tanto a dotar de "la razón" al que venciera en el uso de la fuerza. De ahí esa tradición de pronunciamientos y golpes durante nuestro XIX que acabaron con el de 1936 y tuvieron en el de 1981 una réplica afortunadamente fugaz (si entonces la espoleta fue vasca, hoy puede ser catalana).
Si a la justicia ha sido imposible adaptarla al régimen democrático, al ejército aún menos; lo que sucede es que, al estar sometidos a una cadena de mando donde la obediencia es sagrada, han acatado y acatan las reglas del juego sin estridencias, pero en su fuero interno la inmensa mayoría de sus componentes son conservadores como mínimo, tirando hacia las actitudes intransigentes y ultras; siempre se han considerado garantes del buen sentido, de la moderación, de las buenas costumbres y por supuesto de la decencia, de la verdad, de la coherencia, etc., es decir de todas aquellas virtudes propias de la milicia que creen ser las mejores para la convivencia según es entendida por ellos, y es que el uso legal de la fuerza les concede un contrato "premium" de ciudadanía mediante el cual se creen con derecho a intervenir cuando y como lo consideren conveniente.
El golpe de Estado está diseñado en toda regla, pero sólo le falta el general de turno ¿el de Cataluña quizás? para tener un remedo del golpe del general Primo de Rivera del que se cumplen ahora cien años
Aunque esto que digo puede hacerse extensivo igualmente a policía y guardia civil, sin embargo hay una sustancial diferencia: los militares no pueden sindicarse y tienen prohibido ser partidistas, es decir tienen prohibido significarse en función de su cargo por un partido u otro, pero pueden no ser apolíticos, eso es natural, lo que no pueden es expresar sus opciones políticas públicamente. Y como no suelen tener las ideas muy claras, no me extraña que algunos de ellos confundan los términos: y trasladen sus ideas políticas a favorecer las tesis de un partido político, en este caso Vox, que los ha envenenado y los tiene contaminados., aunque realmente no ha tenido que esforzarse mucho pues el caldo de cultivo ya estaba hecho.
Si en el 23-F los pronunciamientos civiles fueron mínimos, ahora estamos en una apuesta de máximos encabezada por el expresidente Aznar, hay un partido político, Vox, que capitaliza el frente violento, y hay un frente moderado que es el PP. Si a ello añadimos el clero y la justicia, el clamor de los medios "independientes", al empresariado, veremos que el cóctel está perfectamente servido; el golpe de Estado está diseñado en toda regla, pero sólo le falta el general de turno ¿el de Cataluña quizás? para tener un remedo del golpe del general Primo de Rivera del que se cumplen ahora cien años.
Dicho general, para defender la monarquía —Alfonso XIII le apoyó y no respetó el orden constitucional—, se quitó de un plumazo a quienes no acataran el pensamiento y las normas del "nacionalismo español" impuesto por el ejército y durante 8 años aplicó una dictadura férrea que desembocó por su propia degeneración en la II República. Y dado que este país no escarmienta, me pregunto si, dados los antecedentes, no es posible que la derecha quiera llevarnos ahora también a la III República. Pero no: lo que quiere es que ellos, PP y Vox, sean los únicos partidos legales, junto a un PSOE domesticado para guardar las formas.
En esas están los susodichos que protestan a diario en Ferraz y que siguen sin aceptar las normas de nuestro orden constitucional, por eso tengo la impresión de que aún no se han enterado de que estamos en Europa y que tales pronunciamientos sólo obtienen de las autoridades comunitarias una paciente sonrisa mientras por los adentros mascullan: "¡Ay, con estos españoles, no tienen remedio, siempre con sus batallitas…!"
Postdata.- Esa es la razón por la que, siguiendo el mecanismo perverso del "efecto espejo" lacaniano, acusan al PSOE y a Sumar de lo mismo que ellos están llevando a cabo. ¡Es el colmo! Por eso la siguiente cita electoral en Europa se me antoja fundamental.
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Javier Herrera es socio de infoLibre.