Paisaje antes de la batalla: Andalucía

Marcelo Noboa Fiallo

Hace unos meses, en uno de mis paseos habituales por uno de los barrios populares de Málaga, me encontré con dos señoras que iban delante de mí y mantenían una conversación que, por la distancia, me fue inevitable escuchar. Una de ellas, explicaba a la otra (con supuestos datos en la mano) como los inmigrantes eran los culpables de todo porque tenían preferencia en la recepción de ayudas sociales (viviendas incluidas) por encima de los españoles.

De vez en cuando soy incapaz de morderme la lengua y de no meterme en “batallas” que no me competen (por educación). Esta vez fue una de ellas y tercié en la conversación (sería más exacto decir en la “comedura de tarro”) y procedí a desmontar todas las mentiras y falacias de la “comedora de tarros”. Omito el desenlace y pueden imaginar como terminó aquello.

Nicolás Sartorius, en un artículo impecable (“Cuanto mejor, peor, o los daños  colaterales”) procedió, hace unos días, a presentarnos la radiografía de la situación política de España, para concluir (con datos en la mano) que, a pesar de que el actual gobierno de coalición haya sido capaz de aprobar 47 leyes y decretos leyes progresistas que devolvían derechos a los trabajadores y mejoraba la empleabilidad como ningún otro gobierno lo había hecho en más de 40 años de democracia en medio de una pandemia, crisis económica y guerra en Europa; a pesar de ello, las encuestas favorecen a PP/Vox. 

Este es el marco en el cual se van a celebrar el día 19 de junio las elecciones andaluzas, trascendentales no sólo para el futuro de Andalucía sino para toda España.

1. Todas las encuestas dan un triunfo sin precedentes al PP, doblando resultados en relación con las últimas elecciones del 2018 (a pesar de que el hedor a corrupción de los gobiernos anteriores prosiga en los tribunales); y una subida de la extrema derecha de 6 puntos. La primera enseñanza, inevitable no extraerla, es que el mensaje y el discurso, “!Qué viene el lobo!” ya no funciona o lo que es lo mismo, los andaluces han perdido el miedo a votar a la derecha.

2. El blanqueamiento que se ha hecho de la extrema derecha es responsabilidad de todos, especialmente de una gran parte los medios de comunicación que lejos de “desnudar al lobo” han contribuido a comprar el “traje de la abuelita” normalizando el discurso xenófobo, antifeminista, antiabortista y anti memoria histórica (para edulcorar la dictadura franquista, conscientes de que los jóvenes de hoy ya ni siquiera saben quien fue franco). Mientras tanto, Vox, haciendo caja, aplicando el principio, “lo importante es que hablen de uno, aunque sea mal”

3. Ello ha permitido al PP, por su parte, liberarse de sus ataduras, de seguir ocultando vergonzosamente sus orígenes y su verdadera ideología, iniciada por su gran referente, José María Aznar con aquello de que hablaba catalán en la intimidad o de que ETA era un Movimiento de Liberación Nacional, hasta que consiguió el apoyo de estos para su primera investidura. A partir de entonces y ya con el poder absoluto, sólo le preocupaba que el “huevo de la serpiente” se mantuviera quieto dentro de sus filas. Vox salió de sus filas para, entre otras cosas, recuperar las esencias de la derecha franquista que nunca se fueron. 

4. Por ello, se equivocan aquellos que, siguiendo el discurso de Moreno Bonilla, creen firmemente que no pactará con Vox si necesita sus votos para la investidura. ¿recuerdan la campaña electoral de Alfonso Fernández Mañueco antes de las elecciones en Castilla y León? Exactamente la misma que Moreno Bonilla, “Necesitamos una mayoría suficiente para gobernar en solitario y no depender de nadie”.

No me cabe la menor duda de que el PP pactará con Vox y de que la fascista Macarena Olona, será la vicepresidenta. Vox ha estado condicionando toda la política de Moreno Bonilla sin necesidad de estar dentro del gobierno y el discurso de Ayuso en Madrid en nada se diferencia de Abascal/Olona. Son intercambiables y vociferados sin complejos.

5. El PSOE, por su parte, se ha pasado toda la legislatura andaluza, lamiéndose las heridas internas del cisma que supuso la marcha de Susana Díaz y repitiendo cansinamente el apocalipsis de la llegada al gobierno de PP/Vox, mientras la sanidad pública andaluza en caída libre, la educación privada haciendo caja, mientras la pública se desangra por falta de inversiones. Nada de esto ha sido capaz de colocar el Psoe en el debate público y pretenden hacerlo ahora, a dos semanas de las elecciones. PP/Vox están en campaña desde hace tres años en Andalucía. La izquierda lamiéndose las heridas o confrontando entre sí.  

La estocada final ha sido la elección del candidato socialista a ocupar el Palacio de San Telmo, Juan Espadas, personaje anodino y poco conocido. Toda la responsabilidad recae esta vez en Pedro Sánchez, tenía para elegir dentro de su propio gabinete candidatos más potentes y mejor conocidos.

6. Lo que se llama “a la izquierda del PSOE” el panorama no puede ser más desalentador. El espectáculo para formalizar las candidaturas ha sido de todo menos edificante. Vergüenza ajena es lo único que uno siente al contemplar el espectáculo de desunión, descalificaciones, zancadillas, ninguneos, lucha a muerte por el sillón, de aquellos que vinieron con la aureola de dignificar la política española y andaluza. Es la autodestrucción de la izquierda andaluza y ya veremos lo que ocurre en el resto de España.

7. Nadie en la izquierda escucha lo que pasa en los supermercados. La gente jura en arameo cuando ve los precios de la cesta de la compra. Nadie escucha en las gasolineras a quienes tienen como herramienta de trabajo su coche y que cada vez que tienen que llenar el depósito se acuerdan de “los políticos” y de la “madre que los parió”. Nadie escucha, no, Vox sí lo hace. ¿De que ha servido la ayuda del gobierno de 20 céntimos/litro cuando las gasolineras han seguido incrementando el precio? La inflación se ha llevado por delante a muchos gobiernos en otros países. La inflación es el impuesto a los pobres. Ya no hay nada que hacer en Andalucía en estos días. La inflación le dará a Moreno Bonilla la mayoría que necesita. Veremos lo que hace el Gobierno de coalición desde la Moncloa con esa “patata caliente”. Le queda un año, pero antes vendrán las elecciones locales y autonómicas. Un vía crucis para el primer gobierno de coalición progresista de España.

Mientras tanto, la señora que le “comía el tarro” a su amiga en Málaga, sigue colocando el producto que se extiende como la peste, tan rápido como en las redes sociales. Y todavía habrá quien seguirá gritando ¡Qué viene el lobo! Pero la gente ya no se acojona, sino que se ríe.

PD: Habrán observado que no le he dedicado ni una línea a Ciudadanos (Cs) ¿Para qué?

Marcelo Noboa Fiallo es socio de infoLibre

       

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