Librepensadores

Retazos

Mario Diego Rodríguez

Los hechos son necios y, digamos lo que digamos, éstos nos ubican en la realidad, aunque no queramos verla y sigamos con nuestra cantinela. Después de dos años de legislatura, ahora que el Gobierno presenta en la Cámara baja sus presupuestos, las incertitudes crecen a paso de gigante.

El acuerdo PSOE – UP sobre la vivienda

Entre 2008 y 2016, en España se desahució decenas de miles de familias; en 2020, con Pedro Sánchez en la Moncloa ya se produjeron más de 25.000. En 2021, según los datos sobre las ejecuciones hipotecarias publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) han alcanzado la cifra de 3.243, la más alta de los últimos cuatro años. El INE no nos dice cuántas personas han sido afectadas por esas ejecuciones hipotecarias; quizás el INE considera que dichas personas son daños colaterales, con lo cual, irrelevantes. El anuncio a bombo y platillo sobre el acuerdo alcanzado por el PSOE – UP a propósito de la vivienda es, como otros muchos anuncios, un espejismo.

La única medida que podríamos hacer nuestra, la limitación del precio de los alquileres, está condicionada por tal galimatías de límites y de “síes, pero no” que ya la podemos dar por muerta. En primer lugar, esta no será aplicable antes del verano de 2024 y, en segundo lugar, solo se aplicará a viviendas cuyos propietarios sean entidades jurídicas que dispongan de más de diez viviendas alquiladas, lo que representa un grano de arena en el desierto: 4,3 % de los tres millones y medio de viviendas en ese caso.

El salario mínimo

Naturalmente, la patronal no está contenta y denuncia la unilateralidad del acuerdo ya que ella no ha querido firmarlo porque abogaba por la congelación salarial. Este acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT, presentado por ambos, como no, como un “gran logro” puesto que su intención es de no dejar a nadie por el camino, en realidad no es una subida mínima, sino minúscula, y además detrás de la que se esconde una bajada real de poder adquisitivo.

En el mejor de los casos antes de su aplicación, el salario mínimo pierde 16 euros de poder adquisitivo. Y no hablo del escándalo que constituye la subida de la luz; únicamente con esta, la subida del salario mínimo ya yace en un pozo sin fondo. Pero con solo basarse en el índice IPC que prevé un 3,3 % de inflación, nos basta para poder afirmar que el conjunto de asalariados que reciban en su nómina dicho incremento salarial del que tanto presumen los firmantes del acuerdo, verán disminuir su poder adquisitivo.

Mientras, la patronal puede dormir tranquila y en particular las empresas del IBEX 35. Estas ya han podido ingresar en sus arcas una parte, cuando no la totalidad, de los nueve mil millones de euros procedentes de los Fondos Europeos.

Alberto Rodríguez

Por si había alguna duda con respecto al lugar que ocupa UP en el Gobierno de coalición, el caso del diputado canario Alberto Rodríguez lo deja bien claro. En este caso, los pormenores del tira y afloja que han llevado a la presidenta del Congreso a retirar el escaño al diputado canario no tienen importancia, lo importante es el propio hecho. El PSOE ha demostrado al servicio de quien, y a quienes obedecen; aunque en esta ocasión el Tribunal Supremo no ha ordenado nada, solo ha emitido una recomendación dejando la decisión a tomar en manos de Batet. Recomendación, como no podía ser de otra manera, que consistía en retirar el escaño al diputado canario.

Efectivamente, ha bastado de un intercambio entre Marchena y Batet para que esta última decida no tener cuenta lo votado en la Mesa del Congreso —que era mantener el escaño del diputado basándose en el informe establecido por el equipo jurídico de la Cámara baja— y retire el escaño a Alberto Rodríguez. Ya no es únicamente Yolanda Díaz quien saca el extintor, ahora también habló el oráculo vía Pablo Iglesias, quien, después de haber pedido “calma y sonrisas” nos dice que la “batalla” de la reforma laboral está “ganada”

La reforma laboral

Por cierto, a este propósito, no sé si la “batalla” será perdida y en qué acabará la derogación de la reforma laboral del PP, pero lo que sí ya sabemos, es que tanto el PSOE como UP coinciden en que el Gobierno de coalición seguirá en pie. ¿Sea cual sea el resultado de la derogación?

Si a esto añadimos lo que propone Pablo Casado, "quitar las barreras sindicales, laborales y fiscales para que las empresas crezcan”, lo menos que podamos decir, es que se avecinan negruzcos nubarrones en un futuro no muy lejano. Si queremos alejar esos nubarrones, tenemos que dejar de lado la única perspectiva que nos ofrece la izquierda institucional, el “más vale lo malo que lo aún peor” y tomar cartas en el asunto.

Mario Diego Rodríguez es socio de infoLibre

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