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El siguiente paso de Putin

Vicente Montejano Conejero

A la vista está que la guerra desatada en Ucrania tiene nuevos aguijones mortíferos y en los que se contemplan futuros bombardeos rusos sobre la tercera mayor ciudad de Ucrania, que cuenta con el puerto comercial marítimo más grande y, por tanto, único bastión que le queda al presidente ruso Putin por derruir y de ese modo impedir que Ucrania disponga de una salida hacia el mar Negro.

Debajo de esta ciudad existe una gran red de pasajes subterráneos con una longitud de túneles de unos 2.500 kilómetros, lo suficiente como para si llegan los bombardeos indiscriminados la población cercana a un millón de personas pueda refugiarse en ellos. 

Putin, en su atroz y continua escalada bélica, no permite adoptar una reflexión lógica que evite esta masacre que desde su poder omnímodo adormece los sentidos de los pobres ciudadanos rusos, quienes no saben o pueden elucidar cómo será su destino o decisiones por tomar en caso de que el magnate y oligarca ruso prosiga en su espiral locura de destrozar todo aquello que su mente enferma decida.  

Sin duda, su convicción superior mesiánica requiere que sus más cercanos e importantes aliados: Alexander Lukashenko (Bielorrusia), Kim Jong-un (Corea del Norte), Bashar al-Assad (Siria) y Xi Jimping (China) le hagan desistir de este letal desafío que en absoluto beneficia a las relaciones de China con Occidente.

Recordemos la invasión del Ejercito ruso en la batalla de Grozni hace 27 años y la posterior conquista de la capital chechena. El combate duró cinco meses, diciembre 1994 a marzo 1995 pero en aquella ocupación militar de la ciudad por las tropas rusas obtuvo el apoyo de gran parte de la nación chechena en torno al gobierno separatista de Dzhojar  Dudáyev, causándose unos 25.000 civiles muertos y en bajas muy altas para el ejército ruso y una crisis importante de la moral de sus fuerzas.

Aquella batalla causó enorme destrucción y las muertes entre la población civil se vio acompañada de la campaña de bombardeos pesados más grande en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas separatistas chechenas reconquistaron la ciudad en agosto de 1996 poniendo fin a la guerra.

Putin, al igual que el exministro ruso de Defensa, general Pável Grachov, en Grozni, pensaba que en su campaña expansiva podría tomar Kiev en pocas horas o días, pero no es así, y cada vez cuenta con menos apoyos. El presidente chino XI Jinping ya ha advertido de que no le gusta nada esa política expansiva y que cualquier decisión que se tome en los próximos días puede ser determinante bien para una detención de la guerra, o mal si las consecuencias pueden acarrear un empeoramiento de índole nuclear. Las guerras son innecesarias y sólo las nobles inteligencias logran sin armas la igualdad en La Paz y en la Justicia.

 

Vicente Montejano Conejero es socio de infoLibre

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