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La Universidad Politécnica de Madrid e Iberdrola unidos por la transición energética

En un mundo donde los desafíos energéticos exigen respuestas audaces y sostenibles, Iberdrola y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han demostrado que la innovación también se aprende —y se practica— desde las aulas empleando el modelo de Aprendizaje Basado en Retos. En el marco de la Alianza EELISA, entre universidades europeas, ambas instituciones han puesto en marcha una colaboración pionera que lleva la formación en ingeniería más allá del papel y el laboratorio: la convierte en una experiencia transformadora con impacto tangible.
Este programa educativo, reto EELISA, integrado ya en más de 60 asignaturas de la UPM, invita al alumnado a enfrentarse a problemas reales con herramientas tecnológicas, criterios de sostenibilidad y conciencia social. ¿El objetivo? Convertir la transición energética en un campo de aprendizaje vivo, donde los estudiantes no solo imaginan el futuro, sino que lo diseñan con sus propias manos.
La iniciativa, coordinada por la Dirección de Cambio Climático y Alianzas del área de Innovación de Iberdrola, pone a disposición de los equipos participantes asesoramiento experto, acceso a instalaciones especializadas y una red de apoyo que permite a los jóvenes innovadores recorrer el ciclo completo de un proyecto: desde la conceptualización hasta su posible aplicación.
La transición energética es una oportunidad clave para crear empleo verde entre los jóvenes, revitalizar comunidades locales y posicionar a España como líder en energías renovables, aprovechando su potencial natural y tecnológico. Esto representa oportunidades únicas para los jóvenes en términos de empleo verde en sectores económicos fundamentales como son las energías renovables, las redes de distribución, la movilidad eléctrica o el almacenamiento.
Uno de los casos más inspiradores surgidos de esta segunda edición del proyecto Energy2win ha sido el diseño de sistemas de energía renovable autónoma para campamentos de refugiados, una propuesta que no solo genera energía limpia, sino que responde a una necesidad urgente con soluciones viables y replicables.
Pero la experiencia va mucho más allá del aula. Durante el reto, los estudiantes han visitado instalaciones reales de la eléctrica para comprender desde dentro el funcionamiento de una de las compañías líderes en energías renovables. Con ese conocimiento, han desarrollado propuestas en territorios concretos, combinando energía asequible y no contaminante con criterios de aceptación social y viabilidad económica.
Premios para los mejores
Las ideas no se quedan en un cajón. El pasado 2 de julio, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación acogió el acto de clausura del reto EELISA, donde los proyectos finalistas compitieron por tres premios. Los equipos defendieron sus propuestas mediante vídeos, en un evento que contó con la participación de Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático de Iberdrola, quien compartió su visión sobre el papel clave de la educación en la transformación energética global.
Este modelo de formación basada en retos, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, no solo capacita técnicamente a los futuros ingenieros, sino que les impulsa a pensar en grande y actuar en consecuencia. Producción y consumo responsables, acción por el clima, ciudades sostenibles, agua limpia… son algunos de los retos que han abordado con creatividad y rigor.
Con el reto EELISA, Iberdrola y la Universidad Politécnica de Madrid no solo forman a profesionales del mañana: están tejiendo una nueva forma de hacer ingeniería, en la que el talento joven y la innovación se convierten en motores de cambio frente a los desafíos climáticos del presente. Porque el futuro de la energía también se construye desde las aulas.