Perejil, el conflicto 'berlanguiano' que pudo irse de madre: "Estuvo cerca el enfrentamiento militar"
Todos nos acordamos perfectamente de dónde estábamos el 11 de julio de 2002, cuando nos enteramos de la invasión de Marruecos sobre el (desconocido pero español) islote Perejil. Y aún hoy, 23 años después, este episodio levanta cejas y provoca sonrisas socarronas en una sociedad que, en pleno verano, nunca se tomó del todo en serio el incidente, quizás porque medio país estaba cerrado por vacaciones y la otra media sacó a relucir el espíritu berlanguiano que cualquier español lleva más o menos dentro (y que, sin duda, afloró en aquellos calurosos días de estupefacción generalizada).
"Hay momentos de la historia que pasan como anécdotas o no les damos la importancia que tienen cuando suceden, pero luego, cuando los vuelves a revisitar, te das cuenta de que la magnitud de lo sucedido fue mucho más grande", plantea a infoLibre Tian Riba, director de Perejil. La guerra que no fue, la recién estrenada serie documental original de Movistar Plus+ en colaboración con El Terrat (The Mediapro Studio).
"En el caso de Perejil, claro, el tamaño de la isla no ayuda. El nombre de la isla no ayuda. Las cabras que había en la isla no ayudan. La frase de Trillo de 'al alba y con un viento fuerte de levante' no ayuda", concede Riba, reconociendo a su vez que lo ha quedado en el imaginario colectivo es también cierta sobreactuación del entonces presidente, José María Aznar, al mandar al ejército a "desalojar a seis gendarmes que había por ahí". Pero, en realidad, esta inesperada confrontación en un islote del que nadie sabía nada hasta entonces, pudo haber sido mucho más.
Por eso, el objetivo de esta serie documental es "rascar para ver lo que hubo detrás de lo que la mayoría de la gente ve como una anécdota". Para conseguirlo, la serie, de tres episodios, reconstruye en clave de thriller político la crisis diplomática entre España y Marruecos tras la toma del islote de Perejil el 11 de julio de 2002, y analiza los diez días de máxima tensión entre ambos países, incluyendo la operación militar secreta española y las complejas negociaciones diplomáticas que implicaron a la Unión Europea, la OTAN, Estados Unidos y Francia.
A través de recreaciones cinematográficas, imágenes de archivo e intervenciones de los protagonistas clave, Perejil ofrece una visión inédita y trepidante de un conflicto con ecos geopolíticos que aún perduran a través de más de cuarenta testimonios, entre los que destacan los del propio Aznar, el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo; la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio; el director del CNI, Jorge Dezcallar; el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Richard Armitage, así como altos cargos de la diplomacia española, francesa y marroquí, junto a expertos y militares de los tres países.
A un paso de una guerra
Y es que, en esencia, el contencioso de Perejil es lo más cerca que han estado España y Marruecos de una guerra desde la Marcha Verde de 1975. "Como dice algún militar en el documental, si alguien hubiese reaccionado mal, si alguien hubiese disparado, ahí hubiera podido haber alguna baja y eso le habría dado otro alcance al conflicto", destaca el realizador, quien recuerda a su vez que España tenía previstos varios escenarios ante lo que pudiera suceder.
"El ejército, que lo tiene todo perfectamente detallado siempre, aparte de que ya tiene planes de contingencia con Marruecos, tenía diferentes escenarios por si había una escalada, por si Marruecos respondía, porque no sabían cómo iban a responder", apunta. "Estuvieron cerca de un enfrentamiento militar, también porque en una zona tan estrecha, valga la redundancia, como el Estrecho, tú metes no sé cuántas fragatas, cañones, ametralladoras, helicópteros, y con cualquier cosita que pase ahí se lía muy gorda", destaca. "Creo que se ha ridiculizado la intervención militar, pero no fue ridícula. Al mismo tiempo, había suficientes elementos para que también una parte de la sociedad española se lo tomara a cachondeo, obviamente", apostilla.
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Con estos mimbres históricos, la intención del documental es dar las diferentes versiones sobre los motivos por los cuales Marruecos decide primero mandar a doce infantes de Marina a la isla. Según relata Riba, el argumento que dan Aznar y Dezcallar es que era para "tantear la respuesta española" ya que, "si sucedía como con la Marcha Verde y España no hacía nada, lo siguiente que hubiesen reclamado hubiesen sido los peñones, y luego Ceuta y Melilla". "Esta es la versión del Gobierno de Aznar y del CNI, pero luego está la versión marroquí, que es que ellos estaban ahí sencillamente para luchar contra el narcotráfico y contra la inmigración ilegal", añade.
Veintitrés años después, desde el país africano siguen manteniendo lo mismo, por lo que no sabemos "cuál es la verdad absoluta" y quizás no la sepamos nunca. Eso sí, para el director ahora sí que hay "más argumentos de los que hubo en el momento". Un episodio, en definitiva, que ilustra a la perfección la "tensa relación" entre España y Marruecos, que siempre parece estar como "con dientes de sierra". "La conclusión puede ser que el episodio de Perejil en realidad tampoco ha terminado todavía, porque hemos visto lo que ha sucedido con el Sáhara y la importancia que también ha tenido Estados Unidos ahí, con Donald Trump dando apoyo a Marruecos en su soberanía sobre ese territorio a cambio de que reconociese el Estado de Israel", señala Riba.
Lo que está claro es que para el Gobierno de Aznar aquello fue "un éxito" que ellos reivindican como tal. "La gente estará de acuerdo o no, pero es así para ellos y eso explica que hayan accedido a contar lo que sucedió", indica, al tiempo que insiste en que la operación "podía haber salido mal en cualquier momento". "De hecho, hubiese podido cambiar la historia, porque si sale mal, Aznar dimite. Eso hubiese podido pasar también y te da idea de la magnitud y la importancia de lo que pasó en aquellos días", termina.