Sergio C. Fanjul: "Cuando te aburres ves el paso del tiempo directamente, y eso a mucha gente le molesta"
Cuenta Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) que comenzó a sentir pavor al paso del tiempo en la adolescencia, estudiando en el instituto, cuando se supone que nada te preocupa menos que el devenir de los días, pues ante tus ojos se presentan infinitos en duración y en posibilidades. "Empecé con esta preocupación a eso de los catorce años, que es algo muy fuera de lo común. A mis amigos les parecía una chorrada. ¿Quién se preocupa a esa edad por el paso del tiempo?", cuenta a infoLibre. De la preocupación pasó a la obsesión y, tres décadas después de aquellos momentos reveladores, directamente a las librerías.
Porque en ellas puede encontrarse ya Cronofobia (Arpa, 2025), un ensayo generacional que invita a mirar de frente nuestra relación con el tiempo y a comprender que no se trata solo de una experiencia íntima, sino también social y política. Un título que trata, partiendo de los miedos que cada cual pueda tener, temas tan universales como el miedo a ese paso del tiempo, la aceleración, la nostalgia, la edad o la muerte. Grandes preocupaciones que pueden resultar paralizantes en un mundo que gira cada vez a más velocidad.
En esa constante cada vez más rápida rotación, la cronofobia se define como el miedo irracional e intenso al paso del tiempo. A partir de ahí, todos los males de la sociedad contemporánea, que el autor entrelaza en estas páginas mezclando ensayo y experiencia íntima, ciencia y filosofía, para explorar la aceleración de la vida contemporánea, la nostalgia que impregna nuestra cultura, la forma en que recordamos y el tabú de la muerte. Cuestiones nucleares de la existencia con las que convivimos, unos mejor otros peor, a duras penas la mayoría.
"Cuento mi trauma con el paso del tiempo, pero no me quería quedar solo en eso, sino hacerlo más amplio y tratar que la sociedad es cronófoba en el sentido de que tenemos dificultades a la hora de relacionarnos con el tiempo". Así, el abanico de preocupaciones se expande tendiendo a infinito para hablar del "ajetreo y el estrés contemporáneo, cómo parece que estamos cada vez más atareados por culpa del trabajo, de la tecnología, de los cuidados, y también por el miedo al futuro, unido a la enfermedad de la nostalgia".
Lejos de superar su cronofobia, reconoce Fanjul que esta "se vuelve una cosa mucho más transversal al llegar a la mediana edad, pues te das cuenta de que ya has vivido, con suerte, la mitad de tu vida". "Te entra la certeza de que somos finitos. Uno siempre sabe que se va a morir, pero no siempre lo entiende del todo, Y es también una edad en la que tenemos que cuidar de nuestros mayores, de nuestros hijos quien los tenga, dar el mejor desempeño profesional porque ya no eres un novato y aprovechar la vida viviendo experiencias alucinantes y cosas nuevas. La mediana edad es como la clase media, una cosa muy rara que no se entiende muy bien, que es muchas cosas a la vez, y que tiene también algo de patetismo como la propia clase media", reflexiona.
El tiempo es limitado y parece un bien que hay que llenar, como si estar quieto no estuviera bien
Partiendo de que el tiempo no deja de ser una construcción mental y social, la velocidad de este mundo tecnológico es otra de las grandes preocupaciones para los cronófobos. Porque "vivimos en la cultura de aprovechar el tiempo", lo cual nos lleva directamente a sentirnos esclavos faltos de la más mínima libertad para, efectivamente, aprovecharlo: "No tenemos tiempo libre, incluso los fines de semana todo el rato estamos con compromisos, cosas que hacer o cosas que quieres hacer, pero que dices 'me gustaría no querer hacerlas'. El tiempo es limitado y parece un bien que hay que llenar, como si estar quieto no estuviera bien".
La tecnología se convierte así en una especie de trampa, una verdadera dictadura, que "a través del terminal que llevamos en el bolsillo nos conecta constantemente con un montón de estímulos que nos hacen picadillo el cerebro y la atención, y que hacen que no podamos hacer eso tan recomendable de vivir atentos al presente y conectados con la situación actual". "Tenemos que estar siempre pensando en otra cosa o en lo que otra gente nos reclama, cualquiera nos puede escribir en cualquier momento para decirnos cualquier chorrada. Creo que va a llegar el momento en el que la gente module de alguna forma la mensajería, WhatsApp y todo eso, porque realmente es aberrante", plantea.
La libertad y la soberanía sobre nuestro tiempo puede venir bien para lidiar con la cronofobia
La solución no ya para eliminar la fobia, pues eso es imposible, sino par atemperar de alguna manera razonable sus efectos, pasa por una serie de actitudes que, en pleno siglo XXI, tienen su punto contracultural y revolucionario. "Lo curioso del asunto es que todas las tradiciones filosóficas desde la antigüedad llegan a la misma conclusión, que es que hay que vivir en el ahora y dejar de preocuparse por el futuro o de estar pensando en el pasado", señala Fanjul, retrotrayéndose hasta los estoicos, por acotar (claro) temporalmente.
Y todavía continúa: "Hay que vivir en el presente y hay que disfrutar de la vida en el momento presente. Eso no quiere decir que haya que llenar al presente de actividades alucinantes, sino que tienes que disfrutar de lo que estés haciendo, ya sea comer, hacerte la comida, dar un paseo, cosas sencillas. También hacer cosas que te unan a los demás, a las personas que quieres, a los amigos... en fin, todo esto es muy tópico, es muy bonito, muy bucólico. Cosas sencillas, cuidarte a ti mismo, estar con tus seres queridos. Esa es la idea que ha salido a través de la historia una y otra vez para lidiar contra el tiempo".
La cronofobia es el miedo de fondo que aparece cuando todo lo demás está bien, lo cual es un poco fastidioso
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Cabe también mencionar el aburrimiento, ya que hablamos de contracultura, como válvula de escape escogida por uno mismo para, quizás, paladear más esa cosa extraña que es el tiempo que pasa: "El aburrimiento surge cuando estamos en contacto con el tiempo directamente, como sin preservativo, porque normalmente el tiempo te trae una ocupación. Cuando estás trabajando, cuando estás leyendo, cuando te distraes o te entretienes, el tiempo queda en un segundo plano. Pero cuando te aburres es cuando no tienes esa protección, digamos, ves el tiempo directamente y eso resulta molesto a mucha gente. Se dice tenéis que dejar que los niños se aburran porque del aburrimiento surge la creatividad, de ahí la gente empieza a pergeñar cosas, los adultos también, cuando se aburren. Así que sí, hay que aburrirse un poco, no porque aburrirse mole, sino porque del aburrimiento surgen cosas que son interesantes".
Continúa el periodista asegurando que "la libertad y la soberanía sobre nuestro tiempo puede venir bien para lidiar con la cronofobia", ya que lo que en última instancia a todos nos pasa siempre es que "no tenemos tiempo para hacer lo que queremos porque estamos haciendo otras cosas". Y agrega: "Si tuviéramos más soberanía sobre nuestro tiempo, desaparecerían todos los problemas que tenemos con el estrés, el ajetreo y demás, La derecha está muy empeñada con la palabra libertad de una manera muy adolescente, y la izquierda no está disputando eso cuando la reducción de la jornada laboral, el aumento del salario y un mayor control de nuestro tiempo también son formas de libertad. La jornada laboral debería hablar de libertad, porque eso es libertad".
Reconoce Fanjul para concluir que escribir este libro le ha servido de "terapia", aunque comparte sus propios síntomas para rematar: "La cronofobia para mí es como una obsesión de fondo. Por eso, cuando tengo problemas más acuciantes, en el trabajo, en la familia, de salud o con mi pareja, no me preocupo al paso del tiempo. Pero estoy jodido porque en las etapas más felices, cuando no tengo otros problemas, entonces aparece este problema de base. Es decir, estoy de vacaciones, estoy muy contento, no hay nada malo, pero entonces ya me viene el 'pero te vas a morir'. La cronofobia es el miedo de fondo que aparece cuando todo lo demás está bien, lo cual es un poco fastidioso".