Club de lectura

Patriarcado con mejillones

La escritora alemana Birgit Vanderbeke en 2011.

Luz Araujo

Los clubes de lectura forman un tejido muy importante en la vida cultural. Les dejamos esta sala para que comenten sus lecturas y nos ayuden a componer nuestra biblioteca. Si formas parte de un club de lectura, puedes escribirnos a losdiablosazules@infolibre.es para contarnos vuestra historia y hacernos llegar vuestras recomendaciones.

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El club de lectura Mar de Páginas fue el primer club de lectura en Baeza, fruto de la inquietud de algunas personas por compartir espacios de tertulia con otros lectores. Desde aquel 2008 del inicio nos reunimos con una asiduidad de dos veces al mes. Nuestra reunión de los jueves se desarrolla en una sede que nos ha concedido, con el tiempo, el ayuntamiento. Se nos han ido facilitando espacios a través de la biblioteca municipal.

Buscamos la posibilidad de participación para todos los asistentes, así que el número ha ido variando, pero consideramos que entre 15 y 18 es un buen grupo para poder participar y mantener una reunión activa e interesante para todos los integrantes.

La decisión de la lectura es una de las actividades del grupo una vez al año, decidimos el libro oficial desde el listado que oferta el Centro Andaluz de las Letras. Decimos oficial, porque nuestra línea es buscar lecturas que muevan emociones, así que no tenemos dudas al alargar esta lista con lecturas complementarias que surgen a raíz de este libro, o la sugerencia particular de los asistentes. Somos lectores habituales de gustos diversos y lo que procuramos es que las lecturas en este foro se correspondan con distintas inquietudes, leer autores variados y sobre todo que la lectura abra un debate de interés.

El objetivo de la reunión es compartir puntos de vista distintos de la misma lectura que, como un río, nunca es el mismo. Así lecturas que ya habíamos hecho por separado se convierten en una novedad y con frecuencia ha ocurrido que una lectura que en solitario pudo resultar tediosa o poco estimulante, al compartir la opinión de otro lector se convierte en un reto interesante. Procuramos no dejar de lado lo literariamente estimulante en un sentido, quizá, más técnico.

Solemos plantear actividades complementarias a la lectura del libro, como es compartir poemas o noticias que los lectores hemos rescatado de nuestra inquietud personal, por ejemplo curiosidades de otros lugares, como su cultura, lecturas, etc. A veces se propone ver una película con algún interés relacionado con la lectura o algún tema cultural que nos inquieta, después ponemos en común las ideas que han surgido. En ocasiones hemos salido de nuestro entorno habitual con un guía para conocer espacios que han tenido que ver con lecturas previas.

Somos una fuente interesante a la hora de compartir posibles tesoros literarios, ya que cada uno tiene sus gustos y está atento a novedades o descubrimientos.

Después de debatir el libro a recomendar, tarea ardua, ya que son muchas las lecturas que llevamos compartidas, nos hemos decidido por un libro que resultó un tesoro en lo que a despertar debate ser refiere. Creemos que esta idea es una fotografía de nuestras reuniones. Se trata de Mejillones para cenar de Birgit Vanderbeke, editado por La Galera. Nos proporcionó una conversación intensa y la invitación a conocer unas situaciones muy concretas del contexto histórico situado en las diferencias de la RFA y la RDA y el análisis del comportamiento marcado de los personajes.

En esta ocasión ha habido casi unanimidad de todos los lectores en considerar que se plasma de forma muy bien analizada en la obra una tónica de comportamiento correspondiente a una época y situación personal de los protagonistas. El libro es un monólogo interior de una chica ante una situación que, al romper el hábito familiar, desencadena el desbordamiento de las emociones reprimidas. Un hecho en principio trivial, como es que el padre llegue tarde a la cena, convierte la vivencia contenida de la familia en un mar de comportamientos que harán que nunca vuelva a ser la misma situación.

El comportamiento patriarcal del ausente ha sido la tónica por la que se movían a diario cada uno de los miembros de la familia. La procedencia humilde del padre ha marcado unas formas de actuar en su entorno que se corresponden con la represión de sentimientos, instintos, incluso expresión de quejas a través de una rígida disciplina impuesta. El hecho de que para cenar se haya preparado el plato favorito del padre se corresponde, posiblemente, con la metáfora de este comportamiento autoritario. Y la ausencia de este rompe las relaciones familiares, igual que se estropea la cena.

Quedan representados en una novela tan corta, muchos de los valores que pueden ser parte de un contexto determinado: así los roles más rebelde de la hija y más afectuoso y sumiso del hijo, se convierten en motivo de disgusto para el padre, ya que simboliza el orden contrario a como se entiende que deben ser las cosas. Cada uno tiene un papel que representar, tanto por sexo como por condición social y que esto no se cumpla altera al personaje del padre que representa ese marcado inmovilismo del momento.

Consideramos que la autora representa de forma elegante la hipocresía que supone el esfuerzo por anular su origen humilde y pertenencia a un contexto y retrata con ironía la rebelión a esta injusta situación a través de la metáfora de un hecho casi irrelevante, como es la falta de puntualidad en la cena. Nos ha parecido un texto muy bien manejado, dando en el espacio de unas horas cabida a un tejido de recuerdos y emociones que representan el complejo momento de cambio social y las dificultades que supone la adaptación para los distintos actores de esta situación.

Con una pluma ágil, Vanderbeke consigue mantener la tensión de la lectura a través de la representación de lo que puede entenderse como un símil, perfectamente claro para entender un movimiento social.

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