Festival de Cannes

'Map of the Stars' y 'Foxcatcher', dos retratos sin piedad del poder y la gloria

El elenco de 'Foxcatcher' en la alfombra roja del Festival de cine de Cannes.

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El cine y el deporte como escenarios de lucha, poder, gloria y personalidades desmedidas han estado presentes este lunes en la competencia del 67 Festival de Cine de Cannes, de la mano –respectivamente– de Map of the Stars, del canadiense David Cronenberg, y Foxcatcher, del estadounidense Bennett Miller, dos cineastas consagrados que han merecido los aplausos de la profesional audiencia del certamen, respaldados ambos por una siempre gratificante presencia estelar, en una de las jornadas en su conjunto más convincentes de esta edición.

Hay dos Cronenbergs: el de su primera etapa, con guiones propios, retorcido y malsano, tremendista e iluminado, y otro bastante más interesante, el más reciente, que usa textos ajenos, aunque puntualmente su carácter morboso aflore por momentos. En Map of the Stars, el cineasta canadiense adapta un libreto de Bruce Wagner, para componer un desmadrado, cruel y a la vez divertido fresco de la trastienda de Hollywood, especialmente el que tiene que ver con los actores, los consagrados y los aspirantes, con sus sueños frustrados, neuras y desmedidos egos.

Excesiva para algunos, y brillante para otros, la nueva cinta del autor de Cosmópolis, Promesas del este / Eastern Promises o Crash está sin duda más cerca de la tragicomedia negra que del realismo, o de una mirada equilibrada sobre la Meca del Cine, que se convierte, de la mano de Cronenberg, quien por primera vez filma algunas escenas exteriores en Los Angeles, en un terreno propicio para una fauna humana que da miedo... y risa.

En Map of the Stars lo difícil es encontrar a alguien medianamente "normal". Sus personajes son exageradas caricaturas. Hay desde una descontrolada estrella madura (Julianne Moore en otra de sus brillantísimas interpretaciones de premio) a un chofer de limusina aspirante a actor (Robert Pattinson), pasando por un gurú de la autoayuda, un astro infantil, una madre-agente... y hasta una madre fantasma.

Con su habitual cinismo, Cronenberg ha rechazado que esta sea su primera verdadera comedia (aunque lo sea), diciendo que en realidad todas sus películas son "divertidas", pero la verdad es que la mejor aproximación posible a su nueva película es la del amante de la risa sin miramientos ni escrúpulos, receptivo a las sorpresas por muy exageradas que sean. De cara al palmarés –donde sobre todo Moore podría estar con toda justicia– se enfrentará al mismo prejuicio que por ejemplo la argentino-española Relatos salvajes: A los sesudos jurados siempre les parecen más dignos de recompensa los dramas.

Robert Pattinson, elogiado por la crítica en Cannes

Robert Pattinson, elogiado por la crítica en Cannes

Las estrellas de Hollywood también están presentes en Foxcatcher, esta sí estadounidense (Map... es una coproducción canadiense-germana), lo nuevo de Bennett Miller, el talentoso realizador de Truman Capote y Moneyball, como éste último un drama deportivo basado en hechos reales. El trío protagónico está integrado por un irreconocible y sorprendente Steve Carell (tanto por su prótesis de nariz como por un registro opuesto al de las comedias a las que nos tiene acostumbrados), en el papel del multimillonario convertido en patrocinador-entrenador del equipo olímpico estadounidense de lucha; Channing Tatum, también muy alejado de su imagen de musculoso Sex symbol, como un atribulado joven luchador en busca de la gloria, y finalmente Mark Ruffalo, el hermano del personaje de Tatum, quien también fue campeón olímpico de ese deporte en el pasado y colisiona con el poderoso, oportunista y manipulador nuevo mentor. Estamos ante tres grandes interpretaciones que son lo mejor de la película.

Foxcatcher se basa en la historia real de las relaciones entre los hermanos Mark y Dave Schultz, únicos deportistas de la misma familia que dieron a Estados Unidos tanto el campeonato del mundo de lucha como el título olímpico, con el millonario fundador del "Team Foxcatcher", John du Pont, quien entrenó al más joven de ellos, Mark, y acabó asesinando a su hermano mayor, Dave.

Miller, a partir de un guión de E. Max Frye y Dan Futterman, convierte su historia en una despiadada tragedia shakespeariana sobre el poder, la manipulación, el amor y las debilidades humanas. Sin duda el cineasta neoyorquino piensa que las historias más intensas e impactantes están tanto o más en los hechos reales que en la imaginación de cualquier creador, y de ahí que sus tres largometrajes beban de personajes de carne y hueso. La fuerza de su historia, su maestría al contarla y la complicidad desmedida de sus tres actores principales puede que no convenzan a un jurado como el Cannes más amigo de la transgresión que de una narración de estilo clásico, pero es más que probable que nos reencontremos con Foxcatcher a final de año cuando se hable de los Oscars.

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