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Feria del libro

El misterioso ingrediente del éxito (comercial)

Primer lunes de Feria del Libro en el parque del Retiro. El fin de semana inaugural es siempre una primera toma de contacto con el público, con sus filias y fobias, y con su facilidad para llevarse la mano al bolsillo. Los editores y libreros empiezan a evaluar si la difícil selección de fondos —una negociación entre el gusto propio y el del público— ha sido la acertada. ¿Qué título vienen buscando los compradores? ¿Cuál les acaba conquistando? El ensayo del fin de semana ofrece algunas conclusiones. 

Aunque, si normalmente es difícil responder a estas cuestiones, el contexto de estos primeros días de 2016 no lo hacía más sencillo: el sábado, el chaparrón ahuyentó a unos pocos, y la tormenta futbolera a otros muchos. Este año se repetía, además, la tragedia del pasado: "El primer fin de semana coincide con fin de mes y mucha gente no ha cobrado", dice Jaime Martín, de la librería especializada The Comic Co, mientras aprovecha la tranquilidad matinal para poner orden en la caseta. 

Su experiencia, hasta ahora, establece una hipótesis nada desdeñable: tienen éxito los libros que siempre lo tienen —el sector llama long sellers, libros de largo recorrido, a esta tautología— y aquellos que están más de actualidad. En su caso, esto se traduciría en que los lectores piden 13 rue del Percebe —"Ibáñez siempre es líder de ventas", dice el librero— y las predecesoras en viñetas de las películas Capitán América: Civil War y Deadpool. Lo segundo se comprueba pronto, y Martín se precipita a contarle a una posible compradora que este último volumen, en cómic, se titula Masacre.

La mujer, de mediana edad, es una rareza este lunes por la mañana en mitad de la fauna de la mayor cita editorial en Madrid. Lo que abunda es eso que se ve por aquí cualquier lunes, pero en mayor número: clases de primaria acompañadas por profeores algo angustiados, jubilados solitarios o en pequeños grupos, runners orgullosos de su proeza. La diferencia es que hoy unos y otros frenan el paso para detenerse en una de las 367 casetas que componen la feria.

Visitantes en la Feria del Libro de Madrid, el pasado lunes. / EFE

De entre ellas, las más relevantes para saber qué triunfará son las librerías. Mientras las editoriales ofrecen su propia familia literaria, de mayor o menor amplitud, los libreros han seleccionado sus propias apuestas en medio de una competencia feroz. ¿Qué títulos se repiten más en sus estanterías? Esos son los que tienen más posibilidades de monopolizar las bolsas de papel que lucen solo unos cuantos paseantes. 

Están los clásicos, como pronosticaba la librera Lola Larumbe el pasado viernes en este periódico: "Para nosotros, los libros que mejor funcionan a nivel comercial son los de Almudena Grandes, de Millás, de Rosa Montero, de Elvira Lindo...". A estos sumaba, con acierto, las últimas novelas de Vargas Llosa y Juan Marsé. Aunque la Alberti, su local, no apuesta por ellos, los superventas ocupan bastante espacio: de Julia Navarro y Matilde Asensi a fenómenos juveniles como Blue Jeans o los youtubers El Rubius o Wismichu. Otros títulos, como El cazador de historias, libro póstumo de Eduardo Galeano, o Camille, nueva entrega de Pierre Lemaitre, son de los pocos afortunados en combinar el éxito del best seller y el aura del libro para entendidos. 

Para explicarse la influencia de la actualidad en el panorama de la feria hay que mirar al 26-J. Las caseta de la editorial Akal dedica gran parte de su espacio a varios títulos firmados por Pablo Iglesias (Ganar o morir, Maquiavelo frente a la gran pantalla, Una nueva Transición y Disputar la democracia), además de uno de Julio Anguita (Atraco a la memoria)... y hasta de Bernie Sanders (Un 'outsider' hacia la Casa Blanca). Pero Jorge Acero, responsable del puesto, es escéptico con su futuro: "Me da la sensación de que estos libros han llegado a su techo de compra. El año pasado funcionaron bien, pero este...". Junto a su caseta, la Editorial Popular no debe de pensar lo mismo, porque tiene al líder de Podemos como reclamo con dos ensayos firmados por él: ¡Que no nos representan!, junto a Juan Carlos Monedero, y Desobedientes

Más difícil de comprender es la repetición de varios títulos que no vienen firmados por un ídolo de las letras, ni por uno de la televisión, y que tampoco tienen detrás una potente maquinaria promocional. Aquí y allá se ve el rosa salmón de la portada de Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin, antología de relatos de esta escritora estadounidense desconocida por el gran público hasta este mismo año. O el verde de la Autobiografía de Angela Davis. O el sonoro apellido de Henry David Thoreau, que salpica aquí y allí distintas portadas y cuya reivindicación de la naturaleza y la soledad parece haberse puesto de moda entre cierta intelectualidad urbana.

O el aire retro de Tú no eres como otras madresTú no eres como otras madres, de la desconocida (al menos, en España) autora alemana Angelika Schrobsdorff. Atendiendo al criterio de los libreros, este proyecto de los sellos independientes Periférica y Errata Naturae es uno de los fenómenos del año. "Es una apuesta muy bien pensada", dice Carolina León, de Traficantes de Sueños, "Y es muy, muy bueno". En él, la escritora recuerda la figura de su madre, nacida en una familia de la burguesía judía de Berlín que rechazará la vida que sus padres habían pensado para ella y se entregará a la bohemia y la libertad. 

Pero no hay recetas. En la librería Lex Nova, la vendedora se afana en encontrar un libro a la medida de su clienta: "Mira, El balcón en invierno [de Luis Landero]. Se vendió mucho el año pasado, este año ha salido en bolsillo...". Y haber, hay para todos los gustos. La librería Malatesta tiene entre sus más vendidos Partisanas, de Ingrid Strobl, un relato de las mujeres que lucharon en los ejércitos rojos de Europa editado por el minoritario sello Virus.

Carmen Salazar, lectora y jubilada, se aleja de la caseta de La Central con el primer tomo de la tetralogía Dos amigas, de Elena Ferrante, la escritora italiana que se esconde aún tras su seudónimo después de años de ejercer una intensa fascinación en público y crítica, y después de ser nombrada por Time como uno de los 100 artistas más influyentes de 2016. El sábado, sin embargo, compró el último de Julia Navarro, Historia de un canalla. "Pero no me ha gustado mucho", dice, arrugando el gesto. Lo dicho: los caminos del éxito son inescrutables. 

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