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Cultura

El paro entre las creadoras duplica el de los creadores y ganan casi un 20% menos que ellos

Abanicos repartidos en la gala de los Goya de 2018 por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales.

El mundo de la cultura tiene fama de ser más abierto, tolerante y progresista que otros sectores, pero reproduce los mismos mecanismos machistas que se dan en el mundo laboral español. Así lo señala el estudio Autoras en el audiovisual, la música y las artes escénicas, presentado por la SGAE este 8 de marzo y desarrollado a partir de más de 1.000 encuestas y tres grupos de discusión con autores y autoras. Hay dos cifras que llaman especialmente la atención. El paro de las creadoras duplica al de los creadores, con un 14,7% frente al 7,5%; solo el 60,8% de ellas tiene un trabajo remunerado, frente al 73,2% de ellos. Además, cuando sí están empleadas, las mujeres sufren una brecha salarial del 19,6%, obteniendo unos ingresos medios anuales de 14.192 euros por su actividad en el sector frente a los 17.647 de sus compañeros. El estudio está elaborado con datos de 2017 y 2018, y por lo tanto no recoge la situación de la pandemia, pero sí permite tener una idea general de la situación en el sector, en uno de los pocos estudios sobre la igualdad de género en el sector. 

Esto se produce aunque la formación de las mujeres es más alta en todos los tramos de edad. Hay más mujeres que hombres en la mayoría de las enseñanzas artísticas, excepto en el audiovisual, y sea cual sea el nivel educativo: ellas suponen el 56,1% de las matriculadas —en danza, llegan al 90%; en arte dramático, al 60%. Y, además, tienen un nivel educativo más alto, puesto que el 68,9% de las mujeres frente al 48,6% de los hombres cuentan con un título universitario —en disciplinas como las artes escénicas, la diferencia es inmensa: 83% frente a 51%—. Pese a esto, sigue existiendo una brecha salarial, que además se agranda cuanto más precario es el sector. En el audiovisual, donde el estudio detecta los salarios más altos, se observa la distancia más corta entre los sueldos de hombres y mujeres —de un 12,3%—, mientras que en la música popular, donde se registran las pagas más bajas, esta brecha supera el 33%. Si comparamos con el conjunto de los sectores, sin embargo, la cultura está un poquito mejor, con una brecha salarial media de casi el 20% para las creadoras frente a una del 27% para el total de las trabajadoras, según datos de Comisiones Obreras.  

Además el estudio revela que aunque la tasa de autónomos y trabajadores por cuenta ajena es similar en ambos géneros dentro del sector, es más probable que las mujeres no estén cotizando por su trabajo, bien por no estar dadas de alta como autónomas bien porque no lo hacen sus empleadores: en total, el 25% de las mujeres no está cotizando, frente al 14% de los hombres. Las mujeres firman, además, más contratos a jornada parcial, y trabajan menos horas tanto en sus ocupaciones artísticas como en las complementarias realizadas en otros sectores, aunque el alto grado de pluriempleo reduce esta diferencia a menos de dos horas semanales. "En cuanto a la Seguridad Social, hay que decir que, en conjunto, las mujeres tienen menos cobertura", asegura el estudio. "Es en el régimen de autónomos donde la mujer está más desasistida. Hay también entre ellas menos personas cotizando en los dos regímenes a la vez, autónomos y asalariados. Todo ello, como decimos, a pesar de que son las mujeres las que más pluriempleo tienen".

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El estudio vincula esta desigualdad tanto en el acceso al trabajo como en el salario con dos factores que no se dan únicamente, ni mucho menos, en la cultura: por una parte, la dedicación de las mujeres a las tareas del hogar y a los cuidados; por otra, una falta de lo que podríamos llamar autoestima laboral, que hace que ellas tarden más en decidirse a ejercer su profesión que ellos. Sobre el tiempo dedicado a las labores domésticas, la diferencia es obvia: ellas les dedican más horas que ellos a la semana (39,5 horas en total frente a 27,2 horas), y lo hacen en todas las tareas, desde cocinar hasta el cuidado de niños y mayores. Y esto sucede, asegura el estudio de la SGAE, sea cual sea la situación laboral de la mujer (trabaje a jornada completa o parcial, por cuenta ajena o propia) y de la familia (se tengan hijos o no, pareja o no), aunque cuando más diferencia hay entre las horas dedicadas por hombres y mujeres es cuando hay niños a cargo: entonces ellas dedican más de 62 horas semanales mientras ellos reservan menos de 38. 

Esto último se percibe especialmente en la variación de las tasas de paro femenina por edades. "La mujer empieza teniendo una tasa de empleo similar al hombre", explicaba Pilar Granados, directora general del Centro de Investigación de Mercados del Entorno Cultural (CIMEC) y responsable del estudio. La cosa cambia conforme se va entrando en edad de tener hijos, hasta que a los 36-45 años la tasa de paro de las mujeres es cuatro veces mayor que la de los hombres, 20,5% frente a 5,6%. Después esta diferencia vuelve a reducirse, lo que Granados achacaba a que los hijos son ya adultos y no necesitan cuidados, pero a partir de los 56 años y hasta la jubilación las mujeres vuelven a encontrar aún más dificultad para encontrar trabajo, mientras ellos mantienen el empleo con más facilidad (33% de paro femenino frente al 14% masculino). 

En un análisis más cualitativo, en las entrevistas con mujeres participantes en el estudio las conclusiones del informe son igualmente desoladoras. Se describe una carrera creativa tipo marcada por la inseguridad de adentrarse en un mundo en el que los principales referentes son hombres —y esto ocurre incluso en artes tan feminizados como el baile, donde los hombres siguen siendo mayoría, por ejemplo, en la dirección de la Compañía Nacional de Danza—; la decepción al darse cuenta de que son menospreciadas por su género —y aquí se incluye el acoso sexual—, lo que lleva a menudo al abandono de la profesión; y la rabia de ver cómo ni siquiera con una carrera consolidada, habiendo superado todos los obstáculos previos, son consideradas referentes artísticos dentro del canon. "Hay un conjunto de elementos productores de la desigualdad de género", explica el estudio, "que operan a lo largo de buena parte del itinerario profesional de las mujeres: por un lado, la presencia de hombres en los puntos clave de decisión; y, por otro lado, el recurso a la calidad y al talento como mecanismos subjetivos de legitimación de las decisiones". Así, solo el 17% de las entrevistadas consideraba que su carrera se había consolidado, frente al 27% de los hombres. 

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