El contador roto de los accidentes laborales por calor: "La sintomatología se confunde con otras cosas"

Un repartidor pasa frente a un termómetro que marca 45 grados en Sevilla (España).

Entre enero y mayo el número de accidentes laborales llegó hasta los 243.664, una cifra que se ha reducido en un 4% con respecto al mismo periodo del año pasado. Los accidentes mortales ascendieron a 287, con una caída del 2% frente a 2024. En verano y tras atravesar el junio más caluroso desde que hay registros, las altas temperaturas pasan a ser uno de los mayores riesgos para la actividad de miles de trabajadores. De hecho, cada año mueren unas 1.300 personas en España por causas atribuibles al calor durante su jornada laboral, y durante las olas de calor los accidentes laborales aumentan un 17,4%, de acuerdo con un estudio del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. Fuentes del Ministerio de Trabajo señalan que hasta el 30 de junio han realizado 7.889 inspecciones a empresas para valorar la exposición de los trabajadores. “A tenor de las estimaciones que tenemos en el sindicato y que elaboramos a través de los delegados que están en los centros de trabajo, muchos de los accidentes que se producen, con o sin baja, no son catalogados como tales. Esto es así porque la sintomatología se confunde con otras cosas”, explica Patricia Ruíz, responsable de salud laboral de UGT

Si bien los datos de siniestralidad que se han publicado este viernes apuntan a una ligera mejora con respecto al año pasado, los sindicatos advierten de que, en lo relativo a las muertes y accidentes por calor, el conteo deja muchos casos fuera. “Este año los datos provisionales que tenemos, en base a lo que nos dicen nuestros delegados, señalan que estaríamos en, al menos, seis personas fallecidas durante la jornada laboral a efectos del calor. No parece muy real que el año pasado, con unas temperaturas muy parecidas, solo se registrara un fallecimiento en los datos oficiales”, apunta Ruíz. “Estamos exigiendo que el registro se haga de manera más rigurosa”, concluye.

“En muchos casos, es difícil mostrar que la causa inductora ha sido el calor. Por ejemplo, un trabajador que se desploma desde un andamio fallece por la caída, pero puede darse que la causa sea un golpe de calor”, explica desde Comisiones Obreras Mariano Sanz. El responsable de salud del sindicato explica que en los datos oficiales que se ofrecen solo aparecen los casos en los que se ha verificado la causa mediante una autopsia, pero que muchos pueden quedar fuera de este dato: “Nosotros sospechamos que hay muchos que están directamente vinculados con la exposición al calor”, concluye.

Los sindicatos advierten de que, en lo relativo a las muertes y accidentes por calor, el conteo oficial deja muchos casos fuera

En lo que va de verano, ha perdido la vida una trabajadora del sector de la limpieza en Barcelona, pero para los sindicatos hay casos que se quedan sin aclarar. En los últimos años, UGT señala que se contabilizó un fallecido por altas temperaturas en 2024, cuatro en 2023 y seis en 2022. “Si solo se miran los números, hay una ligera mejoría, pero lo que llevamos sosteniendo desde hace años es que el registro de estos fallecimientos por exposición al calor no se está cuantificando de manera correcta”, concluye Ruiz.

En contra de lo que puede parecer, la época estival es mala para la siniestralidad laboral. Pese a ser un periodo de vacaciones, explica la representante de UGT, el calor, la falta de descanso o la sensación de fatiga acumulada “termina afectando a la concentración, aumentan la irascibilidad y eso acaba engordando las tasas de accidentes o conflictos laborales”.

Protocolos para un “problema estructural”

“Lo que queremos es prevenir y no reparar”, señalaba la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la presentación del plan de acción del Gobierno, que incide en reforzar las inspecciones y contempla sanciones de hasta 980.000 euros. Sin embargo, los sindicatos insisten en la importancia de precisar los protocolos asociados a riegos climáticos en la reforma de la Ley de Prevención de Riesgo Laborales que está por hacerse. “Dentro de los nuevos riesgos que se deben incluir en la reforma de la ley, aquellos relacionados con el cambio climático son evidentes y ya se han convertido en estructurales”, explica Sanz, quien también hace referencia a los episodios de frío o las inundaciones.

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Desde Inspección de Trabajo las actuaciones se han ido intensificando. De acuerdo con los datos del ministerio, las inspecciones han aumentado desde las 704 en 2021, hasta alrededor de 11.500 en 2024. En lo que va de año, el ministerio señala que ya han efectuado 7.889 inspecciones en empresas para revisar el cumplimiento de las recomendaciones en cuestiones de calor. Empresas multiservicio, restauración, construcción, agricultura, gasolineras o mercadillos son algunos de los establecimientos que recibirán especial atención y que ya han recibido una carta informativa relativa a las medidas que deben implantar por parte de Inspección de Trabajo. Sin embargo, esta lista, para los sindicatos, debería ampliarse: “No solo afecta a empleados que trabajan en el exterior”, puntualiza Sanz, “en el histórico tenemos accidentes mortales de personas que estaban en el interior de naves, por ejemplo, de tratamiento de productos hortofrutícolas”, concluye.

Reglas de juego claras

“Desde 2023 todas las empresas en las que el trabajador esté expuesto a riesgos por calor deben tener un plan de acción, pero no siempre se cumple o se comunica a las plantillas”, señala el representante de CCOO. Además, las agrupaciones insisten en la necesidad de sistematizar los procesos de forma que los trabajadores sepan los pasos a seguir en casos como olas de calor o alertas de la Aemet. Cuándo acudir o no al trabajo, reclamar lugares de refresco, puntos de agua o incluso cambios en los turnos, son algunos de los puntos que los sindicatos quieren fijar en la ley para que las reglas del juego estén claras, tanto para empresas, como para los trabajadores.

Ambos representantes coinciden en la necesidad de ensanchar los márgenes de la legislación sobre riesgos laborales para conseguir una mayor cobertura tanto de riesgos climáticos, como aquellos relacionados con las nuevas tecnologías o la salud mental. “Tenemos que dar un paso más y modernizar la ley”, concluye el responsable de Comisiones Obreras. Para Patricia Ruíz también está en el tintero el reconocimiento como accidentes laborales de patologías asociadas: “Las consecuencias de la exposición, como los cánceres de piel o daños oculares, también deberían contemplarse. No se puede permitir que siga ocurriendo”, concluye.

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