Mercado de divisas

El oro como refugio y arma política: de Suiza al Estado Islámico

El oro como refugio y arma de guerra: de Suiza al Estado Islámico

El oro es el único elemento de los 118 que componen la tabla periódica que ha sido escogido como moneda de cambio. Tiene su explicación. Es un metal escaso -pero no raro- y fácil de moldear. Como la plata, tiene un punto de fusión relativamente bajo y no se oxida. Por todo ello, a lo largo de la historia y también hoy, se mantiene como valor refugio, pero también como arma económica. valor refugio

Suiza (ocho millones de habitantes) va a someter a referéndum el día 30 la obligación de aumentar las reservas de divisas en oro del Banco Central del 8% actual al 20%. Mientras, en otra parte caliente del mundo (Irak, Siria) el autodenominado Estado Islámico ha anunciado la emisión de monedas de oro y plata (dinares y dirhams) para romper los vínculos con la economía de Occidente.

La moneda de los islamistas son los antiguos dinares de oro y los dírhams de plata. El dinar original contenía en los mercados 4,4 gramos de oro puro. En los planes del califato islámico está el desvincular la economía del Estado subordinado a la sharia (ley islámica) del sistema occidental, anclado al dólar y desenganchado totalmente del patrón oro desde el año 1971, cuando EE UU (Richard Nixon) decretó el fin de la convertibilidad del billete verde.

Precios a la baja

El mercado observa todos los anuncios con cautela. Con los precios a la baja (en noviembre se han registrado precios mínimos de cuatro años, de 1.131 dólares la onza), el plan islamista obligaría a los dirigentes del Califato a adquirir metal. De la misma forma, un triunfo -improbable según los expertos- de los que defienden un aumento de las reservas suizas, tendría efectos sobre los precios.  En el caso de que ganara el sí, Suiza tendría que comprar 1.500 toneladas de oro, lo que supone una tercera parte del suministro anual del mercado.

En Suiza, el promotor de la consulta ha sido el Partido del Pueblo Suizo  (PPS). A través de la agrupación Salvemos Nuestro Oro Suizo, el PPS defiende tres iniciativas: prohibir la venta de las reservas de oro, repatriar todo el oro suizo que se guarda en el exterior y elevar las reservas del metal respecto al conjunto de divisas del 8% al 20%. Ni al Gobierno ni a los banqueros suizos les gusta la iniciativa. Más oro en las bodegas del banco central significa una divisa revalorizada, más difícil de manejar frente al euro en caso necesario.

Suiza, como otros países, ha vendido reservas en las últimas décadas. Pero desde 2007, la tendencia de los bancos centrales, especialmente de los de países emergentes, ha cambiado. Ahora atesoran oro. Cuando aumentan tanto las incertidumbres como los populismos, partidos como el PSP defienden que ningún Gobierno está legitimado para disponer de las reservas del país. No es sólo una idea suiza. En Alemania (movimiento Repatriemos nuestro oro) y en Austria, hay presión para aumentar reservas.

Alemania pide su oro

Como consecuencia de esa presión, a comienzos de 2013, el banco central alemán (Bundesbank) decidió repatriar parte del oro que guardaba en Francia y en EE UU. En junio del mismo año, sin embargo, el Gobierno alemán, según detalló la agencia Bloomberg, decidió no repatriar los depósitos de oro de EE UU. Alemania figura junto con Italia y Francia en los primeros puestos por volumen de reservas de oro, aunque lejos, muy lejos del país cón más reservas de oro, EE UU (8.133 toneladas).

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Tras la propuesta conservadora de asegurar reservas en oro está el miedo a la inflación. Suiza vendió en la década pasada más de la mitad de sus reservas de metal amarillo para contener la revalorización del franco suizo frente al dólar. Pero favoreció la especulación inmobiliaria y el temor una escalada incontrolada de precios.

En ese contexto un tanto confuso, España mantiene unas reservas en oro de 281 toneladas, según datos del World Gold Council. Es lo que queda después de la decisión -para muchos equivocada-, que el Gobierno español y el Banco de España tomaron en 2007 para vender 7,7 millones de onzas de oro por 3.500 millones de euros. Pero eran otros tiempos.

Hoy, el peso específico del oro en la balanza económica mundial no se discute. El exdirector del banco central de EE UU, Alan Greenspan, que no fue capaz de ver lo que se venía encima de la economía de EE UU y mundial en 2007, sí tiene claro el valor del metal. “El oro  -sostiene Greenspan- sigue siendo, bajo todas las pruebas, una divisa de primer nivel. Ninguna moneda fiduciaria, incluyendo al dólar, lo puede igualar”.

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