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La pandemia incrementa la violencia de género y dificulta su denuncia, según un estudio de Igualdad

Manifestación del Movimiento Feminista de Madrid el 8M.

La violencia de género se ha visto incrementada desde el comienzo de la pandemia, según el último estudio del Ministerio de Igualdad. El informe Impacto de la pandemia del covid-19 en la violencia de género en España, que se ha presentado este lunes, constata la vulnerabilidad de las mujeres hacia este tipo de violencia durante la pandemia y revela que la atención y ayuda a las víctimas también se ha visto dificultada. 

El estudio asegura que la pandemia ha potenciado los factores que utilizan los agresores para ejercer la violencia, como son el aislamiento de la víctima o el control sobre ella, lo que ha dificultado que las mujeres puedan escapar desde situación por falta de oportunidades y ha limitado el acceso de las mujeres a los recursos asistenciales. 

La pandemia ha propiciado además situaciones de control de las mujeres –especialmente durante el período del confinamiento–, algo clave en la violencia de género dentro de las relaciones de pareja. Según comenta el informe, cuando el control aumenta, las agresiones suelen ser menos graves, aunque si este disminuye, la intensidad de estas puede crecer significativamente. 

Este control ha propiciado una disminución significativa del número de homicidios, que se situó en 47 en 2020. Esto supuso un descenso del 22,8% respecto a la media actual de asesinatos entre 2003 y 2019. Cabe destacar que en la segunda mitad de 2020, que coincide con la desescalada y el consecuente aumento de la movilidad, se produjo un aumento de los crímenes machistas. Pero a pesar de la disminución de los homicidios, la violencia no se ha reducido. 

Aunque bajan las denuncias, aumentan las llamadas al 016

El informe recoge que en 2020 y 2021 se produjo un descenso de las denuncias respecto al año anterior a la pandemia, 2019. Sin embargo, en comparación con los cinco años anteriores estas aumentaron un 1,4%, algo que se atribuye al escaso número de denuncias durante 2015 y 2016 en relación al resto del periodo. 

Durante el confinamiento bajaron sobre todo las denuncias interpuestas por familiares, policía o a través de partes de lesiones. Esto refleja que la situación de aislamiento ha limitado de manera significativa la reacción ante la violencia de género. Sin embargo, el hecho de que estas situaciones se den en los domicilios ha hecho que las denuncias de terceras personas –normalmente de personas del mismo vecindario–, apenas se hayan reducido. 

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El incremento de la violencia se ha visto reflejado en el aumento de las llamadas al 016. Comenzó a crecer en marzo de 2020, el mes que se inició el confinamiento, y durante los meses de restricción absoluta de movilidad llegó a alcanzar máximos históricos. 

El informe también recoge datos del Instituto Nacional de Estadística, que en 2020 registró  29.215 mujeres víctimas de violencia de género correspondientes a los asuntos en los que se habían dictado medidas cautelares u órdenes de protección, lo que supone una disminución del 8,4% respecto a 2019. Esto refleja de nuevo las dificultades que han tenido las víctimas para interponer denuncias. En este estudio también se comparan los datos de la violencia de género con los de la violencia doméstica, que también se produce en contexto de convivencia y puede verse afectada por las mismas circunstancias que la violencia de género. Sin embargo, en el caso de la violencia doméstica ha sucedido lo contrario: en 2020 han aumentado las víctimas un 8,2% en comparación a 2019 –el 61,4% fueron mujeres y el 38,6% hombres–. 

En definitiva, el estudio confirma dos presupuestos básicos en el fenómeno de la violencia de género. Por un lado, destaca que los factores sociales inciden sobre esta violencia, que es de naturaleza socio-cultural, con independencia de si el escenario en el que se produce es público o privado. En segundo lugar, se destaca que la violencia contra las mujeres en las relaciones de pareja es una violencia diferente a otras violencias interpersonales con las que puede compartir escenarios, como ocurre con la violencia doméstica. 

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