Vía libre para Arabia Saudí: la designación multisede en 2030 abre la puerta a otro Mundial de la vergüenza

Bandera saudí ondeando en el Education City Stadium de Doha, sede del Mundial de Catar 2022.

“Dos continentes, África y Europa, se unirán para festejar el fútbol y para brindar una cohesión social y cultural excepcional. Con ello transmitirán al mundo un mensaje de paz, tolerancia e inclusión”, recoge el informe de la FIFA que oficializa la sede del Mundial 2030.

El pasado miércoles 4 de octubre la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) anunció que la candidatura de España, Portugal y Marruecos había sido elegida para celebrar el Mundial de fútbol de 2030. Lo que era un secreto a voces, se convirtió en realidad: España volverá a ser sede de un campeonato del mundo tras 48 años.

Pero el comunicado emitido por el organismo internacional contenía una sorpresa. La candidatura rival también había ganado. Argentina, Paraguay y Uruguay serán los encargados de organizar los tres partidos inaugurales del Mundial.

Esta decisión deja vía libre a Arabia Saudí para presentarse en solitario para albergar el Mundial 2034. Tras un verano insólito en la Liga nacional, en el que jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo han decidido fichar, sueldos desmesurados mediante, por equipos saudíes, el país árabe asumirá el reto futbolístico más grande de su historia. Pero en la memoria colectiva aún está presente el recuerdo del Mundial de la vergüenza de Catar del pasado diciembre: su no reconocimiento de derechos humanos básicos y las más de 400 muertes de trabajadores en la construcción de los estadios serán el obstáculo a superar para el país saudí.

Cronología de un pacto

En un principio, cuatro candidaturas iban a luchar por ser sede del Mundial 2030: la de España y Portugal; la de Marruecos; la de Argentina, Uruguay y Paraguay; y la de Arabia Saudí, Grecia y Egipto. Pero, tras unos meses, tanto la candidatura marroquí como la conjunta de los saudíes, griegos y egipcios fueron retiradas.

Finalmente, como adversario de España y Portugal, solo quedaba la propuesta de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) que quería organizar el Mundial Centenario en honor al primero de la historia, celebrado por Uruguay en 1930.

La FIFA debía escoger entre un Mundial en Europa o en América. ¿La solución? Juntar las dos propuestas para contentar a todas las federaciones continentales. El Consejo de la FIFA decidió “por unanimidad”, según las palabras de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, celebrar este centenario “de la mejor forma posible” y “con actos conmemorativos en tres países sudamericanos”.

De esta manera, Uruguay podrá celebrar el partido inaugural en el Estadio Centenario para conmemorar los 100 años de Mundiales y la candidatura europea junto a Marruecos podrá celebrar su ansiado campeonato.

El porqué de esta decisión

Cuando un país presenta su intención de celebrar un evento tan importante como son los Mundiales, lo intenta en varias ediciones. Por ejemplo, España y Portugal intentaron celebrar el Mundial de 2018, pero perdieron en la última votación contra Rusia. El proyecto deportivo que se debe presentar para tener la posibilidad de albergar la cita es tan caro que es habitual repetir candidatura.

De los cuatro aspirantes que en un principio enviaron la petición a la FIFA, solo uno iba a ganar y el resto deberían presentarse a la edición siguiente. Esto hubiera pasado si la resolución final del organismo internacional siguiera las directrices de otras ediciones. Pero no ha sido así.

La candidatura elegida es una fusión de la ibérica, la marroquí y la sudamericana. Por lo tanto, solo una de las cuatro se ha ido con las manos vacías y, por tanto, no va a tener rivales con un proyecto ya presentado para el siguiente Mundial. Esa es la conformada por Arabia Saudí, que el pasado lunes confirmó su intención de postularse en solitario como sede del nuevo Mundial.

La confirmación de lo esperado: el Mundial saudí

Yasser Al Misehal, presidente de la Federación Saudí de Fútbol (SAFF), ha sido el encargado de oficializar la postulación a la FIFA. “La intención de Arabia Saudí de postularse para el Mundial 2034 es una novedad histórica y refleja los objetivos de la nación de desbloquear nuevas oportunidades futbolísticas en todos los niveles”, ha explicado el mandatario árabe y ha apuntado que “estamos extremadamente comprometidos a presentar la candidatura más competitiva posible que también ayude a unir al mundo a través del fútbol”. En apenas tres días, la SAFF ya ha conseguido el apoyo de más de 70 asociaciones miembro de la FIFA de diferentes continentes que “han prometido públicamente su apoyo al Reino”.

Por lo tanto, la carrera hacia la elección de sede para 2034, que se celebrará en el Congreso de la FIFA en 2028, tiene un claro favorito. Con el antecedente del Mundial de Catar del pasado diciembre, no hay dudas de que, en el caso de que la península arábiga vuelva a albergar el Mundial, el dicho evento se celebrará en meses invernales, volviendo a trastocar las temporadas regulares de las competiciones nacionales.

El Mundial 2030 se jugará en España, Portugal y Marruecos... y en Argentina, Uruguay y Paraguay

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Además, con los casos de corrupción de la dictadura catarí para conseguir que la FIFA le diera el Mundial, no sería extraño que la fusión de las candidaturas europea, africana y sudamericana fuera otro de los “juegos” del presidente Gianni Infantino. El país del Golfo Pérsico ha dejado morir a cientos de trabajadores, ha violado los derechos humanos de mujeres y del colectivo LGTBI, y ha sido la pieza clave del amaño por el que dirigentes de la FIFA han sido suspendidos, la corrupta adjudicación de su mundial.

Los rivales que previsiblemente va a tener Arabia en la lucha por ese Mundial vendrán de Asia y Oceanía, lugares con poca tradición futbolística. Un conjunto de países del sudeste asiático, China o Australia y Nueva Zelanda son algunos de los posibles candidatos, aunque de momento ninguno se ha pronunciado de forma oficial.

De esta manera, Arabia Saudí será la única candidata presentada durante los próximos meses y podrá empezar a convencer a los países miembro de la FIFA. El tiempo lo dirá, pero lo más probable es que en 12 años, entre 2022 y 2034, se vayan a celebrar dos mundiales en la península arábica, un lugar de mucho dinero y poco fútbol

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