Antigua Yugoslavia

Merkel y Macron tantean la relación entre Serbia y Kosovo pero se desentienden de "prescribir una solución"

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, durante la cumbre de los Balcanes en Berlín este lunes.

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La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han organizado en Berlín una cumbre entre los países de los Balcanes para tantear la estabilidad de las tensas relaciones entre Serbia y su provincia autónoma, Kosovo, que pretenden entrar en la Unión Europea y los principales organismos transnacionales en los próximos años. Al encuentro han asistido jefes de Estado y de Gobierno de Serbia, Montenegro, Macedonia del Norte, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia y Kosovo.

Merkel y Macron han emitido este lunes un comunicado conjunto en el que ambos han recalcado la importancia de la estabilidad en la región. Sin embargo, la canciller alemana, ha dejado claro que la reunión no tenía como objetivo encontrar una solución, sino buscar opciones para un desarrollo positivo en la región. "No es nuestro objetivo prescribir una solución para Belgrado y Pristina", ha aseverado Macron. Según fuentes del Palacio del Elíseo han afirmado que Francia quiere aumentar su influencia en la antigua región de conflicto.

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En la reunión también ha estado presente la máxima responsable en política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, quien dirigió un diálogo entre Belgrado y Pristina. Esas conversaciones se frenaron el año pasado, después de que Serbia bloqueara la admisión de Kosovo en Interpol. Kosovo tomó represalias imponiendo aranceles elevados a los productos serbios. Sin embargo, en términos más generales, la relación ha sido complicada durante años, ya que Belgrado se ha negado a reconocer a Kosovo desde que declaró la independencia de Serbia en 2008.

Serbia ha estado celebrando conversaciones para unirse a la Unión Europea desde 2014, pero la resolución del problema de Kosovo es una condición clave. Muchos líderes de la UE se han sentido alarmados ante la posibilidad de un intercambio de tierras, que los funcionarios serbios lanzaron por primera vez el año pasado. Temen que tal acuerdo abra viejas heridas en una región aún marcada por los conflictos étnicos de los años noventa.

En términos generales, esta idea probablemente haría que el norte dominado por los serbios de Kosovo comience a comerciar con el valle del sur de Serbia, que es principalmente de origen albanés como el resto de Kosovo. El presidente de Kosovo, Hashim Thaci, ha subrayado este lunes su oposición a la idea y ha manifestado que "nunca comerciará con los territorios de Kosovo". Sin embargo ha afirmado que consideraría las correcciones fronterizas para normalizar las relaciones.

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