Industria textil
Trece compañías textiles acuerdan mejorar la seguridad de las fábricas en Bangladesh
Al menos 13 grandes marcas textiles llegaron a un acuerdo este jueves en el que se comprometen a mejorar las condiciones laborales de hasta dos millones de trabajadores en Bangladesh. Un acuerdo que trata de renovar el compromiso de 2013, tras el desastre de Rana Plaza en Daca, donde más de mil personas murieron por el derrumbe de una fábrica, y cuyas medidas para mejorar la seguridad laboral no se han aplicado.
Al menos trece compañías textiles, entre las que se encuentran Inditex, Primark o Lidl, acordaron mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de cerca de mil fábricas en Bangladesh, lo que podría beneficiar a más de dos millones de personas, la mitad de los trabajadores textiles del país. El compromiso entrará en vigor en mayo de 2018 y tendrá una duración de solo tres años.
El acuerdo propone mejoras en la seguridad de los empleados y endurece las inspecciones a las hilanderías, las instalaciones de limpieza y de tinte de tejidos. Algunas de las empresas firmantes son Primark, H&M, Inditex, Aldi, Lidl, C&A, Kmart Australia, Target Australia, Otto, KiK, Tchibo y LC Waikiki. Se espera que otras compañías se sumen al acuerdo durante los próximos días.
Se calcula que al menos cuatro millones de personas trabajan en la industria textil de Bangladesh, este acuerdo afectaría a cerca de la mitad de los empleados. Las marcas que fabrican sus productos en el país asiático son frecuentemente criticadas por los bajos estándares de seguridad, bajos salarios y horarios excesivos a los que someten a sus trabajadores.
En el desastre de Rana Plaza en 2013, 1.135 personas murieron tras el derrumbe de un edificio de ocho plantas donde se alojaban cinco fábricas. El accidente, en Daca, la capital del segundo país que más ropa confeccionada exporta al exterior, provocó protestas por la seguridad de los trabajadores y aumentó la presión sobre las compañías que compran sus productos.
Tras el derrumbe se alcanzó un acuerdo que fijó estándares de seguridad en las instalaciones eléctricas y contra incendios y que obligaba a más de 1.500 fábricas a instalar puertas cortafuegos y refuerzos en los edificios. Sin embargo, cuatro años más tarde, el 80 por ciento de las fábricas siguen sin cumplir los requisitos, según reconocen los propios firmantes del acuerdo.
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Sindicatos y compañías reconocen que todavía queda mucho para frenar el "abuso" a los trabajadores, según denuncian organizaciones, pero consideran el acuerdo de este jueves como "un paso adelante".
"El acuerdo todavía no ha cumplido todos sus objetivos, pero es un avance enorme en comparación con todas las iniciativas que lo precedieron", declaró la directora del grupo de derechos laborales Maquila Solidarity Network, Lynda Yanz.
"Implementar el acuerdo ha sido un desafío y ha encontrado muchos obstáculos en el camino. Sin embargo, el progreso alcanzado es una realidad e implica decenas de miles de mejoras en seguridad y va a reducir los riesgos laborales de millones de trabajadores", añadió.