Las altas temperaturas navideñas cierran el año más cálido y alertan de un cambio climático brusco

Unos jóvenes se bañan en la playa de la Barceloneta, a 25 de diciembre de 2022, en Barcelona.

Bilbao, Valladolid o Pamplona inauguraron el año con temperaturas récord para el mes de enero de entre 18 y 25 grados que han dejado escenas de verano en ciudades acostumbradas a rondar los 10 grados de máxima en estas fechas. Es un comienzo de año alarmante para los meteorólogos tras un 2022 que ha cerrado como el año más cálido en más de un siglo, según la Agencia de Meteorología, con una temperatura media que superó por primera vez los 15 grados. No se trata de una anomalía, sino de una tendencia: los cuatro años más cálidos del registro se han dado en los últimos siete. 

El año que acaba de terminar ha batido toda clase de récords climáticos en España y demuestra cómo el clima global está cada día más polarizado, con temperaturas y eventos extremos. Esto no ocurre solo en España: también fue el año más cálido en países del entorno como Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Suiza, Austria e Irlanda. 

"2022 ha tenido una temperatura 1,7 grados superior al promedio normal. Eso es muchísimo porque los dos años que hasta ahora tenían el récord superaban la media histórica por 1 grado", explica Rubén Campos, portavoz de la AEMET. El experto recuerda que el registro climático de España data de 1961, pero que cuentan con reconstrucciones de temperaturas hasta 1916. Aun así, nunca antes se había visto nada parecido a lo de los últimos doce meses. 

Probablemente el fenómeno más impactante del año fueron los 42 días que de ola de calor que se vivieron en verano, siete veces más que en la media del periodo de referencia, entre 1981 y 2010, y que afectaron a 40 millones de españoles. El shock térmico al que se expuso la población acabó con la vida de 5.316 personas debido al calor extremo, según un reciente estudio publicado por Aurelio Tobías (CSIC), Dominic Royé (Universidad de Santiago de Compostela) y Carmen Iñiguez (U. de Valencia). 

Las temperaturas también afectaron duramente a la fauna y la flora, especialmente en la costa del levante y las Baleares. El Mediterráneo alcanzó temperaturas de más de 25 grados e incluso de 30 durante el mes de agosto en la superficie del agua, aunque el problema más grave es el calentamiento paulatino del fondo marino, según apunta Manuel Vargas, experto del Grupo Mediterráneo del Cambio Climático.  

"El mar absorbe el 90% del calor provocado por el efecto invernadero y las consecuencias son muy graves. Muchos seres vivos se han adaptado a unas condiciones concretas a lo largo de miles, cientos de miles e incluso millones de años y no tienen ahora tiempo para adaptarse", explica el investigador. Según los datos que ha recopilado en estos últimos meses el Instituto Español de Oceanografía, al ritmo actual la superficie del Mediterráneo se calentaría hasta tres grados este siglo, mientras que la masa submarina lo haría entre 0,2 y 0,3 grados, aproximadamente, cifra que podría ser suficiente para alterar las corrientes y cambiar la dinámica del mar, aunque es algo que aún no han estudiado lo suficiente. 

Más allá de las temperaturas, 2022 ha dejado otras cifras críticas como unas precipitaciones nefastas. Las lluvias de finales de diciembre han salvado un poco la situación y el año cerrará entre el sexto o el octavo más seco desde 1961, a la espera de los datos definitivos de los tres últimos días de mes. "A pesar de estas lluvias de diciembre que han sido bastante abundantes, España acaba el año 2022 en situación en general de sequía meteorológica", explica Campos.  

El sector agrícola ha sido el que más ha sufrido la falta de agua y muchos cultivos se han desarrollado con poca fuerza por los recortes de riego. Ahora el campo espera expectante las precipitaciones del resto del invierno y la primavera, ya que determinarán cuánto podrán plantar y cosechar este año. En este momento la reserva de los embalses se encuentra al 46%, frente al 55% que suele estar en estas fechas según la media de los últimos diez años.  

Desde la Agencia de Meteorología afirman que este invierno es muy difícil predecir qué va a ocurrir con las lluvias porque los modelos se contradicen entre sí y ni siquiera tienen previsiones para el mes de enero. "Lo que parece claro es que las temperaturas sí que van a ser superiores a ese promedio normal del invierno, por lo que continúa la estela de 2022", dice Campos. 

También se desonce si se repetirá el terrible calor del verano de 2022. Aun así, el aumento progresivo de las temperaturas debido al efecto invernadero llevará a que lo ocurrido el año pasado termine siendo la norma, como avanzó la AEMET en un informe de septiembre. Los meteorólogos estiman que todos los veranos más allá del año 2040 serán similares al de 2022, o incluso más calurosos. 

En lo que respecta al Mediterráneo, Manuel Vargas tampoco puede vaticinar qué ocurrirá este año, pero sí afirma que si el ritmo actual de calentamiento del mar se prolonga —como se espera que ocurra por las emisiones de CO₂— sus aguas aumentarán aún más los niveles de salinidad y pondrán en peligro la vida de los peces. Al mismo tiempo, seguirá creciendo el nivel del mar, no solo por el deshielo de los polos, sino porque el calor provoca que el agua se expanda, señala.

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