Los hogares ricos ahorraron 488 euros en 2022 gracias a las ayudas energéticas; los pobres, 314

Mangueras de combustible en una gasolinera, en Madrid.

Las ayudas estatales y las rebajas de impuestos para suavizar el encarecimiento de la energía cumplieron con su función en 2022 y ayudaron especialmente a las familias con menos recursos, pero los hogares ricos son los que más dinero ahorraron gracias a las coberturas sociales porque consumen más energía, según un informe publicado este miércoles por el Basque Centre for Climate Change (BC3). 

Los hogares situados en el decil 1 (el 10% con menor renta, que ingresan de media 12.434 euros al año) se ahorraron el año pasado en gas, luz y combustible un 2,5% respecto a su renta total, fruto de las medidas del Gobierno. Mientras que el decil 10 (el 10% más rico, de media 61.066 euros) se ahorró un 0,8% frente a su renta. Es decir, quienes menos tienen se beneficiaron –porcentualmente– más de las ayudas que el resto. 

Sin embargo, las familias más pudientes son las que más energía consumen, por lo que ganaron mucho más dinero en términos absolutos en 2022. Concretamente, los analistas calculan que los hogares de decil 1 se ahorraron 314 euros por las medidas estatales, mientras que las ubicadas en decil 10 se ahorraron 488 euros, un 55% más. De hecho, a partir del decil 4 (de media ingresan 22.529 euros al año) el descuento crece rápidamente, como se puede ver en el gráfico. 

Mikel González, el ingeniero y economista que lidera el estudio del BC3, explica que las ayudas funcionaron porque su éxito debe medirse siempre en relación con la renta. "Las familias en situación vulnerable y en vulnerabilidad severa se beneficiaron mucho el año pasado. Tanto que incluso pagaron menos por la luz que en 2021", afirma. 

Si bien es cierto, el experto cree que hubo un agujero evidente entre las medidas que se tomaron: el descuento de 20 céntimos por litro de combustible, una subvención que se terminó el 31 de diciembre. Los ciudadanos adinerados consumen más combustible para moverse y repostan más su coche, por lo que esta medida –cubierta con los Presupuestos– ayudó especialmente a los deciles ricos y rompió la balanza. 

"Las políticas que se tomaron fueron buenas pero mejorables. Entiendo que la urgencia de frenar la inflación lleva a tomar medidas rápidas, pero a medida que pasa el tiempo hay que centrarse en ayudar a las rentas bajas y medias", opina González. 

La medida más eficaz para reducir la pobreza energética el año pasado fue la mejora del bono social eléctrico, que antes cubría entre el 25% y el 40% del recibo y ahora descuenta entre el 40% y el 80%. También el aumento del bono térmico, un pago anual que antes era de entre 25 y 123,94 euros y ahora ha crecido a entre 40 y 375 euros. Estas ayudas son las únicas que no se costean con los Presupuestos, sino que las cubren todos los consumidores en su recibo mensual y las empresas del mercado eléctrico.  

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Más allá de los colectivos vulnerables, el resto de españoles también se beneficiaron en 2022 de las medidas para suavizar la inflación energética. Según el informe del BC3, la factura media energética –entre luz, gas y combustible– fue de 2.952 euros, un 29% más que en 2021. Y habría sido de 3.292 euros en ausencia de medidas. En ese descuento no solo se incluyen el impulso al bono eléctrico y térmico y la subvención en las gasolineras, también la rebaja del IVA y de otros impuestos en la luz y el gas, el tope de incremento a la tarifa regulada del gas (TUR) y el llamado mecanismo ibérico.

De cara al futuro, los autores proponen que durante los próximos meses y años –ya que la crisis energética se espera que se alargue varios inviernos– se retoquen estas ayudas. Principalmente, piden reformar el bono eléctrico y térmico para que se pueda pedir y conceder de forma más ágil y rápida porque la inmensa mayoría no sabe que puede acceder a las ayudas, desconoce el procedimiento para pedirlas o las descarta por papeleo. Como estima un informe de EsadeEcPol publicado la semana pasada, menos del 20% de las familias en deciles 1,2 y 3 (viven con menos de 20.000 euros al año) accedieron a estos bonos. 

El informe del BC3 es relevante porque analiza por primera vez el impacto en la sociedad de todas las medidas energéticas aprobadas el año pasado, pero también calcula por primera vez el impacto de la subida de precios de la energía por tipos de hogares. Entre sus conclusiones destaca que los españoles menos afectados por el encarecimiento de la luz, el gas y la gasolina son las personas mayores que viven solas o no trabajan, porque son los que menos consumen. Mientras que los más golpeados son los que viven en zonas rurales o municipios pequeños porque cogen más el coche. También se han beneficiado más de las coberturas sociales las familias donde las mujeres son mayoría.

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