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"Es mejor no pactar nada que un 'greenwashing'": Europa apostará en la COP28 por reducir el gas y el petróleo

Sultan Al Jaber, presidente de la COP28, en septiembre durante Africa Climate Summit 2023.

La Unión Europea, el principal actor de las cumbres del clima que presiona para lograr objetivos ambiciosos, se propone este año lograr lo que no se ha podido hasta ahora: convencer a los productores de gas y petróleo de que reduzcan su producción. Y lo hará precisamente en Dubái, una capital global de los combustibles fósiles, donde se celebra desde el próximo jueves la 28 Cumbre de las Partes (COP) organizada por las Naciones Unidas, la cita más importante del año en la lucha contra el cambio climático. 

En una reunión con la prensa, la delegación española en la COP28 ha resumido este viernes que el principal objetivo de los Veintisiete en esta cumbre será lograr un acuerdo global para acabar con el consumo y la producción de combustibles fósiles. También presionarán por otras metas, como lograr avances en un sistema para ayudar a países en desarrollo a costear los daños del cambio climático y buscar nuevas fórmulas para financiar la transición energética y la adaptación de estas naciones con pocos recursos. Un alto cargo del Ministerio de Transición Ecológica ha definido la cita como "la cumbre más importante desde el Acuerdo de París" de 2015, donde se fijó la meta de no calentar el planeta más de 2 grados, e idealmente no más de 1,5 grados. 

España tendrá un papel clave este año porque la COP28 se celebra bajo la presidencia española del Consejo Europeo, por lo que la ministra Teresa Ribera y su equipo coordinarán el trabajo de la UE en la cumbre de Emiratos Árabes, aunque serán los técnicos de la Comisión los que negocien y tomen las decisiones. Desde el Ministerio de Transición Ecológica reconocen que será complicado llegar a un acuerdo global sobre los combustibles fósiles, pero que su posición es clara y evitarán cualquier intento de llegar a acuerdos descafeinados que permitan emisiones más reducidas pero permanentes en el tiempo. "Es mejor no pactar nada que un greenwashing", han afirmado desde la Oficina Española de Cambio Climático. En teoría, unos 80 países apoyan la posición del Consejo Europeo, pero siguen siendo menos de la mitad de los participantes en la COP, unos 190.

Ese acuerdo incluirá un compromiso para alcanzar un pico en el consumo de gas, petróleo y carbón esta década, algo que los modelos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) ya prevén. Una vez llegado a esa cima, la UE propondrá una retirada masiva de combustibles para que el sector energético "esté libre de emisiones mucho antes de 2050" y que la producción de electricidad sea 100% en todo el mundo "en la década de 2030", fechas redondas que tendrán que concretarse a en las próximas dos semanas. 

En materia de energía, la UE también llevará otras tres propuestas, avaladas por la IEA. Una es reducir "lo antes posible" los subsidios a las energías fósiles, ayudas públicas para apoyar el consumo de gas natural o gasolinas, que en 2021 alcanzaron los 673.830 millones de euros en los 82 países más ricos del mundo, según la OCDE. La segunda es triplicar la potencia renovable instalada en el mundo de 3,5 teravatios hasta 11 en 2030. La tercera es duplicar la mejora de eficiencia energética, también antes de 2030, para amortizar al máximo cada vatio generado. 

Sergio Bonati, técnico de Clima y Energía en la organización WWF, explica que este año es la hora de organizar una COP de implementación, más que de orientaciones, donde se fijen objetivos concretos con fechas claras. "Tiene que haber una decisión foral y oficial para abandonar los combustibles. Nada de desviar la atención hacia el progreso en energías renovables. Los países tienen que comprometerse a actualizar sus documentos de contribuciones nacionales e introducir el fin de los combustibles", explica. 

Pedro Zorrilla, delegado de Greenpeace España en la COP28, insiste en esta idea. "Es cierto que otros años se ha intentado acabar con los combustibles fósiles y se ha fracasado, pero esta vez tenemos buenas expectativas porque es el objetivo principal en la agenda y los daños del cambio climático afectan a más gente y de manera más intensa", señala. 

Preguntado por quienes serán los países que pondrán palos en las ruedas, Zorrilla responde que Europa tendrá que enfrentarse a medio mundo. Los petroestados de Oriente Medio, liderados por Arabia Saudí, son los opositores más evidentes, pero también apunta a Estados Unidos, un actor que desde la sombra torpedea las metas más ambiciosas. Al fin y al cabo, es el mayor productor de gas y petróleo del mundo. 

Este doctor en Ecología recuerda que más de la mitad de los nuevos proyectos de gas y petróleo a futuro están en manos de Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Australia y Canadá, por lo que desde luego no se trata de una guerra de Occidente tratando de convencer al mundo de ser más limpio. También tratarán de entorpecer las conversaciones los cientos de lobistas que acudirán del sector del petróleo y el gas, que el año pasado ascendieron a 636, más que nunca. A favor juega la experiencia de la COP del año pasado, donde una coalición de 80 países liderados por India trató de introducir en el debate la desaparición paulatina del gas y el petróleo, pero la presidencia egipcia bloqueó las conversaciones. Aunque no llegó a puerto, entre los gobiernos a favor estaban países europeos, del centro y sur de América, e incluso Estados Unidos, Australia y Reino Unido. 

Las organizaciones ecologistas critican que la cumbre climática, que se celebra entre los días 30 de noviembre y 12 de diciembre, vaya a estar presidida por Sultan Al-Jaber, ministro de Tecnología e Innovación de los Emiratos Árabes Unidos y CEO de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, una persona que dirige una de las mayores petroleras del mundo. La tarea de Al-Jaber antes de la COP28 ha sido la de convencer a otros socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para que se sumen al pacto global, aunque su éxito no se confirmará hasta que comiencen las negociaciones. La cita será en Dubai porque así lo han decidido sus países vecinos; no ha sido una decisión de la ONU. Cada año la cumbre es una región distinta del planeta, y son los países que la componen quienes eligen al que la acoge.

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