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El desplome del precio del gas lleva a la luz a su mínimo anual y a desactivar el mecanismo ibérico

Vista de la planta regasificadora de Saggas, en Valencia.

El calor otoñal y unas reservas de gas natural a rebosar son ahora el mejor aliado de la factura de la luz. El bajo consumo de esta materia prima en unas fechas que se esperaban más frescas ha hundido el precio del gas y esto se ha traducido en la electricidad más barata desde octubre de 2021. Además, la bajada del gas ha sido tal que el mecanismo ibérico ha dejado de funcionar e incluso el sistema repartido dinero a los hogares. 

Este miércoles el precio medio de la luz fue de 81,77 euros por megavatio hora en el mercado mayorista, y este jueves ha subido ligeramente hasta los 86,66 euros, dos cifras muy alejadas de los 261 euros por megavatio hora de hace un mes. Cabe recordar que estos precios corresponden al mercado regulado, es decir, a los clientes que tienen contratada una tarifa PVPC

El responsable de esta caída del 66% en el precio de la electricidad es el abaratamiento del gas natural, la materia prima que se quema en las centrales de ciclo combinado para generar gran parte de la luz que se consume en España. Igual que el precio del gas se disparó rápidamente tras el comienzo de la guerra de Ucrania, ha caído a la misma velocidad en las últimas semanas debido al exceso de este combustible. 

Las reservas de gas de España y la Unión Europea superan el 90% de capacidad después de que los 27 gobiernos se apresuraran para rellenar sus tanques antes de otoño. Pero a las puertas de noviembre las temperaturas son más suaves de lo normal, e incluso España hace frente al segundo mes de octubre más cálido desde 1961, con temperaturas 2,9 grados por encima de la media.

Esta situación pospone el encendido de calderas y calefactores eléctricos, reduce la demanda de gas y mantiene hasta los topes los depósitos, lo que ha desplomado el coste de esta materia prima. El precio diario del MIBGAS –el que se configura en el mercado ibérico– ha pasado de costar 109 euros por megavatio hora a 24 euros, en solo un mes. 

En una situación normal, la bajada del gas tan solo abarataría el precio de la luz, pero con el mercado eléctrico intervenido también tiene consecuencias colaterales: el mecanismo ibérico ha dejado de funcionar este jueves e incluso se ha compensado parte del consumo a los españoles. El coste real de la luz ha sido de 80,44 euros por kilovatio hora este miércoles y de 85,29 euros este jueves, un descuento de poco más de un euro, según cifras de OMIE, el operador del mercado eléctrico. 

El también llamado tope del gas compensa a las centrales de ciclo combinado cuando el coste de este combustible supera los 40 euros por megavatio hora, pero ahora que se sitúa por debajo el mecanismo deja de tener sentido.  

"Con la bajada del precio del gas no es necesario el mecanismo ibérico porque el precio que van a tomar las eléctricas a la hora de hacer sus ofertas en el mercado ya es inferior a esa cifra, por lo que no necesitas bajar de manera artificial el precio de referencia", argumenta Natalia Collado, analista del centro de estudios Esade. 

Pero no solo se ha suspendido el mecanismo ibérico, sino que el sistema ha repartido parte de los ingresos del mercado eléctrico entre los hogares que tienen contratada una tarifa PVPC, ese dinero que hasta ahora iba destinado a compensar a las eléctricas. 

La pequeña compensación procede de las llamadas rentas de congestión, los ingresos que genera el tráfico de luz entre España y Francia. Cuando un país vende al otro energía más barata de la que se vende en el mercado nacional, los consumidores que importan la luz pagan la diferencia de precios, y esta se reparte a partes iguales entre los operadores del sistema de ambos países. En este caso, son los consumidores franceses los que sufragan ese fondo, como explica Rafael Alcalá, consultor de Trébol Energía. 

Hasta ahora, la parte que recaudaba España se empleaba para abaratar el gas natural que queman las eléctricas y reducir así el coste de la factura de la luz, pero con el mecanismo ibérico desactivado de forma temporal, el dinero se destina a abaratar directamente la electricidad en la subasta diaria.

"Creo que el mecanismo no contemplaba esta posibilidad, ya que estaba diseñado con la previsión de que el gas siguiera caro hasta junio de 2023. La bajada ha sido una sorpresa", añade Natalia Collado. Hay que destacar que el tope ibérico volverá a aplicarse de manera automática si el precio del gas vuelve a subir en los próximos días por encima de los 40 euros MWh.

Esta combinación de sucesos ha llevado a que la electricidad sea este jueves la más barata de Europa y cuesta un 40% menos que en Alemania y Francia. Aunque el resto del continente también disfruta de unos precios sustancialmente más bajos que los de este verano. 

Una cola de metaneros en el mediterráneo 

El exceso de gas en los almacenes europeos ha provocado una imagen curiosa junto a la costa española, donde esperan amarrados una serie de barcos que transportan gas natural en estado líquido (GNL) a la espera de vaciar este combustible en los puertos del continente. 

Como se esperaba que hubiese escasez de gas en Europa en otoño, los vendedores se apresuraron a dirigir hacia allí sus buques, pero la bajada del precio del gas natural ha pospuesto sus planes.

"Como el mercado de futuros anticipa unos precios más altos este invierno, muchos barcos prefieren mantener la carga hasta que el mercado sea más atractivo y lograr más beneficios, aunque esto es algo que lleva ocurriendo desde junio", afirma Dániel Stemler, analista GNL en España de Energy Intelligence. Reuters contabilizaba este martes hasta 35 barcos alrededor de la península, concentrados muchos de ellos en la costa de Cádiz, aunque Stemler reduce esa cifra hasta los quince o veinte.

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El problema es que incluso aunque estos barcos quieran vender ahora ese gas en Europa, tendrán problemas para vaciar sus depósitos, ya que las plantas que transforman el GNL en gas natural en los puertos sufren un cuello de botella en todo el continente.  

Desde Enagás explican que todas sus regasificadoras funcionan ahora a pleno rendimiento y que hay poco margen para sorpresas, puesto que los tanques de estas instalaciones están al 80% de capacidad, según un comunicado publicado por la compañía, lo que podría provocar algunos retrasos al menos hasta la primera semana de noviembre. 

Este exceso de barcos dispuestos a vender su combustible en Europa demuestra que el mercado ha cambiado y hay un exceso de ofertantes, pero los analistas señalan que solo es cuestión de tiempo que la situación se revierta. "Tenemos señales de que estamos capeando bien la falta de gas, pero es cierto que tenemos un invierno más frío el gas seguramente vuelva a subir", opina Natalia Collado. 

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