Ribera descarta que el gasoducto con Francia esté en riesgo: "El problema no es que circulen hidrógenos distintos"

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, este miércoles.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha descartado este miércoles que el tira y floja entre España y Francia por la catalogación del hidrógeno verde ponga en riesgo el futuro del H2Med, el gasoducto que unirá la península ibérica con Alemania para transportar toneladas de hidrógeno a la industria europea. El Gobierno se abre así a que el hidrógeno de origen nuclear producido en Francia pueda circular por el tubo, pese a que fue anunciado en enero como una instalación exclusivamente enfocada al combustible de origen renovable. 

"Para nosotros el problema no es que por un mismo tubo circulen hidrógenos de distintos colores, porque es relativamente sencillo saber si la mezcla tiene tanto hidrógeno verde, tanto rosa o tanto azul", señaló la titular de Energía. 

Esos tres colores hacen referencia al origen de la electricidad que se utiliza para generar hidrógeno por electrólisis. El verde se genera con luz 100% renovable (solar, fotovoltaica o hidroeléctrica); el rosa con nuclear; y el azul con ciclos combinados (gas natural), pero capturando el CO₂ que genere la quema de combustible. 

De esta manera, la ministra pone la pelota en el tejado francés, cuyo Gobierno dejó caer en los últimos días que se plantean retirar la financiación al tubo que conectaría Barcelona con Marsella. Distintos medios europeos y españoles han citado a fuentes del Elíseo que sugieren que Francia accedió a participar en el H2Med a cambio de recibir apoyo a su hidrógeno de origen nuclear.  

"No hemos recibido ningún comentario del Gobierno francés [sobre su salida del gasoducto]. Sí nos ha llegado eco de algún comentario de algún técnico de la administración francesa", reconoció Ribera este miércoles. 

La ministra cree que la presión francesa viene dada por las negociaciones que se llevan a cabo ahora en Bruselas para modernizar la directiva de energías renovables y la regular el hidrógeno verde durante los próximos años. París busca que el gas que allí producen pueda catalogarse como renovable para que sus empresas puedan acceder a beneficios futuros, como ayudas públicas o subastas de instalación de renovables.  

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Pero Ribera insiste en que no está dispuesta a aceptar que el hidrógeno generado con electricidad nuclear reciba la etiqueta de gas renovable, la misma posición que tiene Alemania. Pero sí se abre a que el hidrógeno que circule por el hidroducto barcelonés lo sea, lo que debería facilitar su construcción. 

"Es un poco más complicado si se quiere decir que todo es renovable. O es más complicado si se da un trato de favor al hidrógeno nuclear sobre el renovable. Cosa diferente es que alguien quiera tener reglas especiales o quiera tener reglas que solo están pensadas para las renovables", señaló este miércoles la vicepresidenta tercera. 

Durante la presentación del proyecto en Alicante el pasado diciembre ya se intuyeron diferencias entre cómo España y Francia se referían al proyecto. El presidente Pedro Sánchez habló de España como "líder del desarrollo de energías renovables y con la vocación de ser un referente también en el hidrógeno". Mientras su homólogo francés, Emmanuel Macron, se refirió al hidrógeno limpio y a la energía baja en emisiones, dos eufemismos que aluden a la energía atómica. "Nuestra voluntad es tener hidrógeno limpio, ya sea producido con renovables con energía nuclear", dijo el presidente francés en Alicante.

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