La última ocurrencia (o no) de Elon Musk: comprar Twitter, su juguete favorito

Elon Musk durante una visita a una fabrica de Tesla en Alemania.

43.394 millones de dólares, unos 39.803 millones de euros. Esto es lo que está dispuesto a pagar el fundador y consejero delegado de Tesla, Elon Musk, por el 100% de Twitter. Y lo hará a tocateja, en efectivo, ya que para algo es, según la nueva lista Forbes publicada a principios de abril, el hombre más rico del mundo. Una cantidad que para el común de los mortales es desorbitada ya si la palabra millones a continuación, pero que para el empresario estadounidense sólo representa una parte ínfima de su fortuna estimada en 219.000 millones de dólares, unos 48.000 millones más que el fundador de Amazon, Jeff Bezos, que ocupa ahora el segundo lugar.

La oferta pública de adquisición (OPA) conocida este jueves ha provocado un auténtico terremoto en Silicon Valley. Y, sobre todo, en Twitter. Aunque podría parecer todo lo contrario. Sobre todo porque Musk y la red social del pajarito azul llevan protagonizando titulares conjuntos todo el mes de abril, aunque sólo llevemos una mitad. El 4 de abril, el fundador de Tesla anunció que se había convertido en el mayor accionista de la plataforma tras hacerse con el 9,2%, que en números se traduce en 73,5 millones de acciones por 2.400 millones de dólares. Justo un día después, comunicó que se unía a su consejo de Administración. Y ese mismo domingo, el 10, renunciaba a entrar. Y, cuatro días después, llegó la intención definitiva: hacerse con la totalidad de Twitter.

Ante esta oferta, muchos medios y expertos en EEUU se cuestionaban el jueves, sin respuesta, qué hay realmente detrás de este movimiento de Musk. Las teorías son variadas y van desde las ganas de llamar la atención, pasando por hacer simples negocios para engrosar su cuenta corriente o la intención real de hacer de Twitter un lugar mejor o, como él mismo ha dicho, en adalid de libertad de expresión en todo el mundo. Eso sí, tal y como recuerda The Washington Post, el fundador de Tesla "es lo suficientemente rico y poderoso como para que haya que tomártelo en serio".

Las excentricidades de Musk

¿Por qué tiene Musk ganas de llamar la atención? El multimillonario es conocido en el mundillo tecnológico por sus excentricidades. Es más, muchos recuerdan que la propia OPA sobre Twitter encierra veladas muestras de su personalidad. El empresario quiere comprar cada acción por 54,20 dólares, una cifra que recuerda a los 420 dólares con las que quiso recomprar todas las acciones de su creación, Tesla, en 2018, para sacarla de Bolsa. ¿La importancia del 420? Es un número que está ligado con la marihuana y la obsesión de Musk con esta cifra es más que conocida. Tal y como recuerda Jordi Pérez Colomer en El País, el troleo definitivo hubiera sido esperar a hacer el anuncio el 20 de abril, el 4/20 según la nomenclatura anglosajona de fechas.

Y Twitter es uno de sus lugares favoritos para llamar la atención. Con más de 81 millones de seguidores, Musk recurre a su cuenta con frecuencia para insultar a sus críticas, controlar los mensajes sobre Tesla, divagar sobre sus viajes espaciales o difundir información falsa sobre el coronavirus. Desde que se convirtió en el principal accionistas de la plataforma, el empresario ha usado su perfil para todo tipo de mensajes: desde hacer propuestas de cambios como la incorporación del famoso botón de editar, hasta querer quitar la w del nombre para convertirlo en una variante de la palabra teta en inglés (en un tuit ya borrado), hasta preguntar a sus followers si la red social se está muriendo.

"Esto no es un asunto económico"

La otra teoría que se baraja es la puramente económica. "Esto no es un asunto económico", aseguró Musk este mismo jueves en una conferencia TED, justamente planificada para el día del anuncio de su OPA. La casualidad, o no. "Una fuerte intuición me dice que tener una plataforma pública en la que la mayoría confía y que es muy incluyente es extremadamente importante para el futuro de la civilización", aseguró también el multimillonario.

Por el momento, Musk ya ha dejado claro en su anuncio de compra que si su oferta es rechazada ya decidirá qué hacer con las acciones que adquirió en marzo. Vender ahora mismo le traería beneficios de vuelta: el precio de Twitter en Bolsa subió tras conocerse que el empresario se había hecho con el 9,2% de la compañía y se disparó de nuevo tras hacerse pública la OPA, aunque cerraron con una caída del 0,77%. Y en sólo un mes: ¿el negocio redondo?

En la conferencia TED también comunicó que tiene un plan b si su oferta es rechazada. ¿Cuál? Aún no lo ha dicho, aunque muchos en EEUU apuntan que quizás se marque un Donald Trump tras ser expulsado de la red social, es decir, crear una nueva plataforma. Eso sí, no tendrá los más de 200 millones con los que cuenta actualmente la tecnológica.

Musk y la libertad de expresión

La otra hipótesis que se baraja sobre este movimiento de Twitter nace de sus propias palabras al anuncia la OPA: "Invertí en Twitter porque creo en el potencial de ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo y creo que la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia funcional". Y va más allá al afirmar que "tiene un potencial extraordinario" y que él lo desbloqueará. Según The Guardian, su principal preocupación parece ser su política de moderación: él la considera abusiva al igual que gran parte del sector conservador estadounidense, mientras otra gran mayoría la considera demasiado blanda.

A finales de marzo, Musk ya publicó una encuesta preguntando si la gente pensaba que Twitter se adhería "rigurosamente" a la liberta de expresión. El resultado fue abrumador, ya que el 70% votó que no. Es cierto que la red social no es un lugar perfecto, pero también es cierto que en los últimos años ha ejercido un papel más activo contra la desinformación que otras plataformas. Y un ejemplo es su dureza, al final, con Trump al que prohibió de por vida volver a tuitear.

"Musk no es solo la antítesis del liderazgo que Twitter realmente necesita en este momento, también es un emblema de la plataforma en su peor momento. Musk es un troll insignificante y de piel delgada demasiado rico para todo esto", asegura el medio especializado Techcrunch que da un voto de confianza a la red social. Y va más allá: considera que la red social por fin navega en el camino correcto y que la entrada del empresario podría hacer "descarrilar ese progreso al servicio de su diversión": "No es difícil imaginar a Musk revirtiendo el progreso de Twitter sobre el odio y el acoso y, en general, estropeando una gran cantidad de trabajo importante y reflexivo en la empresa".

Según The Verge, Musk siempre ha tenido una visión expansiva de la Primera Enmienda de EEUU, que protege la libertad de expresión, la de prensa, la de reunión, y el derecho de solicitar al gobierno compensación por agravios. "No estamos del todo seguros que sepa que solo se aplica a la censura de expresión del Gobierno, pero tampoco estamos seguro de que le importe", aseguran en este medio especializado que también se suma al carro de denominar troll a Musk.

Malestar entre accionistas y trabajadores de Twitter

¿Cómo se lo han tomado en Twitter? Pues parece que bastante mal. Desde la cima de la compañía hasta sus trabajadores. Y esto sí que se venía intuyendo en los últimos días.

Cuando el domingo 10 de abril, el consejero delegado de la red social, Parag Agrawal, anunció que Musk se quedaba fuera de la Junta aseguró que "estábamos emocionados de colaborar", dejó claro que "esto es lo mejor". "Habrá distracciones adelante, pero nuestras metas y prioridades siguen siendo las mismas”, afirmó el actual líder de la plataforma, quien también pidió a sus empleados en un mensaje compartir en la red social ignorar el "ruido" y enfocarse "en lo que se está construyendo". Hay que recordar que Agrawal lleva en el cargo desde finales de 2021 tras la salida del fundador de la tecnológica, Jack Dorsey. Un Dorsey, amigo cercano de Musk, que, por el momento, guarda bastante silencio.

Ante esta decisión, una de las más claras fue la directora de Ética de machine learning, Responsabilidad y Transparencia, Rumman Chowdhury, que tuiteó: "Me he mantenido en silencio desde el anuncio porque quería darles a los líderes de Twitter la oportunidad de hacer lo correcto por sus empleados, y así lo hicieron. Gracias".  No es la única: a algunos dentro de Twitter les preocupa que Musk pueda empujar a Twitter en una dirección libertaria, lejos de bloquear o restringir cuentas que causan daño social, según The Washington Post

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Tras el anuncio de la OPA, la directiva convocó una reunión de urgencia con los trabajadores. Durante 35 minutos, y según relatan los medios estadounidenses, Agrawal intentó tranquilizar a los empleados de la red social y les instó a mirar más allá del caos que rodea estas semanas a la empresa y a seguir centrándose en el trabajo, "incluso si eso significa dejar de prestar atención a las payasadas de Musk", según cuenta The New York Times.

También se reunió el mismo jueves la Junta, que deberá anunciar en los próximos días si acepta o no la oferta. "Revisaremos cuidadosamente la propuesta para determinar el curso de acción que cree que es lo mejor para la compañía y todos los accionistas", aseguran en un comunicado. Y, por lo que ha trascendido, todo apunta a que se defenderán de la OPA de Musk. De forma pública, el príncipe saudí Al Waleed bin Talal, uno de los mayores accionistas de la red social, dejó claro en Twitter que la oferta no se acerca al "valor intrínseco" de la plataforma. "Siendo uno de los mayores accionistas a largo plazo de Twitter, Kingdom Holding Company (KHC) y yo rechazamos esta oferta", afirmó.

No sólo la Junta tendrá que analizar la oferta. Aunque la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU guarda silencio sobre el movimiento de Musk, según The New York Times, es probable que investigue "los enredos poco convencionales" del empresario con Twitter y como tiene pensado pagar los 43.000 millones de dólares. Esto es sólo el final del primer capítulo del nuevo culebrón de Silicon Valley.

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